No se aceptan devoluciones

Es verdad, no es la mejor película que han sacado de comedia. Es verdad, el tema padre-hijo ha sido tratado en otras cintas que posiblemente hemos visto. Es verdad, la actuación de Dérbez puede llegar a ser un poco exagerada. Es verdad, el argumento no es novedoso. Es verdad, es un filme que la verdad viene bien si quieres una comedia latinoamericana que te llega a producir una que otra sonrisa (o en su defecto carcajada).

Curioso. ¿No lo crees? Les explicaré por qué:

El guión parte de una premisa bastante sencilla que viene a ser manejada de buena forma, pues el espectador no terminará perdiendo interés en la película. No obstante, admito que en algunas ocasiones el ritmo de la misma puede volverse un poco lenta.

Existe una química bastante buena entre sus protagonistas, haciendo que nos encariñemos con la pareja dispareja padre-hija, mientras que sus antagonistas llegan a causarnos las emociones que su rol supone, pues llegamos a odiarlos.

La producción también está buena. Desde la calidad de la imagen hasta el sonido demuestra que ha sido una película que se realizó con ganas y con corazón. La película como un total llega a jugar con las emociones del espectador llevándolo de la risa a el llanto de un momento a otro, cosa que es difícil encontrar de forma verdadera en estos momentos sin tanto efecto especial y lana por parte de grandes productores del mundo Hollywoodense.

Una película buena para ver en familia, pues nos muestra cómo un hijo puede llegar a cautivar a un padre hasta el punto de dar la vida por el hecho de verlo sonreír. Cómo un padre trata de escudar a sus hijos del mundo real, que para donde sea que se vea la verdad esta bien horrible.

Me pregunto cómo es posible que una película como la de Eugenio Derbez haya tenido semejante éxito en los Estados Unidos y nos enteremos ahora de ello. Ya casi te hace dudar sobre las cifras que ha obtenido en América. ¿Despliegue de marketing por parte de la distribuidora …? ¿quién sabe?.
Parece que nos quieren vender la idea de que estamos ante “La vida es bella” del siglo XXI, no en vano podemos encontrar cierto paralelismo entre Roberto Benigni y el director mexicano, ya que antes de sus respectivos estrenos apenas eran conocidos (salvo para los que habíamos visto algunas de las películas de Jim Jarmusch).
Eugenio Derbez, muy popular en su país, nos ha querido conmover con esta historia utilizando toneladas y toneladas de dramatismo enfático, con una banda sonora desesperante y abultada y una serie de escenas muy mal entrelazadas.
Es una cinta tramposa que busca en todo momento la lágrima fácil. Hacer llorar es uno de las cosas más difíciles en el cine (al igual que hacer reír) algo que tiene que ser un acto reflejo espontáneo y no forzado. Y Derbez es todo, menos sutil.
La conexión que se establece con el espectador a través de las imágenes y la música lo podemos ver en muchos ejemplos (podéis ver cualquiera del dúo Spielberg y Williams para comprenderlo). La banda sonora tiene que ser un viaje emocional que discurre en paralelo con la historia, que reconoce las personalidades de cada uno de los personajes principales y que explota en su clímax final. Aquí explota en la cara en cualquier momento y sin aviso.
Y qué me expliquen una cosa … cómo es posible que una niña que dice tener siete años parezca que tiene doce. Estoy de acuerdo que es una grata sorpresa su actuación, pero es poco creíble.
El guión además transita por los clichés habituales del cine de separaciones con hijos, y el tema de las custodias. Siendo el padre (como no) el mayor perjudicado y la madre la arpía de turno, que si bien en ocasiones actúa como tal, en otras cambia de registro como el que cambia de ropa.
Y para acabar de rematar la jugada, nos ofrecen en su distribución en España, una versión enteramente doblada, perdiendo toda la gracia del bilingüismo y de los dejes mexicanos. La escena del juicio con el protagonista escuchando una traducción simultánea con unos auriculares resulta ridícula. De nuevo la maldita manía de doblar provoca un nuevo desastre.
En tan solo dos semanas hemos visto dos casos semejantes, aun recuerdo echarme las manos a la cabeza al ver “La vida inesperada” o más bien “El doblaje inesperado e inútil”
Se deja ver, pero es un desastre en muchos aspectos.

