7 vírgenes

Alberto Rodríguez logra el campanazo de su carrera con la película "7 vírgenes" en la que muestra la cruda realidad de la adolescencia en muchas barriadas de Andaluicía y de España en general en la que los jóvenes sin aspiraciones son absorvidos por la delincuencia y el ritmo frenético que impone su propio barrio y acuden a las drogas y al robo como salida.

7 vírgenes logró ser nº 1 en taquilla, una hazaña solo propia de "Torrente" pero no solo eso sino que el boca a boca hizo que su nº de espectadores creciese a las semanas de su estreno, un logro del cine español solo conseguido por "Mar Adentro" de Amenabar. Fue nominada a 7 goyas en los que el electricista de profesión Jesús Carroza se hizo con la de "Actor revelación". El protagonista principal Juan José Ballesta que logró la "Concha de Plata" de San Sebastián fue merecidamente vencido en los Goya por "Óscar Jaenada" como el calco absoluto de Camarón de la Isla.

Ballesta es el "Tano", un "Kani" que cumple condena en un reformatorio por un turbio asunto del que es reacio volver a recordar y obtiene un permiso de 2 días por la boda de su hermano Santacana (Vicente Romero, el mítico makea en "Padre coraje"). En este tiempo se junta con su amigo el Richi (Jesús Carroza), con su novia Patri (Alba Rodríguez) y los demás de la pandilla. Tano se da cuenta de lo que ha dejado fuera y el camino que ha tomado su vida ahora encerrado pero el barrio le supera de nuevo y sin quererlo vuelven los problemas.

Ballesta, Goya revelación por "El Bola" en 2000, hace un papel de nuevo sobervio solo comparable a este anterior y vuelve a lo más alto del cine español y erigiéndose así como el actor del futuro nº 1 de nuestro país. Aunque aquí no es solo él. El novato Carroza en algunas escenas se le come que en algunos casos no sabes si él será así o es que actua, lo más probable lo primero. Alba Rodríguez que también consigue su nominación, es la pareja perfecta para Ballesta ya que ambas miradas dicen más que mil palabras, capaces de traspasar la pantalla. Vicente Romero está como siempre genial, aquí agobiado por su monótona vida y su futuro le asusta aun más. Pero 7 vírgenes no es solo el reparto principal; otros secundarios como la enganchada madre del Richi, o el tonto del barrio (Julián Villagrán) lo hacen estupendamente por no hablar del diablillo del "Caca" (mítico en todos los barrios, el típico enano que no tiene ni media pero es el más chulo de todos).

También su gran guión, las excelentes conversaciones entre los protas con gran sentido en las que los gestos o la expresión hablan más que sus propias palabras; un inesperado final con un detalle que debes captar para coger bien el sentido de todo y la BSO, aquí apoyada por el rapero Haze o por la estupenda canción "Felicidad" de La cabra mecácnica.

Alberto Rodríguez tiraba mucho de congelar en momentos la imagen y la música, quizás como queriendo decir basta, paremos este ritmo de vida que nos va a matar.

Otro paradigma de cine de crítica social tan típico de España. Visiones marginales que ya podemos ver en telediarios, en programas sociales, en la propia calle, en las noticias o moviendo el culo nosotros.
La llave del cine Español es el hiperrrealismo, mostrarnos las peores situaciones de la Humanidad Ibérica. El problema del cine español es que nos muestra historias de gente que podría salir de su situación si tuviera un poquito de voluntad para ayudarse a sí misma y levantarse sobre sus nalgas, o que simplemente han acabado así por cuenta propia y por imbéciles. Y luego, para colmo, pretenden conmovernos y agitar nuestra aborregada mente, como si no hubiera un puto problema en el resto del mundo o en este mismo país.
Y luego, la crítica española la pondrá por las nubes. ¡¡Gracias, Carlos Boyero, no te vayas a mear en la butaca!!
Crítica social = La sociedad español es una mierda.
¿Cuándo llegará el día en el que nos traigan una película que nos cuente algo violento, hermoso o difícil de creer, algo basado en un hecho concreto, algo que tenga un mínimo de arte y sutilidad? ¿Algo que pueda calificarse de historia? ¿Algo que no podamos ver en muchos sitios fuera del cine? Lo de esta gente es puro analfabetismo de dirección cinematográfica, pura depresión, puro martillazo emocional.
Lo único digno de ver de toooda esta película se ve al final.

