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Una jornada particular

Drama El 6 de mayo de 1938, Hitler visita Roma. Es un día de fiesta para la Italia fascista, que se vuelca en el recibimiento. En una casa de vecinos sólo quedan la portera, un ama de casa, Antonietta y Gabriele, que teme a la policía por algún motivo desconocido. Al margen de la celebración política, Antonietta y Gabriele establecen una relación afectiva muy especial que les permite evadirse durante unas horas de la tristeza y monotonía de ... [+]
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Críticas 53
Críticas ordenadas por utilidad
15 de octubre de 2011
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ettore Scola se superó a sí mismo, cosa nada fácil, y creó junto a Ruggero Maccari (co-guionista) y los irrepetibles Sophia Loren y Marcello Mastroiani, una obra redonda en la que con gran austeridad y tres escasos escenarios inventa un universo, una montaña de sentimientos y sensaciones. Supongo que, por su construcción, alguien la habrá llevado al teatro aunque la losa de no contar con los protagonistas originales debe ser muy pesada.

En la primavera de 1938 Hittler visita Roma, el pueblo, hipnotizado por el populismo fascista, se echa a la calle vestido con camisas negras, gorras castrenses, pantalones bombachos y todo tipo de simbología "mussoliniana". En un bloque de viviendas de la ciudad apenas quedan una portera con mostacho, un ama de casa cuyas labores le impiden sumarse a la fiesta y un educado y sospechoso vecino que había sido locutor de radio.
Lo que sobreviene tras esta presentación es una catarata de descubrimientos y desnudamiento espiritual, aderezado por la machacona voz del cronista oficial que, a través del transistor y los megáfonos, retumba en el vacío edificio, y el resoplar de las ollas que imaginamos, siguiendo el aroma, han quedado encima del fuego.
La vigilancia de la fiel cancerbera y el mariposear de los amores imposibles llenan el vacío que se hará más grande con la vuelta de los que se apuntan a un bombardeo, satisfechos por haber visto al führer atusarse medio bigote.

Emocionante y dolorosa, "Una jornada particular" es un amargo trago que cura. Y es una de esas películas que enmarcarás y colgarás en la imaginaria y amplia estancia del castillo en la que te recoges, cuando te ataca la melancolía, para mirar las paredes y acariciar el gato.
Sinhué
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23 de febrero de 2007
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Maravillosa película, con una no menos genial Sophia Loren, a la altura de todas las posibilidades que le ofrecía un argumento tan imposible como alejado de su perfil de mujer exuberante. Un largomentraje ni sobre el amor, ni sobre la amistad, sino SOBRE LA LIBERTAD, en el que su director entrega en paralelo un relato radiado de los acontecimientos a la vez que la historia de sus personajes fluye hasta su final. Muy bien e inteligentemente dirigida (esos planos del edificio, los picados de cámara, cuando la pareja dobla la sábana en la terraza,...), e interpretada. Por supuesto, muy recomendable.
enyel
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13 de mayo de 2018
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En pleno régimen fascista, y durante la visita de Hitler a Roma, con la multitud agolpada en las calles, el destino une dos personajes antagónicos que se quedan en sus respectivas viviendas, un ama de casa ( Sofia Loren), mujer casada con un imbécil que idolatra al "Duce", y un locutor de radio homosexual (Marcelo Mastroianni) que repudia el régimen. Sutil y conmovedora apología de la tolerancia y la libertad en tiempos conflictivos y castradores. La candidez y la ignorancia de ella, por un lado, la convierten en una fácil víctima de una abominable ideología política y, por otro lado, la lucidez de él lo condena como un paria, como refractario al sistema y por eso será inexorablemente perseguido, además de tener que cargar con la tara de la homosexualidad en un mundo prejuicioso e intolerante. Hay una escena, ya mítica, en la que los dos doblan una sábana blanca (con toda esa carga simbólica que asociamos a este color) en la azotea hasta que sus rostros se unen en uno de los más bellos y líricos primeros planos que uno recuerde. Curiosamente esa sábana blanca que ondea en la azotea contrasta con la aparatosidad y pompa de los estandartes que se esgrimen en la visita del líder nazi, de tal manera que apreciamos por un lado la poesía silenciosa de una escena cotidiana y por otro, el ruido, la pompa y el insidioso artificio de la barbarie. Las dos actuaciones, la de Sofia Loren (una suerte de "Madame Bovary" romana algo desaliñada pero irresistiblemente bella) y la de Mastroianni, son sencillamente memorables.La mirada de Scola es compasiva y tolerante hacia los dos, esgrimiendo la amistad y el amor como los dos antídotos más eficaces contra la barbarie.
Un único escenario, un bloque de viviendas, y dos actores en una de las cumbres del cine europeo. Una película a la que siempre vuelvo.
pakos
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2 de abril de 2013
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Viendo una obra de la talla de "Una Jornada Particular" me doy cuenta de la gran cantidad de pelis bobas y planas que me trago habitualmente.

