Escuela de rock

En 2003 Richard Linklater, autor de cintas tan dispares como "Antes del amanecer", "Waking Life", o "Slacker", aterrizó en las salas de cine con una propuesta en tono de comedia dirigida a los jóvenes, adolescentes, y amantes de la música en general.

Los que ya hayan tenido un acercamiento previo al director, sabrán que este siempre arriesga en sus obras al intentar darles un tono diferente e imprimirles un sello de distinción. Por ejemplo en sus dos acercamientos a la comedia romántica, la ya citada "Antes del amanecer" y su secuela "Antes del atardecer", abordó el tan manido género, renovándolo y transgrediendo (con más o menos aceptación) al basar toda la cinta en un continuo y prácticamente ininterrumpido diálogo entre los dos protagonistas mientras paseaban por Viena y París. Así también sus escarceos con la animación fueron vanguardistas, bien por las técnicas utilizadas, o por la densidad de los temas que se trataban. Pues bien, en "Escuela de rock", Linklater arriesga también, aunque bastante menos, al acercarse al género. Por ejemplo veremos que no es de esas cintas juveniles que usa un tono excesivamente blando ni trata a sus espectadores como imbéciles sin criterio, no. En esta película el discurso hacia el que la ve es honesto y sincero, es más, hasta recuerdo algún chiste puntual que los más jóvenes no cazarán. Y eso ya es un punto a su favor.

La historia nos cuenta es la de Dewey Finn, un apasionado del rock que tiene dos grandes problemas; está acosado por las deudas y acaban de echarlo del grupo donde tocaba la guitarra justo antes del concierto de sus sueños. Para solucionar ambas cosas decide aprovechar la ocasión que se le presenta y hacerse pasar por su compañero de piso, que es profesor, y cubrir una vacante en el mejor colegio de la ciudad. Así mata dos pájaros de un tiro, gana pasta y monta un grupo. Porque Dewey es una de esas personas que vive por y para el rock, y sin música no podría vivir, así que ese concierto no se lo va a perder, ni de coña; él va a tocar aunque tenga que adoctrinar a sus alumnos y convertirlos en unos auténticos rockeros, para así formar una banda.

Esa es la trama de "Escuela de rock", una cinta que lleva al límite a un desatado Jack Black, sacando todas sus virtudes y haciéndole parecer un loco, cosa que le viene a su personaje que ni pintado ya que Dewey Finn es una de esas personas que lleva ritmo en la sangre. La cinta tiene sus tópicos propios del género y sus fallitos de guión sí, pero solamente ver a Jack haciendo el indio, saltando y cantando merece la pena. Se ve que el que más disfrutó rodándola fue él, se ve que le encanta el rock (toca en Tenacious D), y todo eso lo transmite, elevando la película hasta cotas que ni yo mismo imaginaba cuando se pulsó el play. El resultado es una hora y media de cine y rock que te deja una sensación de buen rollo tan grata como inesperada. Eso sí; imprescindible verla en V.O. y que no te caiga gordo Jack Black.

6´5 de nota. Disfrútenla.

Posiblemente no haya sido justo valorando este película, ya que mi puntuación esta basada en el desafortunado doblaje del personaje principal, y es que en la versión doblada al castellano, cada vez que abre la boca el pobre Jack Black es como si Chuck Norris te diese una patada giratoria en la cabeza, produciéndote una conmoción cerebral que te impide prestar atención al desarrollo argumental de la película. Quizás sea demasiado exquisito, pero no estoy dispuesto a verme este tipo de películas en V.O.S.
Con los dobladores que tenemos en este país, capaces de convertir en algunas ocasiones, sacos de mierda en obras de arte, hay que joderse

La película no deja de ser un mero ejemplo de película para pasar el rato. Black está como siempre, te hace reír de vez en cuando, pero sin llegar a ser completamente divertido. El doblaje de Dani Martín es malísimo, estropea lo que con un profesional por lo menos sería pasable. Lo dicho, sobre Dani Martín, que se dedique al canto como hacía hasta no hace poco

Genial, tiene un click muy especial, hay tantas películas que tratan de dar a consagrar el género del rock, pero ninguna como ésta, te muestra lo que es el sentir el rock en tus venas, la diversión, sin pretensiones, sin poses, Jack Black se muestra auténtico, como debe ser un fan verdadero, los niños se ganaron mis respetos, un gran repertorio de canciones a recordar y tener en mente; en general la película no es un gran mérito en arte, pero le da un puntapie a varias que tratan de enfocar el rock al público; le iba a dar un 10 pero por dejar pasar la rola de Alice Cooper "School´s out" que quedaba como la cereza del pastel, le quité un punto.

Exceptuando un par de engendros que sólo consiguen hacerme pensar en cuerpos de productores desmembrados y bañados en ácidos corrosivos, suelo conformarme con cualquier cosa, incluso suelo encontrarle el punto a cualquier cosa. Aquí, lo único que me hace pensar en bestialidades (concretamente, en ponerme a arrancar cuerdas vocales), es el doblaje, pero eso es culpa de algún imbécil, y no vamos a cargarle el muerto a la película en sí ni a bajarle ningún punto.

Escuela de Rock, es la típica película que alcanzaría el 5, y poco más, se quedaría en entretenimiento cutre. Es simple, bastante predecible, tópica, con un Jack Black interesante (el hecho de sentir realmente lo que siente el personaje que interpreta, ayuda)... Correcta, por lo general. Pasable a secas. Ah, y con unos fallos cantosísimos, que únicamente podrían explicarse si la película tocase temas de ficción.
El humor sólo merece llamarse humor en un par de ocasiones, el resto, son payasadillas.

Sin embargo, un rockero como yo no puede evitar sentirse atraído por School of Rock, ya que está cargada en su banda sonora de temas míticos; en sus diálogos, de múltiples referencias al "mundillo"; y en algunos momentos, de un rock and roll delicioso. Por eso, cuando me topé con ella, no pude evitar verla hasta el final. No pude evitar sucumbir a la magia que tiene la música cuando es de verdad, cuando se siente (que no digo que aquí se siente, pero es que yo cuando oigo una Gibson...).