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Alabama Monroe

Drama Narra la historia de amor entre Elise y Didier. Ella tiene una tienda de tatuajes, él toca el banjo en una banda. Es amor a primera vista, a pesar de sus diferencias. Él habla, ella escucha. Él es ateo y un ingenuo romántico. Ella tiene una cruz tatuada en el cuello, y los pies en el suelo. Su felicidad se completa con el nacimiento de la pequeña Maybelle. Pero la niña enferma a los seis años. (FILMAFFINITY)
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Críticas 101
Críticas ordenadas por utilidad
23 de junio de 2014
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando vi el trailer de esta peli (no me acuerdo donde) lo que me llamo realmente la atención fué la música, entre otras cosas porqué es casi lo único que muestra. A pesar de que no sea un obseso del country (Bluegrass http://es.wikipedia.org/wiki/Bluegrass) sí que me atrae bastante, sobre todo algunas piezas.
Por lo anterior, cuando tuve oportunidad de verla la cogí con mucho gusto. Y aquí empezó mi sorpresa. Agradable sorpresa.

Lo que yo creí que iba a ser un musical resultó ser un drama que no olvidaré,

La primera media hora me tenía un poco perplejo porqué no conseguía conectar con la historia. Tiene momentos que te llaman y otros que te sacan de ella. Si me llega a pillar cansado hubiese cometido el gravísimo error de quitarla. O quizás no, porque la banda sonora es realmente una belleza y eso conseguía hacerme seguir.
Una vez el primer tramo concurrió, la peli empieza a cojer intensidad. En algunos momentos, muuuucha intensidad. Y así continua hasta el desenlace. Un desenlace que me recordó muchísimo (no por lo cinematográfico, algo personal) a Cyrano de Bergerac (la de Depardieu). Menos mal que vi la pelícla solo, porque esta ha sido una de la escasísimas veces en las que no pude controlar los lagrimales y acudió a mi garganta el famoso nudo. Cuanto tiempo sin sentir tanto viendo la tele. Jamás olvidaré el final. Imposible.

Ahora, dejando un poco las emociones a un lado, deciros que la peli tiene un sello muy ...europeo?. Quizás no sea el término más adecuado. No sé. Pelín extraña (sobre todo al principio). La fotografía igual, lo mismo paisajes tipo americano que luego ciudad europea a tope. Una mezcla que solo aquí se sabe hacer.
Los actores, que decir, él se sale. Soberbio. Con un carisma de los que no se aprenden, se nace o no. Su cara y gestos te embeben como solo los más grandes pueden. A mi me recordó mucho a Nick Nolte. Y en cuanto a la interpretación jajajajja, no es que me ria de malo sino de gusto al recordar una de las escenas finales en la que se observa perféctamente como se le sale la baba de tanta fuerza que hace en su papel. Este tio me encandiló.
Ella muy bien. Quizás no destaque para mí tanto, pero creo que es por su papel. Ella es más...nosé. Más como suele ser la mujer en general, más comedida. No sé como decirlo.
Pero los dos están maravillosos.

En cuanto a la historia, ¿sencilla? sí. Y quizás sea esa sencillez junto a la magistral interpretación, lo que hace de esta peli una cinta de como mímo un 8. La escena de la pelea entre ellos (ella en la cama y él al lado), joder, más realista es imposible.
Y si estás casado/a me darás la razón.

Bueno, me despido. Me dejo muchas cosas en el tintero, pero puesto que el cine afecta de forma distinta a cada uno de nosotros/as, creo que lo mejor es que yo me calle y vosotros/as veais esta maravilla de "Alabama Monroe"

Abrazos.
cncmag
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11 de febrero de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La banda de rock estadounidense Lynyrd Skynyrd, hace ahora cuarenta años exactos, comenzó a pregonar con el ejemplo de su estilo, libérrimo y espiritual, a través de la primera canción de su segundo álbum, que a la postre se convertiría en uno de sus temas más destacados y recordados: Sweet Home Alabama. Desde su título hasta su acorde final, no escuchamos simplemente el sonido nostálgico y evocador de la ciudad que da nombre; representa el alma y la esencia de lo que implica ser de esa tierra. Bienaventurado sea el que se permite caminar por senderos que te conducen a la creación de un hogar dulce y feliz, dejando aparcados los problemas y el odio. Porque eso es Alabama. Porque eso, en definitiva, es el country.

