El imperio de los lobos

El imperio de los lobos es la adaptación de una novela bastante extensa de Jean-Christophe Grangé que se editó en España en 1998 (el mismo autor de la novela "Los ríos de color púrpura" y el guión de "Vidocq"). A mí, este escritor no me parece tampoco para tirar cohetes, y sus novelas tienen todas la misma estructura, de dos historias en principio no enlazadas, elaborada a partir de capítulos alternos. Obviamente, intentar meter toda la trama (complicadísima) de la novela en una peli de dos horas es un ejercicio bastante complicado, y por ello el resultado es bastante mediocre. Aunque al principio es bastante interesante, el interés va cayendo poco a poco hasta que, a partir de la primera media hora, la cinta resulta bastante insoportable. La música es de lo peor (parece sacada de un videojuego barato de la Playstation) y, en general, el acabado de la película deja bastante que desear. Para esperar, a lo sumo, al DVD, aunque yo creo que ni para eso.

Si si si, la vi en cuatro porque no había nada más - además lei una reseña interesante en un periódico. Me pareció sorprendente, bien trazada; es más la segunda parte, me sorprende aún más. Queridos críticos profesionales, aclárense. Tan malo es lo excesivamente comercial, como lo comercial revestido de independencia "guay". Es decir tan pesado es lo evidente como lo "superchachiguay" de los "independientes - pijos" o los "progres-capitalistas". Llamenlo "X", pero cansa tanto crítico encantado de conocerse - vamos como Santiago Segura (dignisimo él consigo mismo y nos mete tres entregas de torrente a cuál mejor).

Una mujer que sufre amnesia parcial, empieza a sospechar que algo no va bien. Por el otro lado de la ciudad, 2 policías investigan 3 brutales asesinatos.

Si algo me está quedando claro cada vez que veo una película francesa del género policiaco o de acción, es que son todas pretenciosas, un "quiero y no puedo", vamos se les ve el plumero, y esta no es menos. A los 10 minutos canta, 2 historias diferentes que se huele a la legua que se van a unir y cómo. Se curran un guión (este me parece que es adaptado) simple y meten paja y más paja, hasta que queda bien inflado. Todo ello mezclado en 2 largas horas y con una música que no me ha gustado.

Jean Reno no me llama la atención particularmente en ninguna de sus películas y en esta no iba a ser diferente. Su personaje me parece de lo peor del film, ya que como personaje, sabe demasiadas cosas, como cuando encuentra la llave, encuentra el pasadizo...no sé, son detalles que piensas "Él sólo puede detener a Bin Laden si quisiera".No es una película que recomendaria.

Muy habitualmente pueden leerse y/o escucharse comentarios de personas que hablan del cine francés como un ejemplo de calidad cinematográfica en el que el cine español debería fijarse más a menudo. Viendo esta peliculita yo me pregunto ¿qué es lo que los realizadores españoles deben aprender de los franceses? Por lo pronto la trama del film, que paso de explicar porque me da la risa, es tan absurda e inverosímil que no me puedo creer ni por un solo momento que alguien se la pueda tomar en serio. La película es aburrida, larga, pretenciosa, efectista y el grado de disparate va creciendo a tal velocidad que lo único que le falta para rematar la faena con una vuelta al ruedo es que se descubra que la chica protagonista es una alienígena con superpoderes. La idea de juntar dos tramas que en un principio parecer tener muy poco que ver es un truco ya usado en otras películas (como la horrorosa, y también francesa, “Los ríos de color púrpura”), pero por lo menos deberían intentar que el nexo de unión, que seguro ellos considerarán tremendamente original, no nos haga clamar al cielo exigiendo venganza.
En fin, no se la recomiendo a nadie. Si os ponéis a girar sobre vosotros mismos durante media hora aproximadamente obtendréis un resultado muy similar al que produce el visionado de este engendro. Y encima gratis.
Como dato interesante resaltar que, por lo visto, en Francia los cementerios están iluminados con lucecitas fosforescentes, tubos de neón, etc. que le dan a todo un look muy atrevido y moderno. Mira, aquí en España eso no se nos ha ocurrido.