Criaturas celestiales

Maravillosa historia de un asesinato sin culpables. Como bien se ha dicho, la única culpable de los hechos reales que se narran en esta película es la realidad. Dos adolescentes en los años 50 se sienten aisladas de todo cuanto las rodea y su único refugio es el de imaginar un mundo mejor, escribir óperas y vivir en un mundo de siniestra cursilería expuesto perfectamente por Jackson a través de imágenes impresionantes y de una belleza poética y macabra como pocas veces se haya visto en el cine. Si a eso le añadimos imágenes oníricas, movimientos de cámara frenéticos y elegantes a la vez para meternos en el mundo de las dos adolescentes y una banda sonora exquisita de Peter Dasent con ópera de Puccini y canciones de Mario Lanza, estamos ante una de esas perlas ocultas de la historia del cine que a la fuerza ha de convertirse en una de las mejores películas de todos los tiempos. La gran virtud de ésta película es que todo confluye de una manera genial: las interpretaciones de una debutante Kate Winslet( qué grande que eres Kate) y Melanie Linskey son de una altura insospechada, la banda sonora te humedece las pupilas y tiene ese algo mágico y poético de las mejores soundtrack y el mundo de fantasía de las dos chicas se mezcla perfectamente con el drama de incomprensión de las mismas y sus familias, con un humor negro realmente especial y un ritmo perfecto de principio a fin.( hasta el recurso de la voz en off que manifiesta los pensamientos de una de las dos protagonistas en su diario es especial y nada gratuíto)

"Criaturas Celestiales" ganó premio en Venecia y fue nominada al Oscar al mejor guión. Además se encuentra ya en las listas de las mejores películas de la historia. Solo de pensar en la secuencia a la que acompaña el "Humming Chorus" de Mdme, Butterfly de Puccini se me pone la piel de gallina. La belleza de esta película, su dramatismo, su toque de tragedia griega adolescente la convierten en una maravilla que todo el mundo debe ver. Mi único pero, el siguiente: ¿ cómo puede el director de una maravilla como ésta rodar algo tan comercial, mediocre y sobrevalorado como "El señor de los anillos"? Nunca lo entenderé. Yo, desde luego, me quedo con este Peter Jackson. Bravo por ésta película, no os la perdáis.

La historia se merece una fuerte llamada de atención, ya solo la obsesión con que estas chicas llevan su amor-amistad, como un cuento de caballería en el que ponen toda su vida, el odio a las personas que se oponen en su camino y la desesperación de cuando no están juntas,(como si de Romeo y Julieta se tratara), todo esto narrado en los años 50, hacen que su historia sea un escándalo social y escalofriante por su determinación.
Peter Jackson recalcó muy bién la fantasía de las dos adolescentes, haciendo su historia de amor como un fortín al que nadie pueda acceder sin luego ser decapitado.

Sin duda es la película basada en hechos reales más sorprendente que he visto.
El problema de convertir una historia real en una película es sencillo, al tener ya el argumento, lo único que se debe de encargar el director es del guión, de la música, y de las interpretaciones.
La música está bastante bien, el guión no es malo, ahora, las interpretaciones son en ocasiones forzadas.

La mirada de odio que tiene Melanie Lynskey da hasta miedo, sin embargo, en escenas en las que tiene que mostrar algo más de alegría son muy poco creíbles y demuestra que la actriz protagonista tiene bastante carácter fuera de las pantallas.
Feliz debut en el cine de Kate Winslet que gracias a esta película empezó a elaborarse un camino en el mundo del cine.

Me pareció que en la escena final hubo un gusto por la sangre excesivo, en cambio había mucho cuidado en evitar que se viese carne en las escenas más comprometidas de las dos protagonistas, algo que bajo mi punto de vista es algo incoherente.

La película está muy bien, pero creo que tiene pequeños fallos que no le hacen tener una nota mejor.

Si usted desea encontrar la receta para realizar el tan difícil logro de filmar una película onírica, dramática, testimonial y verídica a la vez, mas una saborizante pizca de un suspenso para enriquecer una ya de por si deliciosa trama bordeando los limites del ridículo y el desprestigio sin pisarlos en ningún momento y por ende revalorizando el mensaje que esta queriendo transmitir, por favor vea la majestuosa obra de Peter Jackson, "Criaturas Celestiales" y allí encontrará todo lo que ha buscado. Sencillamente magnética, mágica, inolvidable, de esos filmes que se quedan grabados en la retina imborrablemente por la distinción a la hora de describirnos los acontecimientos de un hecho que realmente sucedió en una pequeña localidad del lejano Nueva Zelanda, cuando otros simplemente se encargaría de graficarlo sobria, cronológicamente. Dos amigas, dos niñas que desandando sus primeros pasos en la adolescencia empiezan a comprender la crudeza y monotonía de un mundo que se les plantea muy diferente y menos emocionante que la realidad de hadas y héroes a caballo que hasta allí conocían por medio de su imaginación. Ese momento tan dramático en que nuestros padres dejan de ser sobrenaturales para transformarse en simples mortales, con muchos defectos y algunas virtudes, pero sobre todo anticipándonos lo que nos espera a nosotros mismos como adultos en un opaco futuro demasiado cercano. Un segundo nacimiento, una segunda salida del calido útero de los sueños y las aventuras rumbo a la fría y dolorosa realidad de las responsabilidades y las obligaciones. Kate Winslet y Melanie Lynskey interpretan maravillosa, posesivamente a estas dos jóvenes que se resistieron a abandonar sus vidas de magia y eterna felicidad, a perder sus anhelos de princesas y sus interminables tardes de risas y juegos, que se opusieron a ingresar al mundo de los mayores, tan lleno de engaños y mentiras, de hipocresías y falsas verdades, en el que los caballeros se transforman en animales en celo en busca de un sexo instintivo, áspero, ocasional y el amor perenne e indestructible es reemplazado por relaciones banales y baratas, que sacrificaron aun la comodidad de sus hogares para aferrarse a una hermandad que intentaban conservar mas allá del tiempo y las distancias, que entregaron su propia cordura y sentido de la realidad en busca de ese fin que sin siquiera percibirlo las fue arrastrando a una obsesión tan enfermiza que la muerte se transformó en la única salida posible a tal tangente, y curiosamente, la libertad en un tesoro que pronto perderían en su afán de ser perpetuamente libres.
Una historia tan real como ficticia, tan alegre como triste, tan inocente...como culpable.

Junto con Picnic en Hanging Rock (firmada, curiosamente, por otro habitante de las antípodas, éste australiano) y con la más reciente Thirteen, es quizá la mejor inmersión en la mente adolescente, elaborada con inteligencia, mesura, valor y unas dosis de imaginación que no se veían en el cine desde hacía bastante tiempo, aplicadas ahora no a recrear una saga de tiempos remotos sino a desentrañar lo que pasa por la cabeza de una chica solitaria.

Kate Winslet y su compañera están tan convincentes que el espectador se siente a la fuerza algo voyeur al desvelar sus más íntimos anhelos (ese Orson Welles mefistofélico y ese Mario Lanza improbable, esa oscura tierra de fantasía que se adueña de una realidad insulsa) ante una cámara en estado de gracia. Sólo la modestia del planteamiento le impide convertirse en una obra maestra.