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Redención

Drama. Acción Pese a haber gozado de gloria y de premios en su pasado, un luchador (Jake Gyllenhaal) ha caído en desgracia. Sin embargo, no se rinde y toma la decisión de mejorar su imagen por el bien de su mujer (Rachel McAdams) y su hija. (FILMAFFINITY)

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Críticas 89
Críticas ordenadas por utilidad
16 de diciembre de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antoine Fuqua vuelve a sus raíces con este intenso drama que narra la caída en picado de un reputado boxeador encarnado majestuosamente por Jake Gyllenhaal, que realiza una de sus mejores interpretaciones hasta la fecha, desolador, triste, violento y conmovedor, una maravilla.
El filme, no exento de duras escenas dramáticas, recuerda a varias joyas del cine de boxeo como “Rocky”, básicamente por el personaje principal y su esposa, siempre tras la gran figura, motivando; Rachel McAdams es la viva imagen de Talia Shire y, aunque su papel es más bien pequeño, se la tiene presente durante todo el filme.
También me viene a la mente “Million Dollar Baby”, aquel durísimo drama de Eastwood, que te dejaba el cuerpo sumido en una profunda tristeza; esta vez hay mucho drama pero también más acción, crudos y magníficamente rodados combates, con la sangre y la violencia “marca Fuqua” y todo es mundo callejero que tantas veces hemos visto en su cine.
La trama, buena pero ya muy vista, no puede escapar del cliché y la previsibilidad que este conlleva, aunque el combate final te hace sufrir, sabes en todo momento quien va a ganar. El guión, escrito por Kurt Sutter (creador de Sons of Anarchy), es excesivo en todo momento, hiper dramático, con un final conmovedor pero tramposo, y hecho para el lucimiento de su estrella protagonista.
Este es el tipo de drama en el que vale la pena ver como los actores hacen vibrar al espectador, un tour de forcé digno de halagos y premios, un drama profundamente triste y viciosamente calculado. Aun así, funciona.

En definitiva: Buena, no es una obra maestra pero vale la pena.

