Bridget Jones: Sobreviviré

Me sacó alguna sonrisa prácticamente durante todo su metraje, pero no es nada divertida comparada con la primera y de ahí mi nota.
Se me hizo mas empalagosa, vi una Bridgte desencajada, desubicada y algo no funciona. El segundo libro es muy divertido y esta no consiguió engancharme, sera por las espectativas que tenia de pasar un buen rato, y esto no lo conseguí.
Estamos ante una Bridget que ha perdido su esencia, su diversión. Vista una segunda vez y con otra espectativa es disfrutable sin más. Un placer.

Los fenómenos (pseudo)literarios suelen tener igualmente el benéplácito de los espectadores cuando se adaptan al medio cinematográfico, y sirvan como ejemplo de ellos las aventuras del niño mago más famoso de todos los tiempos o la titánica epopeya fantástica de J.R.R.Tolkien.

'El diario de Bridget Jones' tiene en su segunda entrega el discutible título 'Bridget Jones: Sobreviviré', que ofrece lo mismo que la primera, entretenimiento sin más y una historia que, aunque mil veces vista, oída y leída, se sigue con agrado, por la simpatía de sus situaciones y por el tono marcadamente comercial.

Renée zellwegger vuelve a ser Bridget Jones, y los demás actores repiten también personaje, como el soseras Colin Firth o el caradura Hugh Grant. Entre todos ellos, junto al correcto trabajo del equipo técnico, hacen un nuevo producto destinado al éxito comercial, tan entretenido como intrascendente, tan divertido como una tarde de sábado entre amigos, tan gracioso como decididamente vacío.

En los años 90, Helen Fielding publicaba una novela que iba revolucionar al público femenino: "El diario de Bridget Jones", retratando a partir de una joven inglesa, todos los traumas, miedos e inseguridades de las mujeres modernas que rondan la treintena. Naturalmente el éxito editorial no iba a pasar desapercibido para los productores cinematográficos y poco tiempo después Renée Zellweger aparecía en las pantallas asumiendo la personalidad de Bridget Jones,componiendo un personaje obsesionado con el peso, el tabaco y una relación más estable. A pesar del culto que vivimos en nuestros días, lo cierto es que solo unos cuantos, y unas cuantas, están contentos con el cuerpo que tienen, y ya no hablemos de las relaciones, por lo que es inevitable que un buen sector de la población femenina se sienta identificada con el personaje creado por Hellen Fielding. Lógicamente la segunda parte tanto de la novela como de su adaptación cinematográfica estaba cantada. Si en la primera parte dejamos a Jones con Darcy (interpretado por Collin Firth), en esta segunda parte parece que las cosas le van bien, sin embargo, las inseguridades vuelven a aflorar personificadas en la atractiva ayudante de Darcy, y en la sombra de Daniel Cleaver (Hugh Grant) siempre acechante. La directora del film Beeban Kidron, envuelve toda esta trama en un intento de mezcla entre la típica comedia americana de la época muda (la de los pasteles en la cara, resbalones, etc, también llamada "slapstick") con la conocida "screwball" de la comedia clásica americana, consiguiendo que el personaje de Bridget Jones pase a ser considerado con una neurótica cretina que por sus miedos echa a perder lo que tanto le había costado conseguir, y de paso nos ofrezcan una galería de resbalones, caídas y demás que la hacen parecer torpe, con lo que en esta ocasión hay una mayor distancia con el (torpe) personaje de Bridget Jones y su público femenino. En esta segunda parte es quizás el personaje de Hugh Grant el que más sale ganando, sobretodo porque Grant, demasiado etiquetado en comedias facilonas, mejora muchos enteros componiendo un personaje antipático, macarra, chulo y mujeriego (en las antípodas de lo que nos tiene acostumbrados). El film por lo menos hace pasar un rato agradable que en el fondo es de lo que se trata.

No soy precisamente un forofo del cine clásico ni de la comedia en blanco y negro, pero sin duda echo mucho de menos una buena comedia, romántica o no, con ritmo, buenos gags, algunas situaciones bien ensambladas y notables interpretaciones que me permitan, aquí y allá, unir una carcajada a una sonrisa: pues todo esto está en muy buenas condiciones en el primer Bridget, y aquí es evidente que sus cuatro guionistas hicieron mucho para que no decaiga el material. Decae algo, sí, pero aún así hay momentazos en los que me lo he pasado bomba.

El trío protagonista logró en más de un momento hacerme recordar a grandes de la comedia como Holden, Grant, Stewart, Hepburn, etcétera... y, sobre todo, lograron hacerme partícipe de esta aventura en la que un ser adorable como Bridget busque su lugar en el mundo entre una chica mucho más sexy, a priori, que ella, y dos galanazos como Hugh y Colin, todo aderezado con las manías, complejos y talentos de cada uno.

Es posible que la pobreza general en torno a este género me haga volcar con excesiva generosidad, pero qué más da: estos chicos me hacen feliz durante hora y media y eso... eso es formidable.

La primera fue buena pero esta tampoco está nada mal. Todos los intèrpretes están a la altura y el guión resulta fresco y simpático. Para muchos carecerá del efecto sorpresa pero para mi fue de lo mejor que podían haber hecho. Sólo que el personaje en esta entrega abandona la delirante fantasía romántica y aborda temas como el de la indecisión y el caos. Presenta un nuevo dilema y una nueva perspectiva del personaje. A mi me gustó.