Mi tío

De nuevo el gran y olvidado Jacques Tati nos regala una película en la que el maquinismo, el mal uso de la tecnología, la supuesta modernidad, etc actúan como motores fundamentales de la alienación de los personajes.
Clarísima la distinción entre los dos barrios. En un vive el Sr.Hulot, donde todo el mundo habla, discute... un barrio con vida. En el otro vive su hermana y el marido, una casa fría, que por momentos hasta tiene forma de nave espacial... Y en medio su sobrino, que claramente se decanta por el tío, que es con el que encuentra la felicidad.
Deslumbrante uso de los objetos y del color, una obra que perdurará su legado con el paso del tiempo. Gracias, Tati

Mi tío es efectivamente la mejor de las películas de Tati e una de las joyas de la historia del cine.

Su director nos muestra dos barrios:el primero,el barrio rico y moderno,pijo,donde todas las leyes tienen que ser ejercidas por educación.El segundo barrio, pobre, en el cual los vendedores de un mercado ambulante chillan para vender sus productos.

Este film, está impecablemente dirigido, como se puede ver y además incluye unas interpretaciones
magníficas.El enérgico personaje que interpreta Tatí encarna a la perfección a un personaje de cine mudo,con un estilo de mímica que podría ser una mezcla de Charlot(el personaje, sus ropas )
con el de Buster Keaton(las magníficas acrobácias).
La gran interpretación de Tati fue homenajada por François Truffaut (director francés de la Nouvelle Vague),que en su film Besos robados(1968)el qual hizo aparecer un falso Tati en una estación de metro.

Volviendo a Mi tío es un film perfecto con mucho humor,subrealismo y gracia,por eso se merece figurar dentro de las mejores películas de la historia.

A veces las películas sencillas son las mejores de todas.

Prodigiosa cinta del gran Jacques Tati, que construye un personaje similar al de Charlot, de Charles Chaplin para hacer una revisión y una fuerte crítica a la modernización exagerada de la sociedad causada por el auge del consumismo en cosas cada vez más inútiles e innecesárias.

La historia nos coloca ante una família adinerada formada por los padres y el niño. El padre, como cabeza de família, se ocupa de traer el dinero a casa y de intentar gozar de una imagen prodigiosa y prevalecedora ante todo su entorno. La madre es la típica ama de casa que tiene la estúpida necesidad de lucirse y de mostrar a todas sus vecinas la alta tecnologia y comodidad que luce en su casa tratando de llenar de envidia a sus supuestas amigas. En el otro lado, tenemos al hijo, un niño de lo más simpático y tierno aburrido de la necia vida de sus padres plagada de falsedad e hipocresía, ni siquiera el dinero que su padre se gasta en juguetes puede hacerle mínimamente feliz. Suerte que el chico cuenta con sus amigos, con los que puede gozar y llevar una infancia de lo más gozosa y de lo más normal, alejada del mecanicismo y del consumismo exagerado de sus padres.

El niño además cuenta con su tío, interpretado soberbiamente con Jacques Tati, que emplea su personaje como alguien totalmente ajeno a la aburrida e hipócrita vida de su hermana y de su cuñado mostrando al chico los valores y las cosas por las que verdaderamente merece la pena vivir.

A través de la simpatía y de la frescura del personaje de Tati, el espectador se sumerge en un sinfín de situaciones delirantes y muy bien pensadas donde nos coloca a un tierno personaje que no pega ni con cola con el lugúbre ambiente que viven sus parientes más cercanos, donde refleja la estúpidez y la falsedad de la sociedad y de la necesidad de ésta de lucirse y quedar bien delante de los demás con inútiles aparatos y cachivaches cada uno más grotesco, ruidoso y exagerado sin utilidad alguna salvo la de molestar.

Una obra de lo más tierna que llena por mostrar el verdadero calor y el significado del tacto y del cariño humano, plagado de sentiminetos y de buenas intenciones. No cabe la menor duda de que estamos ante una de las obras humanistas más importantes que ha podido ofrecer jamás el cine gracias a su alto contenido pedagógico y la importáncia de preservar las verdaderas amistades.

Grandiosa película, y voy más allá, la mejor de Jacques Tati sin duda.
Lo tiene todo, gente normal (el barrendero) clásica (el barrio de Hulot) modernismo (la casa de su hermana) celos (su cuñado Arpel) limpieza (su hermana) picardía (su sobrino Gérard) traviesa (los amigos de su sobrino) ingenuidad (Sr.Hulot).
Todo esto y mucho más nos espera en Mi Tío, un film que te hará disfrutar de la comedia al más puro estilo del cine mudo, pues como en casi todos los films de Tati, la imagen, decorado y sobre todo efectos sonoros cuentan más y son más hilarantes que el mismo guión.
La escena más graciosa a mi parecer es cuando en la noche intenta el Sr Hulot igualar el arbusto de la casa de su hermana, dos ojos de buey que hacen de ventana de la habitación del señor Arpel (su cuñado) mirando en dirección a Hulot, pues el ruido les hace prever un robo y como dos ojos van girado en dirección a Hulot, es una gag fantástico.
Otro de las genialidades del film y tiene a cascoporro, es cuando acuden visitas a casa de la hermana de Hulot, siempre que llaman a la puerta esta enciende la fuente del pez que sale un chorro de agua como decoración, cuando no es una visita la apaga, como cuando llega el marido y llama a la puerta, solo se oye el sonido de la fuente y el agua al caer, el marido contesta soy yo, la mujer apaga la fuente y el pez deja de soltar agua.
Otro muy bueno es cuando los invitados tienen que ir haciendo el recorrido de ese jardín incomodo pasando de piedra a piedra hasta volver al mismo sitio.
Luego están las bromas de los chiquillos que son geniales, la del choque de coches y sobre todo la del silbido, esa es genial y encima transforma la broma en una excelente escusa para la unión de un padre y un hijo.
Contado tal vez pierda un poco (o un mucho) pero verlo es genial, las risa que me pegué yo solo viéndola no tiene precio (para todo lo demás Master Car).

A mí me consta que el humor de Tati , el maestro del encuadre, es incomprendido por la mayoría. Claro, un sentido del humor tan sutil y abstracto está dirigido a los sibaritas que puedan degustarlo y colocar a este genio inclasificable en el Olimpo solo reservado a Chaplin, Keaton, Lubitsch o Wilder, y no exagero. Mi tío y Las vacaciones del Señor Hulot me parecen dos obras maestras como una catedral. En Mi tío (1958), esa fuente con forma de pescado me sugiere un ominoso y terrible totem amenazante, un símbolo lúcido de un mundo ya alienado por la mecanización y la tecnología. Hay una escena divertidísima que refleja la frivolidad de las clases acomodadas, aquella secuencia en la que la esposa (una esperpéntica maruja) limpia con un trapo el traje del marido mientras éste se dirige al coche para ir a trabajar y luego, para rematar la faena, con el mismo trapo limpia el coche. Tati ridiculiza así los burdos rituales mundanos. No necesita palabras (son incomprensibles), solo se oye un ridículo parloteo, porque en el fondo la mayoría de las veces no decimos absolutamente nada. Profunda y lúcida sátira de los tiempos modernos. Imprescindible.