Peter y el dragón

El niño pasa seis años junto a Elliot, así llama él al dragón, en una especie de Libro de la Selva o Tarzán en el que ha de buscarse la vida y cohabitar con el entorno hostil. Eso sí, tener a un amigo como Elliot facilita mucho las cosas. El dragón, perfectamente recreado aunque diferente del original (el rosa no pega con el entorno) está bien recreado, su verdor, pelaje y movimientos son una pasada y los niños disfrutarán. PETER Y EL DRAGÓN se aleja del drama del niño para llevarnos a vivir una aventura que se tuerce cuando la mano del hombre aparece: la tala de árboles amenaza la placentera vida de Peter y el Dragón.

Una película didáctica para que nos demos cuenta del daño que hacemos al entorno y, de paso, aprender a cuidarlo. PETER Y EL DRAGÓN es amable en todo momento, hecha más para creer en la magia que para meter el dedo allí donde más duele. El público infantil se lo pasará muy bien viviendo aventuras junto a Peter y Elliot, y el más adulto disfrutará con sus paisajes y los buenos efectos con los que recrean el dragón. Y es que Elliot puede camuflarse en el entorno, su pelo y lo verde de este parecen reales y no se intuye abuso de CGI ni nada por el estilo. Todo encaja como si fuera real.

Al frente de la película tenemos al pequeño Oakes Fegle, que es el perfecto niño salvaje que convive en las profundidades del bosque. Se entiende con Elliot aunque presumiblemente echa de menos una familia. La encontrará en Bryce Dallas Howard (Jurassic Park) y el padre de este, un Robert Redford reconvertido en cuentacuentos y el único que defiende la existencia del dragón pese a que nadie más lo ha visto. Por medio tenemos a los deforestadores despiadados que quieren cazarlo y un final de redención par todos, azucarado pero que funciona.

PETER Y EL DRAGÓN es una propuesta agradable, bien llevada a cabo por David Lowery, que no ha querido hacer guiños a la película del 77, sino algo nuevo y original. Un remake, por tanto, que solo comparte protagonistas y poco más. Quizás lo mejor que han podido hacer para no caer en las trampas en las que Hollywood todavía sigue cayendo. En definitiva, una película perfecta para llevar a los niños y que se den cuenta lo importante de la conservación de la naturaleza.

Muy agradable sorpresa por partida doble este remake de la cinta musical del mismo título del 77, esta vez sin canciones, y con un director que es la segunda sorpresa. Lowery después de dejarnos su notable tarjeta de presentación con "En un lugar sin ley" (2013) de tono y temática que nada tienen que ver con este producto familiar Disney, nos sorprende con un cambio de registro donde deja su impronta personal no solo en el estupendo guión al servicio de una historia más que previsible, sino que Lowery construye la atmósfera y el ritmo narrativo perfecto para que nos atrape y nos emocione de principio a fin. Muy acertado el reparto, que de forma equilibrada no toma excesivo protagonismo siendo la amistad entre Pete y Elliot el auténtico motor de la trama. Tanto el niño como el diseño del Dragón son impecables y merecen nuestro recuerdo.
Alguna rama de Disney está apostando, aunque con desigualdad de presupuestos por historias entrañables y didácticas en sus mejores tradiciones pasadas: "Mi amigo el gigante" (Spielberg / 2016) y este "Peter y el Dragón" son dos buenos ejemplos que nos dan un respiro de las historias trepidantes y alocadas que vienen copando con diferente éxito el cine para compartir con los pequeños. La magia y la fantasía de los cuentos brota de nuevo cíclicamente como no podía ser de otra manera. La llevamos en nuestro genes.

Ésta es la correcta traducción del título de la película al Castellano. Yo no soy ningún chaval, pero desde qué me empezó a gustar el cine he visto muchas películas de la factoría Disney, Walt sí qué fue un gran productor de películas, y he disfrutado mucho con ellas. Yo no había visto la primera película, porque en esos años yo ya era adolescente y no me interesaban mucho ésta clase de películas. Pero ahora qué soy entradito en años, estas películas me traen añoranzas de las que veía cuándo tenía 14 años. Además siempre he sido un gran seguidor de Robert Redford. He visto casi todas sus películas y ahora qué ya ha cumplido los 80, le viene muy bien hacer de abuelo en éstas películas familiares. En cuanto a Bryce Dallas Howard ya la conocía de su actuación en Jurassic World junto a Chris Pratt. En ésta película tiene un papel muy diferente al del Mundo Jurásico, pero en el qué vuelve a dar la talla. Además después de descubrir que era hija del gran Ron Howard, pues la verdad es qué la sigo con más interés. Si llega a ser lo qué ha llegado a ser su padre, seguro qué le irá muy bien en ésto del cine. Yo a Ron le veía cuándo era pequeño, actuar para Disney en la televisión y en una de sus primeras películas en el cine American Graffity, dónde también dieron sus primeros pasos Harrison Ford y Richard Dreyfuss. La película en cuestión a mí me ha gustado por su ternura y su fotografía, porque las imágenes del bosque son espectaculares. Una película qué te hace llegar al final con momentos de emoción y en la cual a veces se te hace un nudo en la garganta. Muy recomendable.