El director belga Felix Van Groeningen solemniza por completo con el sentido de las líricas que marcaron a fuego esta canción y, como pájaro libre que vuela buscando su destino, compone un relato de remarcado barniz trágico en el que la lógica dramática se complementa, solapa y conexiona con la lógica musical, pues los elementos del bluegrass, fusión del country rock que actúa como banda sonora del film, actúan como perfectos armonizadores de unos estímulos que, de graves y universales, se embarrancan en una suerte de postales emocionales de alta definición donde las embestidas de lo imprevisible sacuden a quienes menos lo merecen y hacen su particular agosto entre las gentes.

Así pues, por la película transpira un sentimiento de pertenencia a las costumbres sureñas, a la idílica reconciliación optimista, tierra adentro, de errante arquetipo de cowboy. Pese a que su línea argumental se ajuste a los terrenos del convencionalismo dramático, que abarcan una introducción-nudo-desenlace donde la felicidad se convierte en amargura y la creación en destrucción movida por el trauma de la pérdida inesperada, su estilo y los valores que pretende reflejar se antojan fuera de tiempo, sin atender a filias, modas ni tendencias de los actuales rastros cinematográficos.

Su diseño de producción nos incita a remover esa nostalgia de la tierra mítica de un entorno rural, de ranchos con vacas y puestas de sol desde el porche, alejada de unas consideraciones políticos-religiosas que sí hará más explícito su discurso en el último tercio de metraje. Lo onírico de su paisaje abraza el sentido romántico de su tendencia a la añoranza reflexiva. Incluso los actores, y no me refiero a sus interpretaciones, ya demuestran un carisma tocado por la gracia. Alabama acaba siendo tanto del espectador como de esta pareja que cruza el frenetismo de la gran ciudad con la tradición de un microcosmos terrenal absorto en sí mismo.

Su hermosa dirección de fotografía y la evidente química de sus protagonistas, pergeñada haciendo gala de la improvisación y el impulso más realistas, reafirman el interés de la película por pertenecer a un rastro referencial decididamente naïf, más artístico que narrativo. Esto, pese a crear contradicciones, no emborrona y suaviza sus pretensiones de engrasar su solemne estado de alteración sensitiva, que bien podría caer en el histerismo compulsivo de no ser por el armonioso nexo de unión musical y por un montaje arrítmico que avanza a golpes de flashback y flashforward, quebrando la linealidad, fragmentando por bloques el relato y enrareciendo el espacio para mantener y negociar la atención usual del espectador.

A todas luces, Alabama Monroe es una película que va más sobre sentir que sobre analizar, más sobre vivir que sobre filosofar. O quizá no. Como en una canción country, bajo su tono jovial y desenfadado, se esconde el relato de una existencia que, como cualquier otra, se compone de partículas de universos que batallan incesantemente por la encrucijada de dar sentido a nuestros actos y definir aquellos que se nos escapan de nuestra ínfima comprensión.
Weis
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9 de marzo de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película dotada de todas las dualidades posibles, dadas por la diferencia que en este caso une y atrae a sus dos protagonistas principales (Elise (Alabama) y Didier (Monroe)), ateísmo y creencia, realidad cruda y fe, lucha y abandono, vida y muerte y como no amor, sobre todo amor, siempre amor, apasionado, desaforado, tortuoso, y … sangrante.

Bellísima película sobre dos seres a los cuales les separan muchas cosas pero los une el amor (y además, en este caso la música), pero el amor une y también separa con tanta facilidad que la relación se vuelve insoportablemente dolorosa; sangra el alma por las diferencias de las almas, que la torpedad de las palabras agrava; pero pasa la tempestad y vuelve el amor a aflorar y así sucesivamente, hasta que… (spoiler).

