Así nos va

Película que pretendió ser un guiño a "Mejor....imposible", pero no resultó.

Cierto que se deja ver, entretiene y todo eso, pero no es nada del otro mundo y solo se salva, en mi opinión, el personaje de Diane Keaton, que luce estupenda aunque esté encasillada en años recientes con este tipo de papel de comedia romántica.

Michael Douglas no me convence, no me hace detestarlo como el cascarrabias y grosero agente inmobiliario, a pesar de las frases groseras y sarcásticas que dice. Como mencionó otro usuario, palabras más, palabras menos: "el guion es basura pero pagan bien". Detestable sí era el "Melvin Udall" de Nicholson en "Mejor... imposible". Con la comparación basta.

En cuanto a la niña Sterling Jerins, la nieta del cascarrabias, no resulta tan emotiva en su interpretación, quizás porque el nivel de exigencia del guion no es tan elevado como para dar algo más. No veo en pantalla la química entre ella y Douglas, solo se limitan a unos diálogos superficiales, sin más.

En general, película con nota pasable, con el personaje de Diane Keaton como lo más destacado.

La historia no es original, pero el combate interpretativo de KEATON y DOUGLAS transmite autenticidad a una relación entre los dos personajes que cambia a cada momento. La comedia es sutil, elegante y el guión muestra ingeniosos diálogos. Destacable la defensa del papel de la niña STERLING JERINS y de la veterana FRANCES STERNHAGEN.

El público más adulto también tiene derecho a ir al cine y recibir de vez en cuando una carga de positivismo. Sin sorpresas, con secuencias coloridas, con luminosidad, con una casa frente al mar, con personajes que no esconden nada, con chispazos de un humor inocente que ruega sonrisas, con esa sensación de tranquilidad que da el saber exactamente lo que pasará en la siguiente escena... Siempre hay momentos en el que uno querrá salir del cine con una sobredosis de ternura y el impagable deseo de comprarle un helado a su nieto. Si ese es el traje que viste usted hoy, 'Así nos va' es su película. Pero no deje de pasarle factura a Rob Reiner por esa oda a la previsibilidad, por no exigir que los personajes evolucionen a golpe de guion, por no haber sabido crear química entre dos estrellas, por ahogar el metraje entre tópicos... O mejor, váyase directamente a por el helado.
La última obra de Reiner presenta la historia de un cascarrabias que, a punto de jubilarse como agente inmobiliario y emprender una vida solitaria y tranquila, recibe la visita de su hijo, exdrogadicto, con el que no tenía relación, que está a punto de entrar en prisión y que le trae un regalo: una nieta de nueve años de la que desconocía su existencia. La transformación de gruñón en afable abuelito vendrá de la mano de una relación sentimental con su vecina, una viuda cantante en restaurantes que lo obligará finalmente a redimirse.
Con un pasado repleto de éxitos como 'Algunos hombres buenos', 'Misery', 'Cuando Harry encontró a Sally' o 'La princesa prometida', el director norteamericano rodó esta vez una comedia romántica nacida de una trama usada hasta la saciedad y desarrollada con clichés y sin rastro de originalidad. Mark Andrus, guionista de 'Mejor... imposible', firma el libreto, un calco en la maduración interior del protagonista, pero sin un humor tan ácido y corrosivo como el que desprendía el personaje interpretado por Jack Nicholson. A Reiner se le puede achacar no haber insuflado frescura, pero sus dotes tras las cámaras son patentes, ya que sabe cómo ir elevando la emotividad e intercalando las pequeñas píldoras cómicas de las que dispone para que la película no pierda el ritmo. Sin embargo, el nulo crecimiento del protagonista -pasa de un extremo a otro sin pagar peaje alguno-, el mal uso de los demás personajes -la nieta a veces es un mero adorno argumental- y la inexistencia de giros sorpresivos condenan la cinta. Reiner, si acaso consciente de ello, comenzó a expiar su culpa apareciendo en el filme con un peluquín bochornoso.
El otro problema de 'Así nos va' es la escasísima conexión entre sus dos sustentos actorales. El trabajo de Michael Douglas y Diane Keaton es notable si se analiza por separado, ya que el primero luce su mal humor y sarcasmo -no le hubiera sentado nada mal un mayor histrionismo-, y su compañera se adapta muy bien a su papel de madura en busca de un nuevo amor -al que parece que se ha abonado en sus últimos proyectos-. Pero en ningún momento la pasión se desata entre ellos, y su relación transcurre sin aportar dramatismo, más allá de una sensación de ternura que amenaza con empachar. Por todo ello, solo es recomendable para aquellos que busquen una historia manida, abordada con rutina, sin sorpresas en el guion y con una emotividad y un humor medidos para que la hora y media se pase tan pronto como se olvida la película.

Diario de Navarra / La séptima mirada

"And So It Goes" es definitivamente de la peores películas de Reiner, un director que estuvo acostumbrado durante mucho tiempo a que sus películas fueron muy valoradas por la crítica y las audiencias debido a su encanto, su simpleza o su humor.
Este film se siente anticuado y obsoleto, su trama ya viene reutilizándose desde los años noventa; tenemos clichés ya usados en otras cintas donde constantemente se quiere forzar un "cambio" en la vida de nuestro personaje; como el hombre gruñón, (Michael Douglas), que todo el mundo odia pero que es así porque tuvo un pasado trágico, (el señor Nebbercracker de "Monster House"; Ove de "Un hombre llamado Ove" o Abraham de "El Último Traje"). A su vez, Diane Keaton interpreta al mismo personaje sensible, algo verborrágico y excéntrico que viene haciendo desde que comenzó este siglo, ya sea siendo la suegra de un pretendiente a esposo o la mujer que enamora a otro señor que se halla en su vejez.
Asimismo, la trama de la película está prácticamente reciclada de varias películas que ya hemos visto antes donde un padre o un abuelo irresponsable o que no tiene mucha templanza, debe hacerse cargo de su hijo, ("No se Aceptan Devoluciones", "Entrenando a Papá", "Parental Guidance" o "Un Papá Genial").
Las actuaciones de los dos protagonistas no son malas, es solamente que sus roles no son muy desafiantes ni tampoco requieren que hagan mucho.
Si hablamos de la historia, la película nunca llega a profundizar en los tópicos que podrían haber desarrollado; la pérdida, la vejez o la drogadicción son temas que el film podría haber encarado de una manera más profunda y orgánica; aquí sólo tenemos un par de escenas dramáticas y ya, eso es todo.
Al mismo tiempo, la película tiene un problema muy grande: sus conflictos, puesto que los mismos parecen entorpecer el camino de nuestros protagonistas cuando, en realidad, sólo están porque el guion lo dice, ya que todo se soluciona mágicamente como explico en la zona spoiler.

En definitiva: Una comedia inofensiva que no intenta nada nuevo y donde se caen en lugares comunes constantemente; Reiner confía demasiado en un guion que satisfaga al espectador con la delgada línea entre lo tonto e inocente y lo pretencioso y cliché.

Califación: 4.2/10

Con un argumento más que archi manido, previsible desde el primer momento, es la típica producción de Hollywood para el lucimiento de actores entrados en años.
El viejo e irascible cascarrabias y la dulce y sensiblera señora mayor que empiezan tirándose puyas y zarpazos y al final se vuelven corderitos angelicales.
Lógicamente la interpretación es buena pero acabas con un empacho de tanto sugar sugar.
Lo mejor el Mercedes 300S, muy bonito.