Una película terrenal, aburrida, previsible y patéticamente hiperrealista. Es decir, digna de todos los Goyas que se le puedan atribuir.

Que la cosecha de cine español del 2005 no fue muy buena, es algo que se deduce muy fácilmente. Sólo hay que echar un vistazo a las cuatro películas seleccionadas para el Goya a la mejor película para darse cuenta de su limitada calidad, teniendo en cuenta que, en teoría, eran las más destacadas del año.
En ese cuarteto de nominados estuvo esta primera película de Alberto Rodríguez.
El film es como la vida de los chicos que la protagonizan. Muy desperdiciada (en cuanto al tema), muy plana (en cuanto a la historia) y muy mal desarrollada.
La virtud reside en la sabia forma que tiene el director en adentrarnos en el barrio marginal en el que transcurre la trama. Pero para lograr ese efecto, ha obtenido mucha ayuda de interpretaciones tan sobresalientes como la del debutante Jesús Carroza, que se llevó el Goya merecidamente como mejor actor revelación del año.
Ballesta parece estar cómodo en su papel y su interpretación es notable, aunque muy por debajo de su compañero de reparto, que rebosa naturalidad en cada una de sus secuencias.
El final es lo más acertado del film, pues da algo de coherencia a una película que se ha vendido como una perfecta muestra de la vida callejera de los adolescentes y que no es otra cosa que un imperfecto viaje hacia la destrucción humana de aquellos que dejaron hace mucho tiempo de tener sueños.

Aunque con paso lento y algo errático, en este país se ha avanzado en los últimos años en lo que se refiere a cine que retrate marginalidad, exclusión social y, al fin y al cabo, realidad cercana para todo aquel que tenga dos ojos y use un poco el coco. Por eso quizá, al ver este film, te quedes con la sensación de que no ha aportado nada nuevo, y que incluso los parecidos a películas como "Barrio" son demasiados. Sin embargo, creo que nunca está de más hacer este tipo de cine.

Nos encontramos con unos personajes cuyos diálogos y actuaciones son geniales, del todo creíbles y reales. Y una imagen de realidad bastante buena, aunque engañosa: nos parecerá ver gamberrismo barato, autoexclusión de unos chavales que no quieren formar parte de la sociedad, que buscan lo fácil y critican todo lo demás. El engaño está en que apenas se nos muestra la realidad de sus entornos más cerrados (cosa que sí se ha hecho ya en otros films), como su vida en casa, sus relaciones familiares, sus experiencias escolares o laborales... simplemente se deja ver, con algunas pinceladas rápidas, el entorno familiar; lo justo para caer en la trampa de pensar en lo que directamente te vendría a la cabeza si sólo miraras la película.

Quizá la película se haya valido de lo ya hecho para no mojarse, o para no ser directamente una copia de otras películas. Quizá no aporte nada nuevo. Pero también, quizá, te haga querer ver otras películas más completas, porque sí te deja un gusanillo en el estómago. Y eso ya tiene su mérito.

Aunque suelo defender el cine español, éste es otro de esos ejemplos de películas que tienen como único argumento el mostrar la realidad más cutre y barriobajera de nuestro país...
Niñatos que tildan de "pringaos" a todo el mundo, que no saben hablar y que la palabra más repetida en todo el metraje sea "maricón" y "maricona" como insulto o ya como muletilla no me parece ni mucho menos un buen ejemplo de nada. Que esta realidad existe, es claro y evidente, pero de ahí a que den goyas simplemente por, casi diría yo, hacer de sí mismos en esta película me parece un poco penoso...
Creo que hay historias igual de reales contadas de mejor forma, ésta se basa sólo en grabar a dos niñatos trapicheando y golfeando...si nos atreviéramos a ir a estos barrios con una cámara de vídeo (cosa que dudo porque no nos dudaría ni 5 minutos) podríamos hacer casi la misma película sin gastarnos un duro...
Realidad, sí; buena película...ufff
A mí me aburrió un poco y no me mantuvo el interés excepto en querer darles un par de meneos a estos sinvergüenzas.