Mentiras y gordas

Nos encontramos ante la típica película hecha para aprovechar el tirón televisivo de sus actores en un carrusel sin fin de desnudos.
Tiene diálogos que dan vergüenza ajena, no por vulgares (que lo son) sino por infantiles y, sobre todo, por poco creíbles.
Aparte de los desnudos antes citados, lo único salvable de la película es la actuación de Ana María Polvorosa en un registro muy distinto al de su papel de Lorena en la serie Aída. Por lo demás, un auténtico bodrio de guión zafio, ultraprevisible y aburrido.

Hay algo bastante siniestro en el gobierno que tenemos actualmente cuando te paras a pensar que la guionista de Mentiras y gordas es nada más y nada menos que nuestra excelentísima ministra de cultura. Ministra de cultura que por cierto se ha puesto seria con la piratería. En ese sentido hay que alabar su dedicado esfuerzo para erradicar las descargas de películas a través de Internet, ya que con basuras de la talla de Mentiras y Gordas dudo yo que alguien tenga estómago para bajarse de la mula películas de esta calaña.

En este país de la pandereta que es España, a veces me dan ganas de hacer las maletas y largarme lejos, muy lejos.

¿Realmente qué es lo que nos pretenden contar? ¿que lo normal es follar con todo el mundo? ¿meterse rayas hasta la extenuación? Estamos ante una visión de lo más superficial de la juventud de hoy en día, no digo que la gente no folle de farra o no se meta mierda, pero no son prácticas tan generalizadas, que más quisiera un servidor que su única preocupación fuera "¿a quién me tiro hoy?", conozco a muchos jóvenes con muchas preocupaciones, que van más allá de los valores extrínsecos del filme. El único aliciente de la película es ver en pelotas a los actores de moda, para que jóvenes procedan al onanismo al ver en cueros a su "actriz" favorita y para que chicas comenten el cuerpazo que tiene su "actor" favorito.

Bodrio soporífero e infumable sólo igualado por la serie "física o química", si lo que gusta ver son drogas y sexo mejor ver "Hurlyburly" (1998) pero claro... no es cine español; este tipo de "películas" son las que dan mala fama al hoy escaso buen cine español, habría que preguntarle a la Ministra de "Cultura" el porqué de ese ¿guión?

Esta crítica no tiene "spoiler". Toda esta crítica es un "spoiler" en sí misma. Avisado quedas.

Diez minutos de película... Peña metiéndose drogas. Qué ricas las drogas.

Veinte minutos de película... Peña zumbando y metiéndose drogas. Unas cuantas gordas bailando en la disco. Pastis que "cuidado, son gordas" (afirmación que forma parte del profundamente poético diálogo), siendo deglutidas como si fueran lacasitos.

Treinta minutos de película... Hugo Silva, actor presuntamente llamado a grandes cosas dentro del cine patrio denigrándose con una patética escena en la que intenta tocar la guitarra mientras gimotea y se mete muchas, muchas drogas.

Cincuenta minutos de película... Dos tías, que no son lesbianas, se lo montan "como amigas". Alejo Sauras hace su aparición triunfal como un muy creíble abogado llamado ¿"Bubu"? Entretanto, alcohol, tetas, y drogas.

Setenta minutos de película... Dos tíos, que no son gays, en el fragor de un trío, se dan un morreo. Fiestas "rave". Más y más drog... Bueno, creo que ya se va pillando la idea.

CIEN minutos de aburrimiento, arcadas, muecas de disgusto y SUPLICIO INENARRABLE... Final supuestamente dramático a cámara lenta... Y por fin llegan los créditos. Ya sabemos a quiénes hay que perseguir con una katana afilada cuando los veamos por la calle.

Guión (eh, un momento, ¿he dicho guión?) co-escrito por nuestra actual ministra de, atención, CULTURA, ministerio desde el que, en teoría, se promociona nuestro cine y se pretende que la gente no mancille sus flamantes emules y bittorrents descargándose ilegalmente truñacos como éste, si no que, atención, vaya al cine a dejarse la pasta y agarrarse un cabreo como un piano por no haberla utilizado en otros menesteres más placenteros y justificables como, por ejemplo, degustar un sabroso bocata de cristales rotos, o un original cóctel a base de lejía y líquido de frenos.

Mientras tanto, las escuelas de Imagen y Sonido y de Arte Dramático de todo el país siguen produciendo miles de parados cada día cuyo talento innato nadie conocerá jamás, porque estos yogurines que salen en las series de moda (todas ellas de una calidad indiscutible, por supuesto) son muy monos y eso es lo que quiere ver la gente.

Como dijo el gran Matías Prats Jr en su famoso arrebato televisivo... ¿Pero esto qué es? ¿PERO ESTO QUÉ ES?

Valora esta crítica a tu juicio. Yo lo entenderé. Porque sé que no, no es útil (seguirán dilapidando el dinero de nuestros impuestos para impulsar con subvenciones este tipo de mierdas sin sentido a pesar de lo que digan algunos indocumentados como yo, sin puta idea de lo que es el auténtico ARTE), ni tampoco interesante (como el pestilente vertedero al que hace referencia).

Vaya panorama. Supongo que muchos de los que aquí votáis o hacéis críticas habréis consumido drogas, y, los que no, han tenido cerca ese mundillo. Partiré de ahí.
La película se nos presenta como varias histórias con un tema en común: la droga. Los personajes, no es que no tengan peso; es que no tienen vida. No tienen ningún matiz. ¡Ninguno!. Son completamente planos, sin fuerza. Los actores (personalmente considero a Yon González un chaval con mucho futuro) no pueden sino transmitir la más absoluta nada. La história es casi tan llana como los personajes, ya que me atrevería a decir que ni siquiera la hay. Leí hace poco un estudio realizado por varios expertos, en el que explicaban la construcción de un guión. Primero, el personaje. Dotarle de aptitudes, y proveerlo de algunas carencias, que, para ser llenadas, desembocan en el conflicto que nos conduce en definitiva a la conclusión o clímax. Pues bien, olvidaos de encontraros con cualquiera de estas cosas. La trama es inexistente, y se limita a narrar las histórias de varios mequetrefes, teniendo éstas un interés nulo.
Además, me acojoné con "Diario de un rebelde". Sufrí en "Trainspotting". Pero... ¿con esta?. Me dan ganas de salir a la calle y buscar a alguien que me pase lo que sea, porque vaya tela lo que hace la droga. Risas, resacas en la playa, orgías... ¿A alguien le sobra medio gramo?