Estupenda película de este para mi sorprendente Felix Van Groeningen, director de la misma que como hábil navegante dirige al espectador en éste (metafórico) barco en un mar embravecido por todos los vientos enfurecidos de las pasiones humanas y juega con nosotros haciéndonos pasar continuamente de un sentimiento de amor, paz y quietud, de besos, sexo, comprensión, abrazos y melodías a otro de desasosiego y crudeza cargado de reproches, crudeza misma que la vida no escatima ni se priva de enseñarnos.

No quiero dejar pasar la referencia al gran trabajo de todos los protagonistas y actores secundarios, al del propio director, en la forma en que nos narra la película, mezclando pasado presente y futuro y como no, a la banda sonora con bellísimas canciones, como esta fantástica “If a needed you” (Si yo te necesitase ¿acudirías a mí?
¿acudirías para aliviar mi dolor?
…si tú me necesitases, cruzaría el mar a nado para aliviar tu dolor).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Aristofanes
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25 de abril de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tremenda y dramática historia que deja descompuesto al espectador pero vale la pena verla, fue una de las películas nominadas a los Oscar del pasado año y muy merecidamente. Sin grandes alardes ni pretensiones muestra como pocas la descomposición en barrena de una pareja, esta vez por motivos trágicos, a través de la confontación del pasado y el presente (en esto recuerda algo a “Blue Valentine”): dos personas normales (él músico, ella tatuadora profesional) que se enamoran apasionadamente y de repente ven cómo toda su vida, convivencia, principios y estabilidad se hunden cuando su pequeña hija cae enferma. Huye además del sentimentalismo fácil en la que podría haber recurrido, siguiendo el ejemplo de los telefilms familiares.
A destacar una banda sonora excelente.
emmastark
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16 de febrero de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Lo sabía. De hecho, siempre lo he sabido. Que era demasiado hermoso para ser cierto. Que no podía durar. Que la vida no es generosa. No tenemos derecho a amar, no podemos encariñarnos pues la vida no hace obsequios. Vuelve a llevarse todo riéndose en tu cara, te traiciona."

Desde que visioné el trailer hace ya un tiempo, esta película despertó en mí un interés inexplicable que sabía debía escudriñar en cuanto el producto llegase a pantallas nacionales.
Algo había en aquella banda sonora, y en los actores que no dejaba que pudiese dejar de pensar en los 3 minutos que había visto repetidas veces. Mi instinto me decía que este filme tenía algo especial y no iba mal encaminada.

Alabama Monroe es un melodrama que si bien trata una temática digna de telefilm de sobremesa, es llevado con tal maestría que cala dentro del espectador hasta ahondar y despedazarte el alma.

El argumento es simple.
Didier y Elise no podrían ser más diferentes; ella una chica vitalista, independiente y de fuertes convicciones religiosas; él por su parte es un músico y ateo confeso. A pesar de todo se enamoran el uno del otro desde el primer momento, viviendo una historia de amor plena, hasta que un embarazo inesperado irrumpe en sus vidas para trastocarlo todo y devolverles a la realidad. A partir de ahí, vemos cómo una relación que se veía luminosa comienza a descender hasta llegar a las más oscuras penumbras.

El director belga Van Groeningen compone un relato de remarcado barniz trágico en el que el drama y la música se complementan y cohesionan para contarnos con acordes lo que es impensable expresar con palabras. Los momentos encima del escenario de ambos personajes dejan al descubierto sus verdaderos sentimientos, y gritan al mundo el dolor o la alegría que desgarra su ser interno. Los elementos del bluegrass, actúan como perfectos conductores de retazos emocionales donde las embestidas de lo imprevisible sacuden y se incrustan bajo la piel de todos los presentes.
Baetens y Heldenbergh derrochan química en este Blue Valentine europeo, de gran carga emocional y mucho más crudo y áspero. Sus miradas de complicidad al principio, y sus gritos "a posteriori" hacen trascender su historia mucho más allá de la pantalla dejando al espectador lagrimeando en la butaca.
La maravillosa fotografía acompañan a esta montaña rusa de emociones que dejan ver mediante un relato no lineal el antes y el después de dos personas que solo querían ser felices, pero que no pudieron luchar contra las adversidades.
coldestwinterr
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