No puedo negar que tengo predilección por el cine italiano en general, y por los duelos interpretativos en particular. Si a ello sumamos a unos protagonistas en estado de gracia, una demoledora historia, y un director con una voz tan personal y bien articulada como la de Ettore Scola, sólo me queda aplaudir hasta que me duelan las palmas de las manos.

La acción se sitúa en el encuentro celebrado en Roma entre Hitler y Mussolini, en 1938. Pero la mera crítica política se va a ver trascendida muy de largo en el film.
Mientras que una masa simplona sale a la calle a celebrar su triste uniformidad vitoreando a sus megalomaníacos líderes, dos individuos de carne y hueso van a conocerse fortuitamente en su edificio casi desierto. Dos mundos culturalmente opuestos están a punto de eclosionar. La ferviente admiradora del régimen fascista, casta madre y esposa: Sophia Loren, y el malogrado locutor de radio, excéntrico y solitario: Marcelo Mastroianni.
Saltarán chispas, claro está.

Chispas surgidas del choque cultural. Y también del estilazo y elegancia de Mastroianni, y de la sensualidad desbordante de la Loren.
¿Cómo es posible que un ama de casa fascista, inculta, entrada en años, de bata raída, zapatillas rotas, carrera en la media, canas y patas de gallo pueda resultar el summum de la feminidad, la morbosidad y el deseo?
La respuesta la encontraréis en los 105 minutos de metraje de esta película.

También tengo que destacar el humor. El típico humor de Scola en una galería de personajes secundarios espeluznantes, grotescos como sólo los directores italianos saben trazarlos. Como los hijos, el marido y no digamos ya la portera y ese bigote casi hitleriano que luce.

Y luego está la banda sonora. La más extraña que he oído en mi vida, porque esa banda sonora no es otra que la radio que no para de sonar de fondo, narrando con marcialidad todos los detalles del encuentro entre el fuhrer y el duce.
Una interferencia, un ruido molesto del que no es posible escapar, pero que genera una atmósfera perfecta como el contrapunto de la historia.

Quiero felicitar a Pas, Benigna Torres, Valkiria, Luisito, Isis... por las maravillosas críticas que han dejado aquí escritas y con las que no puedo estar más de acuerdo.

Os dejo, voy a sacarle brillo al cuadro que tengo en mi salón con esa esplendorosa foto en blanco y negro de Sophia Loren.

Ah, y un añadido en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
winstonsmith
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26 de julio de 2007
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nominado en los Premios Oscar como Mejor Película Extranjera y como Mejor Actor a Marcelo Mastroianni. En el Festival de Cannes, Ettore Scola fue nominado a la Palma de Oro. En los Golden Globes ganó como Mejor Película Extranjera y Mastroianni también fue nominado como Mejor Actor.

En la Italia fascista de Mussolini, Antonietta (Sophia Loren) era una ama de casa con 6 hijos, infeliz y oprimida. Su esposo, un fanático fascista, junto con todos sus hijos, se dirigen junto con los habitantes que viven en su edificio a recibir a Adolf Hitler, quien ha venido a visitar Roma, quedándose Antonietta practicamente en un edificio vacío y desolado. Su vida tomará un vuelco enorme, cuando casualmente conozca a Gabrielle, un hombre educado y sensible, muy distinto a su marido, un fascista autoritario y vulgar.

La vida de Antonietta describe el papel subordinado de la mujer en el régimen. Emotiva historia personal de como un breve e intenso encuentro puede cambiar la vida para siempre. Lo que al comienzo es una realidad de dos seres opuestos, se convierte en una relación de afecto y comprensión.
Machu Picchu
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