Diplomacia

Interesante propuesta sobre hasta qué punto pretendía llegar Hitler para destruir la capital de Francia. Si bien casi todo se contó en la contundente ¿Arde París? aquí nos encontramos con un punto de partida más teatral que cinematográfico, que sin embargo su director sabe dosificar con esmero.
Al interesante duelo dialéctico entre el militar prusiano y el cónsul sueco, muy bien interpretados sobresaliendo Niels Arestrup, se le suman una serie de escenas en paralelo y ciertas imágenes documentales de la época que aumentan el espacio reducido en donde se desarrolla casi toda la trama.

Esta historia verídica está muy próxima en estructura a la casi desconocida "Réquiem por un imperio", también un duelo dialéctico de altura en torno a acontecimientos históricos consecuencia de la segunda guerra mundial.

Será difícil determinar si esta película refleja tan de cerca como pretende la realidad de lo ocurrido y si la salvación de París tiene un responsable tan claro como aquí parece y si es el gobernador Von Choltitz o el consul Nordling o los anónimos miembros de la Resistencia que actuaron ese y otros días. Pero en sus mejores momentos la obra aquí adaptada constituye un excelente ejemplo de ofensiva y contraofensiva dialéctica y estratégica en busca de una radical persuasión de un personaje hacia otro, y en ese aspecto no puede menos que recordar a Doce Hombres Sin Piedad. Si tiene además el mérito de la brevedad, una buena dosis de rigor histórico, intérpretes competentes y un director de prestigio, no cabe duda de que merece la pena verla sin temor a que deje un mal recuerdo.

Si uno quiere ver teatro, va al teatro; no al cine. La película es correcta. De ninguna manera para dar a Volker Schlöndorff el premio a la mejor dirección en la SEMINCI. Ojo, que he visto todas las películas presentadas a concurso. Parece que el jurado ha premiado al director por "El tambor de ojalata". Esa sí que era para conceder un premio.

Salud.

Obra de teatro adaptada a la gran pantalla y basada en hechos reales que nos explica como un cónsul sueco convenció a un general alemán de no hacer volar por los aires París. El mayor logro de esta película es que sabe mantener la tensión en todo momento y que, a pesar de saber con certeza como acabará, tiene un par de interesantes giros dramáticos que unidos a su reducida duración hacen su visionado entretenido y muy dinámico. Con una sencilla pero eficaz puesta en escena todo el peso narrativo recae en sus veteranos protagonistas, los cuales interpretan a dos personajes que a pesar de estar en bandos opuestos, moralmente no están tan alejados como parece.

Más mini críticas en cinedepatio.com.

Tenía mucho interés en conocer esta obra y he tardado en poder verla. Ha sido una desilusión. Es una obra de teatro que consta de un diálogo sin más. He leído las críticas que en general son muy poco satisfactorias y más o menos dicen lo que he resumido de entrada, añadiendo algunas datos interesantes claro. Pero me llama la atención que no he encontrado alusiones a la excelente película de 1966 de René Clément "Paris brule t-il ?". "Arde París ?"se llamaba la versión en español igual que el magnífico relato que fué famoso best seller de Dominique Lapierre y Larry Collins origen del film.
Es un clásico que recomiendo mucho. Allí verán en cine auténtico una también casi auténtica relación de los dramáticos acontecimientos que precedieron a la liberación de Paris. Dicen que los autores de la obra en una gran investigación histórico periodística reunieron cientos de testimonios de testigos y protagonistas de aquellos sucesos.
Y René Clément consiguió un film agil, interesante, a ratos emocionante. Quizá hoy el defecto sea el exceso de grandes actores de entonces, un elenco impresionante, un gozo para los aficionados, pero quizá resta realismo a la acción que va narrando. ¡ Pero cómo he recordado viendo esta representación teatral, al genial Orson Welles en el papel del consul Nordling !