Un horizonte muy lejano

La tendencia a titular las película con nombres llamativos para atraer la atención del espectador, hace que se caiga a veces en redundancias como hablar de horizontes lejanos y demás.
El "horizonte muy lejano" que aquí nos ocupa podemos ubicarlo en el género melodramático, parcialmente y muy al final, ambientado en el Oeste de la construcción de sus ferrocarriles y en la famosa carrera del mediodía del 23 de mayo de 1895. En la misma los colonos se repartieron las últimas tierras de Oklahoma que quedaban en poder de los indios, en este caso de la tribu Kickapú. La trampa que algunos colonos realizaron clavando el día anterior las estacas que les otorgaba la propiedad en la zona que deseaban, hizo que los de este estado fueran conocidos como los "tempraneros". En la cinta veremos alguno de ellos.
El comienzo es potente, con la escena del entierro en las estériles tierras de la parte más occidental del Irlanda con el océano rugiendo al fondo, o con la neblinosa mañana del duelo frustrado. Veremos más adelante otras escenas asimismo bellas como las caravanas o el ferrocarril surcando la pradera, o la recreación del ambiente espeso y sórdido donde se movían aquellos primeros emigrantes irlandeses.
Y es que el asunto trata de la búsqueda de fortuna de uno de tantos míseros campesinos de Irlanda, Joseph Donnelly (Cruise), ahogado por las deudas con los señores y educado por su padre en la importancia de tener propiedades, "La tierra es como el alma del noble. Sin ella no vales nada". No precisamente en busca de fortuna sino de aventuras marcha con él a América la hija de uno de esos señores feudales, Shannon Cristie (Kidman). "¡Quiero escaparme porque soy moderna!", dice, enterada de la carrera de Oklahoma. No termina de creerlo Donnelly, "La tierra no la regalan en ninguna parte del mundo. -En América si".
Los aspectos técnicos son impecables: fotografía, paisajes, color, vestuario, ambientación, música ... Una memez la nominación de "Book of days" como peor canción original por los espabilados de Razzie.
Guion poco consistente, más preocupado por seguir de cerca la novela o el texto que debió servirle de base argumental que de tener su propia iniciativa. Algo parecido pasa con la dirección que se centra demasiado en los dos protagonistas a mayor lucimiento suyo, dejando al resto muy en segundo plano.
Superficial el desarrollo de la personalidad de los personajes, sin apenas cambios ni evolución alguna. Fuera de las manías que cada uno puede tener, buenas interpretaciones de Kidman y de Cruise, como del resto del elenco.
En cualquier caso, es una película muy bien hecha a la que se pudo sacar más partido si no se hubiera concentrado tanto el foco en los dos protagonistas principales. Le sobran minutos especialmente en las escenas de boxeo.
Resumiendo, una buena cinta que distrae.

Ron Howard a los mandos con guión de Bob Dolman y el mismo Howard, conduciendo a Tom Cruise y Nicole Kidman por esta demostración de drama romántico y aventuras amenizado con música de John Williams. Este filme se vendió muy bien allá en los 90 con el tema de los pobladores de territorios vírgenes en el siglo 19 y recaudó en taquilla mucho más del presupuesto inicial. La historia que nos narra está inscrito en su título, pues estos irlandeses persiguen un sueño algo lejano como poseer tierras en América. La hija de un terrateniente (Kidman) y un joven (Cruise), huyen juntos a América como pareja que fueron en la vida real y que ya desvanecía en la obra maestra y última película del realizador Stanley Kubrick, Eyes Wide Shut. Puede que tenga un tono blando pero su ambición fue de ser en su época una superproducción épica y novelesca. Aquí priman los escenarios naturales irlandeses como los de la América pasada y la impresionante carrera por obtener tierras. En fín, se trata de un filme construido y fabricado para el gran público como uno de los grandes clásicos afín de otros más consagrados en el séptimo arte.

Tediosa y aburrida. Un guión plano y salvo Kidman, que siempre llena la pantalla, los actores parece que están de paseo. La vi hace relativamente poco tiempo y sólo recuerdo, a parte de algunas escenas de Kidman, el final y para eso vagamente.

Una película con ínfulas de epopeya que se queda en nada.

Cuando los personajes no contagian y no transmiten sensaciones, cualquier película se convierte en algo banal; y eso es lo que le ocurre a ésta.

Saludos.

Mi profesor de historia me recomendó esta película...se me ha caído del mini pedestal en el que le tenía, y le ha salido un chichón del golpe. Creo que le pongo un tres porque...no sé porque le pongo un tres, la verdad, me da pena poner menos. Lo que queráis, Tom Cruise es guapísimo, pero la película sigue siendo soporífera. Me la recomendó para que aprendiera sobre la carrera (ahora he descubierto que literal) hacia la conquista del oeste y resulta que hasta que no llevas una hora y cuarenta y cinco el oeste ni pisarlo. Toques de humor absurdo, que no hacen más que aumentar la desesperación que sientes al ver la película. La pedante de Shannon (Nicole Kidman) es una ricachona mimada que se las da de rebelde. La otra peli que me ha recomendado es el último Samurai, menos mal que vivo en un sexto.

Lo típico de una comedia romántica americana pero con un punto diferente. Eso es lo que la hace distinta y recomendable, aunque las actuaciones de Cruise y Kidman me parecen como siempre flojas. No transmiten intensidad, es como ver un cuentito.