LO MEJOR:
-Espectaculares Jake Gyllenhall y Forest Whitaker

LO PEOR:
-Es excesivamente dramática y trágica

VALORACIÓN: 7,5/10
alfe8695
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18 de junio de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre hay sitio para la esperanza No es cosa fácil innovar en una película de boxeo, y por extensión en un film ambientado en el ascenso, caída de una estrella y posterior resurgimiento de sus cenizas, deporte y sacrificio mediante. “Southpaw” no lo intenta. Es más, recoge todos los tópicos del género imaginables. Tenemos la gloria de un chico de la calle a lo “Rocky”, su posterior caída por una tragedia y su carácter como en “Toro salvaje”, la figura del mentor del Clint Eastwood de “Million Dollar Baby” y la presencia de una hija por la que luchar de “Campeón”. Sí, es convencional, es previsible, es tópica e incluso sus momentos familiares se encuentran ridículamente almibarados, aunque entre ellos destaca un instante con un “Te odio” que duele más que cualquier puñetazo directo a la nariz. Pero para compensarlo cuenta con dos poderosos ases bajo la manga. Por un lado, un buen pulso en la dirección por parte de Antoine Fuqua, todo un experto en thrillers urbanos que aquí otorga nervio a la realización, como viene siendo habitual en una filmografía que gusta de transitar por los bajos fondos. Por el otro, el que es el verdadero motor de la propuesta, un Jake Gyllenhaal que muta, tanto física como a nivel interpretativo, en un boxeador de las calles elevado demasiado prematuramente al estrellato. Un actor que es pura contundencia, y que en cada nuevo trabajo confirma que es uno de los mejores intérpretes del cine contemporáneo. Aunque no está solo. A su lado, limpiándole las heridas, se encuentra un genio de la interpretación como Forest Whitaker, un intérprete que quizá se deje ver poco en trabajos de este calibre, pero que siempre es pura presencia ante la cámara.
En definitiva, una gran película que pese a sus tópicos consigue mantenerte y sentirte parte de la historia de un boxeador que llego a la cima demasiado rápido y que para recuperar lo único que le queda en la vida (su hija) deberá luchar contra sus propios demonios.
fermillo
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17 de enero de 2017
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una de las mejores películas de boxeo y superación personal de todos los tiempos. Con una banda sonora inmejorable y si te gusta el rap, seguro disfrutarás. Jake Gyllenhaal hace el papel de boxeador suyo y no exagero si digo que es la mejor actuación de este tipo que he visto. Una película que te mantiene en tensión, te motiva y a la vez te aflige. Lo tiene todo.
Manuel Baeza
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18 de abril de 2017
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
El boxeo puede ser uno de los pocos lugares donde todavía debe quedar alguna migaja o pizca de romanticismo todavía (no hablo de velas, rosas, citas a ciegas y otras mierdas similares, me refiero, obviamente, a sangre, pasión, delirio y destrozo, a la vida rota de dolor y fuego, a pura leyenda llameante de ira y un yo como un imperio arrebatador y embravecido, rompiéndose, cayéndose a pedazos de negrura, amargura y agonía, en eso pienso si no me pongo muy intenso).
O eso quisiéramos creer. Un deporte, por llamarlo de alguna manera que no sea demasiado equívoca, donde la gente (pobre gente casi siempre) se parte el alma y se rompe la madre, se juega la vida en sentido metafórico y casi literal. Donde la hipocresía no existe y la lucha por la vida se mide en sudor, kilos y golpes. Claro, si no fuera porque está ultrasuperprofesionalizado y tan contratado. Dame dinero y quítame poesía. Firma un contrato y estrangula la épica. Negocia ese combate añorado para esa televisión de pago y ya no se hablará más de azar, libertad o juego. En fin, un negocio, con todo lo que eso significa de falsedad, de mentiras gordas como puños, de cálculo, de dólar y trapicheo. Pero aun con todo, algo debe quedar del humano anhelo de inmortalidad y mitos, de héroes y verdad. Tal vez lo encontremos si miramos bien.
La pena es que donde seguro que no lo vas a tener es en el cine. En casi todo el cine. Y mucho menos en esta película tan vencida y conducida. Es más, el cine suele asesinar a sangre fría, con mucha alevosía, cualquier atisbo de imperfección jocunda o creadora en aras de unas historias pacatas, limadas y muy previsibles, burdas, rigoristas y reprimidas; cine puritano, beato, lleno de santos, redenciones, sermones, liberaciones y monsergas que no aguantaríamos a nadie, a ningún cura, padre o ser perverso parecido, saldríamos corriendo para acabar cayendo en una sala de cine con..., qué desgracia la nuestra, siempre estamos en sacristía, más religión, de la Biblia a la filfa, de Málaga a Malagón, al mogollón, sí, como en esta ocasión; púlpito, incienso, hostia, confesión, arrepentimiento y perdón. Gyllenhaal y su calvario mártir en busca de la luz. Forest y su sotana negra como cura tuerto y redentor. Con niña querida, mujer amada y servicios sociales que velan por el bien de la comunidad, como debe ser, como suele ser, faltaría más. Si tu me das calor, yo te doy custodia.
El caso es que (sorpresa, sorpresa) nos cuentan la sempiterna historia del boxeador que las pasa perramente y que no se rinde tan fácilmente. Esta vez nuestro titán tiene las luces justas, el seso escurrido. No filtra. Le mentan a la parienta y reacciona como un adolescente granujiento y sin desasnar. Por lo que debe ser, por su comprobada falta de criterio y discernimiento, guiado y controlado en todo momento por su santa y los que le rodean (entre amigos cariñosos y algún fariseo que otro).
Algo pasa, la cosa se tuerce y luego emerge. Que así sea. Ni el oráculo de Delfos lo hubiera imaginado tan de este modo. Ni Tales de Mileto o Heráclito lo creerían.
Con maloso de origen colombiano y de apellido Escobar (qué imaginación y sutileza la de los guionistas, no se les escapa una, como si en una película colombiana el felón boxeador de genes gringos se llamara Al Capone). Qué miedo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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24 de marzo de 2017
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una vez más otra película que nos llega con casi 2 años de retraso respecto a su estreno en Estados Unidos.
De la "nueva cinta" del director americano Antoine Fuqua poco se puede extraer. Una trama fácil de vaticinar. Un argumento que aunque pretende dar un cambio de rumbo rápido y brusco, se queda en un mero intento al sentido más desacertado y menos elocuente, ya que el director se empeña en prescindir demasiado pronto de la interpretación tan natural que nos ofrece Rachel McAdams.
Por lo demás, la película no me atrae en exceso pero tampoco me desplaza de ella, ofrece una dosis necesaria de acción y drama a partes iguales. No obstante, siempre debemos de esperar más de un guionista como Kurt Sutter (creador de "Sons of Anarchy") y del intermitentemente ingenioso Antoine Fuqua, quien nos ha regalado una obra tan prematuramente inmejorable como "Training Day".
Al final de todo solo me queda por preguntarme: ¿Qué hubiese sido de "Southpaw" sin el talentoso Jake Gyllenhaal?
Al igual que en el final de este largometraje, quiero decir que me contenta descubrir que "Southpaw" sea uno de esos muchos homenajes que el mundo del cine y de la música le debe a James Horner.

A.D.
driver
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