Vale que gran parte de la cinta tienes la sensación de haber visto esta misma historia muchas mas veces antes.
Vale que a veces se busca la lágrima fácil en el espectador, pero habrá que preguntarse entonces cómo el director consigue su objetivo en un público tan prevenido.
Pero sobre todo, vale la pena ESE FINAL!!!
Más allá de la ingrata sorpresa que se intuye desde el nudo de la película, son las cuatro reflexiones finales que hace Eugenio Derbez, las que harán que esta película no caiga en el olvido de tu memoria.

En principio la historia pintaba muy divertida, muy fresca, con dosis de comedia, pero llega un punto en que pega un vuelco (ese giro de guión impensable, pensaba que se iría por otra vía) en su tramo final y dejando al espectador algo tocado en el terreno emocional. Al menos, ese ha sido mi caso. Es como una película de Adam Sandler, pero para el mercado latino. Si me apuráis, si se llega a hacer algún día un remake lo ficharía a él. El director y actor Eugenio Derbez (al que curiosamente pude ver hace unos años en una cinta del director de Un Papá Genial (sic) Dennis Dugan junto al anteriormente mencionado Adam Sandler y la ex-mujer de Tom Cruise, la guapa actriz, Katie Holmes titulada en español Jack y su gemela) nos trae una tierna historia de un mujeriego convertido en papá por sorpresa. Muy buenas interpretaciones, la verdad sea dicha. La niña es un sol y la química que tiene con Eugenio es impagable. Me parece muy recomendable, sobretodo si se tienen hijos, para visionarla todos juntos. Les llegará al corazón. Mi nota final es de 8/10.

Agradable y sorprendente película familiar que logra ofrecer un extraño equilibrio entre comedia y drama, llegando a llenar al espectador con su digno relato. Valentín, un tipo mujeriego, soltero y egoísta, de repente, tiene que hacerse cargo de una hija a la que no conocía fruto de una aventura ocasional. Decidido a devolverle la niña a su madre, emprende un viaje con ella a Los Ángeles, pero la convivencia con la niña acaba transformándolo en lo más íntimo.
Presenta un relato divertido y entretenido, verdaderamente entrañable que hace que el espectador disfrute por completo el viaje evolutivo al que se somete el personaje protagonista. Casi gran parte del relato se apoya en la relación que se establece entre padre e hija, después de que la madre la abandone y deje a cargo de su sorprendido padre primerizo.
Ofrece numerosos momentos de diversión en los que el protagonista vive toda una serie de peripecias y aventuras por hacerse cargo de su hija. Logra despertar la simpatía del espectador y se lo gana gracias al carisma y ternura que trasmite el personaje principal. La película protagonizada, dirigida y, en parte, escrita por Eugenio Derbez, presenta el encanto de los trabajos realizados con buen gusto y que logran dejar huella en el espectador, cosechando un gran éxito.
Lo que, en apariencia, parece una comedia barata de risa fácil, ofrece en realidad todo un relato de superación y lucha, recordando como nuestros padres lo hacen todo por nosotros, llegando a cautivar y emocionar entre risas. Eugenio Derbez, encuentra un equilibrio entre comedia y melodrama, logrando emocionar al espectador y dándole un golpe letal, con un desenlace que descoloca por completo y que hace que todo lo presentado con anterioridad cobre sentido. Algunos la acusaran de tramposa y sensiblera, pero lo cierto es que ha hecho un gran trabajo que emociona y sorprende, llegando al corazón.