En el periodo entre la muerte de Walt Disney en 1966, la meca pionera de animación transigió uno de los momentos más "deplorables" de su historia tanto en ideas originales como en animaciones suntuosas, debido a esto, decenas de productos lanzados durante fechas posteriores son clasificados actualmente como "no clásicos". Exactamente en 1977, la casa del ratón estrenaba "Pete's Dragon", bajo la dirección de Don Chaffey, historia escrita por Seton I. Miller que ponía en manifiesto la adherencia entre la nostálgica y sincera amistad con la obra maestra de 1942, "Bambi".

Casi cuatro décadas después, serian Bryce Dallas Howard, Robert Redford y Oakes Fegley quienes intentan forjar un nuevo inicio para el celebre dragón rosa y verde, sin embargo, a pesar de que acrecientan la dulzura y el carisma de la original, no basta para nivelar el nivel de excelencia de filmes live-action de la compañía.

De la ingeniosa mente que concibió el drama-romance de 2013, " Ain't Them Bodies Saints", llega una conceptualización radicalmente dispar del ignorado fiasco comercial de Disney, "Pete's Dragon". David Lowery, un hombre con pocos títulos cinematográficos a sus espaldas, fue fichado junto a su co-escritor predilecto Toby Halbrooks por Walt D. para dirigir y escribir no solamente este acogedor remake, sino también una reinvención más de la calcinada historia de "Peter Pan" en vísperas de estrenarse en 2019.

Fue Nueva Zelanda el set elegido para recrear el bosque tupido de altos y asfixiantes pinos verdes en la historia original, la nueva versión no prescinde de aquella locación para asentar a el pequeño protagonista, Pete (Oakes Fegley), dentro de la verde frondosidad luego de un aparatoso accidente automovilístico que mató a sus dos padres. Seis años después, una guardabosques (Bryce Dallas Howard) descubre a el primitivo y salvaje infante y decide llevarlo a casa para cuidar de él e intentar encontrarle un rumbo. Pero la fidelidad de Pete por quien le ayudo ha sobrevivir en la profundidad del bosque, ratifica las leyendas locales sobre un ser mitológico que ronda dicha área, un dragón, el gran dragón verde, quien ahora debe ser rescatado de las garras de los perniciosos deforestadores.

La fantasía de Lowery se aleja abismalmente del filme original, teniendo en cuenta que aquel era un musical animado en el que Elliot debía proteger a un indefenso niño huérfano. Esta vez, desarrollan nuevos e inclusive superiores aspectos en la oleada de personajes, giros argumentales, banda sonora y por supuesto los efectos especiales. Stone Street Studios es el responsable del restituido Elliot, un dragón mucho más domesticado, más grande, mas verde pero menos realista, ya que, su integración mediante animación CGI es palpable y podemos detallar que nuestro amigo escupe fuego no esta allí. Aun así, su tierna y lozana apariencia conecta inmediatamente con la idea de no considerarlo como algo netamente quimérico, ipso facto relacionándolo con un adorable canino o un dulce oso polar.

A pesar del ostentoso elenco que logro conseguir el filme, un guión en ocasiones formulaico y calmoso no explota todo el potencial de sus protagonistas, simplemente se limitan a caras con expresiones de perplejidad, felicidad, tristeza y esperanza. Sin embargo, Pete (extremadamente parecido a Mogli) puede guiar el trascurso de toda la película con satisfacción, a pesar de su corta edad.

Mas allá de su exagerado propósito educativo para los niños, la película intentar dejar un mensaje ecologista a cada espectador, especialmente en lo que se refiere a la tala de arboles y a la protección severa de todo lo que allí alberga. Un truco para descubrir dicha función, es la conexión de Grace y Pete con la naturaleza, un irrefutable aviso de ambientalismo. Ademas, apoyan su arraigada finalidad mediante exuberantes y vistosos paisajes utilizados como sets de rodaje.

Parece que "la casa del ratón" se esta quedando sin ideas. "Pete's Dragon" no gozaba de expectación excesiva como otros filmes de Disney, y aun así, recibió buenos ingresos en la taquilla mundial. Así que, la era de los remakes y reboots prosigue por dinero, tradición, amor, o estancamientos creativos; centenares están por venir. Y después de que las ideas originales se extingan ¿Harán remakes de los remakes? Todo esto es un éxito infundado, sin bases solidificadas que en algún momento se vendrán el suelo. Por lo tanto, Pete y su dragón es una excusa tolerable para pagar un boleto de cine, puntualizando que la suntuosidad y esplendor característicos de la compañía no están presentes, es como una pasable aventura indie.

Me ha sorprendido muy gratamente este reboot. Quizá es porque no esperaba gran cosa, o también podría deberse a que el día anterior visioné la original para "tenerla fresca" y me llevé un traumático shock por lo mal que le han sentado los años (con los buenos recuerdos que tenía de ella, sob...). La cosa es que me parece un buena película que lo tiene todo (o casi). Lo mejor de todo es el argumento: una historia tierna, muy bien contada, con un tono que, aunque vaya dirigida a todos lo públicos, enamora y emociona a los más talluditos. Con mensaje ecológico incluido, personajes bien definidos y mucho más creíbles que la original. El diseño del dragón es más realista aunque sigue manteniendo ese toque "mono" y está muy bien integrado en las imágenes. Tiene un plantel de actores de alto nivel y, aunque no hacen el papel de sus carreras, dejan muy buen sabor de boca con su trabajo. En definitiva, NO ES PERFECTA PERO MUY RECOMENDABLE, TIERNA Y DIVERTIDA.