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No

Drama René Saavedra (Gael García Bernal) es un ejecutivo de publicidad que regresa a Chile tras su exilio en México y diseña una brillante y optimista campaña que propugna el "No" al plebiscito chileno de 1988. Su objetivo es poner fin a la dictadura militar y derrocar a Augusto Pinochet, con una estrategia de márketing no basada en el enfrentamiento y la denuncia del régimen sino en la esperanza de un futuro mejor. (FILMAFFINITY)
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Críticas 66
Críticas ordenadas por utilidad
17 de febrero de 2013
9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
“No” parece la clara voluntad de su director de retratar un tiempo y un país. Concretamente la campaña electoral por el plebiscito que acabó con el gobierno del dictador chileno Augusto Pinochet. Pablo Larraín nos introduce en el centro del conflicto, nos hace testigos privilegiados de unos hechos que sorprendieron a propios y extraños. Pero no puede evitar que la película adquiera un tono demasiado documental para tratarse de un largometraje y se vuelva narrativamente algo confusa en cuanto se aleja del documento gráfico. Tanto el protagonista como los personajes secundarios se debilitan al entrar en las subtramas que derivan del argumento principal y este acaba por volverse demasiado repetitivo esperando un desenlace que promete más de lo que finalmente da. Esa falta de emociones lastran una aventura de la que uno sale con la sensación de haber asistido a una clase de publicidad que lo mismo sirve para vender un refresco que derrocar una dictadura. Pero no puede evitar sentir cierta añoranza de películas de temática similar que consiguieron ponerle la piel de gallina. Quizás eran menos reales pero mucho más efectivas.

Lo mejor: el perfecto ensamblaje entre imagen real y ficción.

Lo peor: la frialdad que emana de su aspecto documental.
AMQE
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7 de febrero de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gran cinta de drama político y social que por su excelentemente lograda estética no solo por la ambientación sino por la cinematografía extremadamente sencilla a base de cámara en mano en un estilo de dirección tipo dogma y una imagen distorsionada para dar la apariencia de estar viendo un video VHS grabado justo en el momento y lugar planteados, hacen que uno realmente perciba el drama como una realidad y no solo como una dramatización de un momento histórico. El guión va al grano desde el inicio, se desarrolla de forma muy realista y no deja un minuto de desperdicio y desde la perspectiva del perfectamente interpretado personaje de Gael García transmite el sentimiento y situación ideológica que en ese tiempo se vivía pero no contado desde el ángulo de un político sino de un creativo de la industria de la publicidad que inmerso en el dilema de vender un producto y transmitir un mensaje a la vez, logra lo mismo que la película, dar un rato agradable, entretenido, bien logrado y con cierta profundidad. Una cinta muy a la altura de la historia que narra. Quizá al final pudo explotar un poco más la emoción y el drama ya que se queda un poco floja en cuanto a intensidad, pero al menos no deja de entretener ya que el tono no busca la denuncia, el pesimismo ni el resentimiento social sino que incluso tiene cierto toque por momentos cómico pero sin frivolizar el tema. En general muy recomendable.
mikealeks
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21 de septiembre de 2015
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El que los zapatos que elegí para la carrera que gané fueran adecuados no quiere decir que fueran los zapatos los que ganaron la carrera. La película de Pablo Larrain, correcta en exponer lo que intenta, no sale en ningún momento del plano homenaje al pragmatismo profesional del personaje interpretado por Gael García, que combate con efectividad las ideas anticuadas de muchos miembros de la oposición, que consideraban que una campaña alegre y pragmática, en lugar de centrarse en el recuento de las barbaridades del régimen, suponía ocultación de la realidad. Lo que no cuenta la película es la serie de esfuerzos y circunstancias que provocaron el que el régimen militar tuviera que jugarse su futuro en una votación que muy bien podía perder, y perdió. El olvidar esto da un falso y excesivo valor a la campaña publicitaria. Da la idea de que la carrera la ganaron mis zapatos y que la puerta no la abrí yo sino mi llave.
Capitan Ahab
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12 de febrero de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con esta película, Pablo Larraín pone fin a la trilogía que narra o trata toda la dictadura pinochetista, el ascenso al poder mediante el golpe de estado reflejado en la película “Post mortem”, la época mas violenta de la misma tratada en “Tony Manero” y finalmente el principio del fin con este nuevo largometraje.
La cinta, rodada con cámaras de la época para que se difumine la línea que separa la parte de ficción grabada y las imágenes reales de archivo, nos lleva a los últimos coletazos de la dictadura chilena, cuando el régimen vio la imperiosa necesidad de legitimarse frente a la comunidad internacional y se vio obligado a convocar un plebiscito que significaría finalmente su caída, o al menos, el principio de ella.
El protagonista de la película, René (Gael García Bernal) es un publicista producto de la época que le ha tocado vivir y del capitalismo impuesto en el país. Después de una época en el exilio en México, se presupone que a causa de sus padres, ha vuelto a Chile y trabaja para una compañía de publicidad.
Una vez convocado el referéndum se establecen unas franjas horarias y un tiempo de quince minutos para las opciones del “SI” a la continuidad de Pinochet o del “NO”, en este punto debido a un viejo conocido, René se convierte en el máximo encargado de diseñar la campaña publicitaria del “NO”, mientras que su jefe (Afredo Castro) que parece un firme defensor del régimen será el que lleve la campaña del “SI”.
La campaña de René, es completamente opuesta a la que realizan los defensores de la dictadura, ya no solo ideológicamente lo cual es evidente, sino que mientras que éstos aluden a la miseria y la penuria que vivía el país durante el gobierno anterior y solo muestran imágenes grises y de necesidad, René desarrolla una brillante y optimista campaña basada en la alegría de los chilenos en vez de en el terror, incluso llega a inventarse que en el símbolo de la campaña, un arcoíris, están representados todos los grupos parlamentarios opositores, con el fin de convencer a los líderes de los mismos de la necesidad de esta forma de publicidad.
Por otro lado, René tiene que lidiar además con una, no sabemos muy bien si ex mujer o ex pareja (Antonia Zegers), muy activista que es detenida a menudo y a la que siempre se ve obligado a sacar de la cárcel, en parte por amor, pues como ya digo no conocemos muy bien la naturaleza de su relación, y en parte por el hijo que ambos tienen en común pero del que se encarga habitualmente nuestro protagonista.
Además, conforme se acerca la fecha del referendo marcada en el calendario, las amenazas o los intentos de intimidación se producen alrededor de René y el grupo de trabajo encargado del “NO”.
Finalmente, y como creo que todo el mundo conoce como acaba la historia o al menos que se acabó con la dictadura, en los últimos minutos vemos como al principio se intentaron ocultar o distorsionar los resultados del referéndum, que daba una clara victoria a la opción del “NO” o que algunos generales parecía que daban de lado Pinochet cuando su derrota ya era segura cuando poco antes celebraban la victoria aún antes de conocer los resultados.


