Lo que el pulpo me enseñó

De hecho tengo un brazo tamaño XL de pulpo que compré en el Carrefús con la oferta del 50% que vuelve, y que algún día me comeré, que bien rico tiene que estar.
Me puse a ver ese documental después de ver una publicación en una web donde se afirmaba que mucha gente había publicado en Twitter que no iba a volver a comer pulpo nunca más después de haberlo visto. Así que me pudo la curiosidad y quise experimentar, a ver si me pasaba a mí igual y acababa tirando el brazo de pulpo XL a la basura.
Lo que vi fue un documental precioso, lleno de imágenes sobrecogedoras y que te hacen desear aprender buceo y vivir cerca de una playa no demasiado masificada para poder practicarlo y hacer amigos bajo el mar. Es apasionante ver cómo el pulpo hace frente a situaciones de lo más diversas, haciendo gala de una inteligencia adaptativa sobresaliente y de unos rasgos evolutivos fascinantes.
Pero también vi un documental cuya velocidad fue ralentizada, quizás con el objetivo de hacer que lo veamos con más calma y estemos más predispuestos a conmovernos con ciertas escenas que, realmente, no pasan de ser capturas de actividad salvaje que veríamos en cualquier otro documental tipo National Geographic. Está montado con el objetivo de que veamos esas escenas con una carga sentimental que no existiría en un documental normal.

Muchos dicen que el protagonista se contradice porque dice que no quiere intervenir en la naturaleza (en plan "no la voy a salvar de los tiburones, no quiero alterar el ecosistema ni ná de eso"), pero tampoco le importa influir en un animal salvaje, tocarlo e incluso darle de comer cuando está malito. Y creo que hay mucho de cierto en eso. Porque, vamos a ver, porque ayudes a un pulpo cuando las pasa canutas no te vas a cargar el ecosistema, por favor. Ése era un pulpo especial para ti, así que cuídalo, aliméntalo, sálvale de los depredadores e incluso, qué cojones, adóptale (si es que eso se puede hacer). El bosque de algas kelp no va a desaparecer porque te centres en un único pulpito.

En fin, que no dejaré de comer pulpo porque es un animal nutritivo, y porque en la naturaleza todos comen y son comidos, y yo no voy a ser la excepción. De hecho, habría hecho lo mismo que Homer Simpson con "Tenacitas": si veo que mi amiga la pulpa está a punto de fenecer por no haber comido durante meses y se deja devorar por los demás animalitos del mar, pues no lo dudo, la cojo y le doy una muerte rápida para comérmela. Gracias, pulpa, amiga mía, has entrado en mi corazón y ahora estás en mi estómago, lista para formar parte de mi cuerpo entero. ¿Qué puede haber más hermoso que eso, en verdad?

Es muy bueno como documental, buenos colores y refleja el mar de una forma muy cercana, no lo veas como si fuese una película o te decepcionará, no sabía nada respecto al pulpo hasta que lo vi este documental, no suelo ver muchos pero este me encantó y me tuvo enganchado hasta el final.

Me parece un documental sorprendente que da una vuelta de tuerca a los documentales que estamos acostumbrados a ver sobre naturaleza, animales y el océano. Te golpea, te zarandea con una emotividad pasmosa que te hace reflexionar sobre aspectos profundos del ser humano. No, no es simplemente un documental de un pulpo en el mar, un documental sobre naturaleza. Es un documental con un marcado trasfondo social y humano, y por eso, merece mi aplauso. Una estética muy cuidada con planos impecables, un ritmo en la narración que te mete de lleno en la historia... Bravo, me ha encantado, removido, tocado...

Hace un tiempo que vengo pensando en lo inteligentes que son los pulpos, en la facultad he visto algo al respecto, en realidad un trabajo práctico de un compañero que expuso sobre estos animalitos. Este documental (¿Es realmente un documental?) nos viene a contar cómo es la vida de un pulpo hembra (¿pulpa?) y su vínculo con un humano.

El film comienza con nuestro protagonista humano, Craig Foster, contándonos que está pasando por un momento horrible mentalmente, y recurre a meterse al agua helada del océano Atlántico sin ningún tipo de traje. Allí conoce al pulpo hembra y comienza a hostigarla, hasta que entra en confianza y ella accede a tener un vínculo con este humano.

Hubo varios momentos que me hicieron dudar de la veracidad de este documental. Todas las escenas parecen estar filmadas con una narración conveniente. Por ahí pensaba si realmente era un documental o se dispusieron a molestar a este ser que estaba muy tranquila por el mar y decidieron hacer un guion, luego tildarlo de documental, ya que nadie iba a creer que un pulpo puede actuar.

No estoy queriendo decir que es un mal film. Es muy hermoso de ver, sobre todo la fotografía. Esos bellos paisajes de Sudáfrica dentro y fuera del agua no tienen precio y vale pena ver este film. También es interesante la historia, lo que este humano aprende en base a su vínculo con el pulpo. Entiende que los animales, todos, merecen nuestro respeto.

Quizás algunas personas empatizaron mucho con este mensaje y decidieron dejar de comer animalitos, lo cuál sería genial. Ya es hora que dejemos de creer eso que nos venden de que “necesitamos carne” para vivir, todos los animales tienen sentimientos, sufren, y me parece muy necesario que el especismo (Creencia según la cual el ser humano es superior al resto de los animales, y por ello puede utilizarlos en beneficio propio) deje de existir.

Por momentos parece un thriller, le meten suspenso a situaciones que vive este ser del mar. La banda sonora está muy bien hecha, es otro de los motivos por los cuales cuesta creer que es un documental. Quizás está tan bien realizado que eso es lo que más hace dudar. Hay dos opciones, nos vendieron algo filmado con el fin de hacer dinero como documental o los realizadores son muy buenos que parece que no es documental. Ustedes deciden.

Mi recomendación: Hermoso film que sigue a un rico con un pulpo, y un amor imposible.

Mi puntuación: 7/10

Desde que vi por primera vez “Lo que el pulpo me enseñó”, disfruto viendo la cara de mi interlocutor cuando recomiendo el documental describiéndolo como: “una historia de amor entre un hombre y un pulpo”. Normalmente la gente cree que les estoy vacilando entonces tiro de galones y continúo: “Ganó el Oscar al mejor documental del año…” y ya les genera interés…

Craig Foster, un cineasta sudafricano que pasa por una época valle en lo que se refiere a creatividad, decide resurgir a través de la conexión con el medio marino, sumergiéndose en la costa que bordea Ciudad del Cabo. En un bosque de algas entablará una extraña amistad con un pulpo. Craig muestra una extrema sensibilidad y respeto por el medio ambiente, así como bondad y afectividad por su nuevo amigo, mientras la relación y la confianza entre ellos va creciendo.

El documental nos va atrapando y nos genera distintas emociones: sorpresa a medida que descubrimos la inteligencia del invertebrado, la alegría cuando vemos cómo resuelven con éxito situaciones complejas, ilusión con los reencuentros regulares, y tristeza y aceptación, en otros momentos.

Con un guion exquisitamente hilvanado, tan lineal que nos hace pensar en un largometraje, rítmico, bien narrado… Con una fotografía que enamora a los amantes y no tan amantes del ecosistema marino y con una música excelente que acompaña el conjunto.

Hora y media que nos deja queriendo saber más, creyendo en el ser humano, y maravillados por la naturaleza.

Una historia tan hermosa que resulta difícil de creer.