Ichi the Killer

El mundo actual (y el pasado) es tan juicioso y estresante. A veces cuesta imaginarse algo sin pensar "¿Es esto normal?". Como seres humanos que somos tenemos un sistema de valores, que a veces nos hace sostenernos como personas, y otras veces simplemente no nos dejan vivir.

Cuando ese sistema de valores es violado EN NUESTRAS VIDAS, hay que seguir la justicia y las reglas del bien y el mal. Pero cuando ese sistema de valores es violado EN NUESTRA MENTE, bueno... ¿Sabéis lo que es la libertad de expresión, no?

Porque a las mentes no se les puede controlar (ni se debe).

Me da cierta rabia que películas tan inmorales como El Padrino, Funny Games o incluso El Club de La Lucha sean considerados clásicos de culto y esta, simplemente por tener una fórmula un pelín más simple sea tan machacada. Tiene un fórmula más simple, si, porque no es más que un gore de presupuesto mediocre con personajes carismáticos (y con mucha más carisma que los de las películas que antes he mencionado), y solo por eso uno se fija en si es asquerosa o no.

Si os da asco el gore, recuerdo, el cine es cine, no es el mundo real. En el cine todo vale.

Ver una película así te hace desahogarte, y mucho... Es como Saw pero con personajes chulos, una banda sonora de verdad y un ritmo más impredecible.

Espectacular, increible, inaudita, hiperviolenta, podría dejarme los dedos tecleando adjetivos para esto, pero no lo voy a hacer. Este filme de género indefinible (o ante todo complejo) refleja creo, todos y cada uno de los traumas que puede tener un ser humano, desde el personaje de Nao Omori (Ichi) y el personaje de Tadanobu Asano (Kakihara, en la portada), crean un abanico infinito de traumas y problemas psicológicos, que en caso de ser tratados, harían del psiquiatra una persona muy muy muy rica... Un detalle que comentar y del que mis amigos y yo nos hemos dado cuenta, tras visionar varias películas de este genio japonés, es que en varias usa la misma azotea (donde se desarrolla la escena final) y que hemos bautizado como "La Azotea de Ichi", asi que todos aquellos que quieran comprobarlo, teneis que ver más Miike.

Que el cine de Takeshi Miike es un tanto extraño es algo que salta a la vista, y conseguir seguir ya no su forma de narrar las cosas si no también su modo requiere de una habilidad especial del espectador que muchas veces no consigue tener en un principio, por lo que comprender su cine requerirá de varios visionados de una misma película para lograr sacar el jugo que tiene. Es el caso de Ichi the Killer, aunque un poco mas fácil de seguir que anteriores trabajos del director, la narración exige de especial atención por parte del espectador para conseguir desentramar el universo de neo-punk creado con un submundo de depravación y enfermedad mental generalizada como pocas veces se ha visto en los personajes de la gran pantalla. Destaca el grandioso Kakihara por encima de todos, que conseguirá de media película en adelante, la simpatía del espectador casi incomprensiblemente en un personaje que tiene en el dolor y el sufrimiento tanto propio como ajeno sus principales características.
Ichi no deja de ser en la película un secundario, manejado por los hilos de Yin Yin y con serios problemas mentales infundados por recuerdos no reales introducidos por el propio Yin Yin para su uso y disfrute.
A pesar de que los efectos no están enormemente bien conseguidos, la película es muy interesante para todos aquellos adoradores del cine de Takeshi Miike, con planos largos y muy descriptivos emocionalmente sobre todo en la parte final de la película indispensables para algunos y soporíferos para otros. Para adoradores de Miike, de las películas donde la sangre, torturas y paranoias mentales son los reyes del metraje.

"Ichi the killer" puede presumir de ser la única película que me ha provocado ganas de mirar hacia otro lado o de apagar el ordenador del asco que me da determinada escena. La gente no exagera cuando habla de ella...

El problema que veo en esta película es que sus escenas violentas (principal motivo de su fama) a veces parecen tomarse en serio y otras en broma. Con algunas me he reído bastante. Otras me han dado mucha grima y lo peor -o lo mejor- es que no tienen ningún sentido. Y es que Takashi Miike no busca hacer una cinta coherente. Probablemente sea la película más macabra que he visto.

Otro defecto es su historia: tampoco es que sea muy mala, simplemente me provoca indiferencia y me aburre. El film podría durar menos.

Ahora bien, ¿la recomiendo? Sí, a todo el mundo. Es de esas películas... "curiosas" que tienes que ver, sin importar lo poco que te guste.

Inspirada en un cómic/manga, Miike se coronó entre no pocos círculos de cinéfagos como cineasta de culto con esta obra. "Ichi the killer" es un torturante/torturador thriller de extrema violencia, en un "crescendo" injustificado, no poco necio y meramente llamativo/vomitivo/visceral. Vagamente es una historia de las Mafias japonesas (compararla con el género yakuza ofende), se apoya en una estética rimbombante y paradójicamente pobre,quiere ser vértigo pero no es más que efectista en grado mayúsculo, una cafrada descabezada que para más gravedad, desprende un inequívoco tufo a misoginia (todas las mujeres son prostitutas infames o machacadas hasta la más grande de las brutalidades), atenta contra el mundo infantil, en un equívoco espíritu masoquista (¿?) y solo busca, con un argumento arado y nada cultivado, sembrar violencia de nula nascencia, arraigada en la nadería de ver qué secuencia es más bestia y cafre que la anterior.
De alma quizás nihilista, Miike nos presenta una sociedad sin valores de ningún tipo (especialmente morales) fruto del cerebro pseudotrastornado de un monstruo a infinitos mares de la genialidad cacareada por sus exégetas. Un mediocre manjar para cinéfagos. Me voy a ver algo de Kobayashi (cinco minutos me bastan).