Lo que queda del día

Al tratarse de una película de Ivory uno espera un film impecable, con clase y ante todo con un cuidado extremo, que, con muchísima refinación este artesano sabe pulir en sus pelis. Aquí nos regala un film maravilloso, lleno de un brillo y una clase realmente admirable.
Este melodrama costumbrista nos asoma a la memoria de Stevens un mayordomo que recuerda cuando trabajaba en una gran mansión y donde conoció a la Señora Kenton, de la que se enamoró profundamente.
Ivory describe las rutinas de la mansión y de Stevens, nos muestra los hábitos, todo es descripto con un maravillosa pulcritud, el tratado que le dá es perfecto.
Pero si bien las costumbres estan bien mostradas, lo que aqui se evidencia es la represión y el silencio de Stevens, un ser incapaz de dejar al descubierto sus emociones, en sus escenas con la Sra. Kenton (pareciera que va a pasar algo, al final no sucede) el personaje no puede decirle que la ama y más tarde se dará cuenta de lo que perdió.
Para traslucir los estados de ánimo de Stevens está el monumental Anthony Hopkins, sencillamente magistral es su clase de actuación por este inolvidable rol. La excelente Emma Thompson también demuestra que es una gran actriz, aunque Hopkins la opaque.
Este melodrama es sin duda un deleite, con una riqueza espectacular Ivory nos regala uno de esos dramas románticos refinados y pulcros como pocos otros directores hacen.

Estamos ante una película que retrata, en una gran mansión inglesa, el día a día de la servidumbre, encabezada por Stevens, un mayordomo de impecable educación y entregado por completo a su trabajo. Stevens dirige con gran diligencia todo el servicio. En la servidumbre también está la señorita Kenton, el ama de llaves, una mujer compasiva y con un fuerte carácter, que desde el principio contrasta con el carácter extremadamente rígido, reservado y contenido de Stevens.
También se retratan acontecimientos políticos y diplomáticos importantes que atañen a lord Darlington, el dueño de la mansión, mientras en Europa se está gestando la Segunda Guerra Mundial.
Los tiempos del servicio de Stevens y Kenton a lord Darlington son rememorados en flashback, pues en realidad ya han pasado veinte años. En la actualidad (1958), Stevens continúa como mayordomo, pero muchas cosas han cambiado.
Es una historia de emociones contenidas, de un hombre que dedica su vida a servir a otras personas en su calidad de mayordomo. También es la historia de una mujer que pasó los mejores años de su vida en Darlington Hall.
Y, como trasfondo, una época crucial en el desarrollo de los acontecimientos que desencadenaron la mayor guerra de todos los tiempos.
Actuaciones brillantes, sobre todo Anthony Hopkins con su comedimiento y Emma Thompson con su emotividad; fotografía espléndida, puesta en escena y ambientación extraordinarias, guión intachable. La música tal vez algo repetitiva, pero está bien.
Un drama de romanticismo sutil y de intenso trasfondo histórico y político.

1. La delicadeza ambiental del maestro Ivory encontró desde el primer momento una atmósfera absolutamente lograda para contar una de las historias de amor más delicadas y emotivas... en las que, precisamente, el amor es un animal escondido en sucesión de ocultos temores.

2. Para narrar los silencios en los que se entrevera esta pasión agobiante: un marco de belleza sin par con un reparto de excepcional calidad.

3. Desde entonces ninguno de los dos grandes actores alcanzó esta magnitud de creatividad basada en lo más granado de la escuela teatral británica: máxima riqueza interpretativa con mínima energía expositiva: mirad mis labios, mis ojos, los gestos que consiguen salir de este cuerpo prisionero...

4. Además de la grandeza de Hopkins-Thompson, hay mucha valía en los momentos del padre del señor Stevens, Peter Vaughn: magistral en su culmen de silencio torturado, en su ignorante manera de soportar el dolor de vivir en una casi esclavitud.

5. Secundarios magníficos como enmarcan esta historia que suena deliciosa aunque esconda una tragedia de impotencia y de angustia.

6. Señorita Kenton-Señor Stevens: gracias por iluminar de tal manera la vigorosa poesía del cine.

Ivory borda esta exquisita y pausada historia de amor contenido entre un mayordomo y una ama de llaves.
Película de actores con excelente actuación de la pareja protagonista (ya demostraron la química existente entre ambos en "Regreso a Howard's End").
Hopkins no deja de asombrar y demuestra su versatilidad cambiando radicalmente de registro tras interpretar a Hannibal Lecter.
Emma no se queda atrás en un género en que se mueve como pez en el agua ("Sentido y sensibilidad", "Mucho ruido y pocas nueces", "Carrington",...).

Excelente exposición de la represión en el ser humano, de como el trabajo y las obligaciones pueden anular la capacidad de responder a las emociones, de como la rutina puede ser capaz de anular cualquier posibilidad de vida afectiva. Me quedo con la escena final de la paloma que se golpea contra las paredes de la casa, al igual que Stevens se golpea por dentro sin que nadie, afuera, pueda escucharlo.