En definitiva, “NO” es un largometraje que merece la pena ver si se quiere conocer un poco más la historia del final de una de las dictaduras que más víctimas se ha cobrado en Latinoamérica, además de mostrarnos lo importante que se ha vuelto la publicidad en política y el daño o el bien que puede hacer una campaña. Se nos muestra como se puede vender una ideología, en vez de utilizar un himno se utiliza un gingle que sea más atractivo para la mayoría, en vez de mostrar la crueldad existente, se muestra la otra cara de la moneda, la alegría de pertenecer al pueblo chileno.
Además nos introduce en un contexto social en el que parece que el país se está modernizando y abriendo al mundo, la empresa para la que trabaja René hace anuncios de bebidas del estilo a la Coca-Cola y de microondas, un invento que acaba de llegar al país y que tiene a todos asombrados. Y nos muestra también un contexto ideológico donde los opositores al régimen serán socialistas, socialdemocrátas, etc, pero nunca, nunca, serán comunistas pues parece que hay un verdadero “miedo” a ser llamado comunista y esto es algo que se utiliza de forma recurrente en la cinta y que producirá muchos y buenos momentos de risas.
Juan Mati
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14 de febrero de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película del chileno Pablo Larraín justamente nominada al Oscar a mejor película extranjera, NO nos narra la campaña propagandística que propició la derrota de Pinochet en el plebiscito chileno del 1988. Con una apariencia propia de imagen de archivo, Larraín acierta en aportar esos toques sutiles de humor negro a esta crónica histórico-política aunando, así, consciencia social con entretenimiento. Una obra vitalista y firme candidata a robarle la estatuilla dorada a la favorita Amour de Michael Haneke.


Adrián Peña (@thebigkahuna3)
http://bigkahuna3.blogspot.com.es/
Adri
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