Palmer

Es un drama sencillo, sin demasiadas vueltas. Solo lo justo para mantenernos con los ojos abiertos y observantes.
Me senté sin expectativas y eso fue bueno porque la película termina siendo llevadera.
No es un drama desgarrador de esos que pensas en suicidarte o que no mereces tu vida. Es un drama simple, nada especial para reflexionar. Las actuaciones son respetables y la trama casual.
Ya que no deje la sensación de perdida de tiempo hoy en día es algo bueno.

Parece difícil volver a construir y encauzar una vida después de haber pasado por la cárcel en Estados Unidos, al menos por lo que se deja entrever de los ya varios films sobre exconvictos que buscan esa segunda oportunidad que la sociedad les niega. Sobre todo en un contexto conservador como este en el que se desarrolla la película. Aunque Palmer parezca uno más de esos films, en realidad no lo es, ya que no solo se centra en esa trama ya varias veces vista, sino también en algo más.

Tras cumplir con una condena que parece algo turbia, Palmer –un gran Justin Timberlake- decide volver al pueblo donde se crió y vivió para recomenzar su vida junto a su abuela. Allí deberá lidiar con los obstáculos propios de una sociedad moralista y conservadora que mira a la reinserción con recelo, pero también con algo inesperado que vendrá a complicar la ecuación. Un niño, vecino de su abuela al que a veces ésta cuida por la dejadez de su madre, se cruzará en su vida.

Con personajes bien construidos y a pesar de tratarse de una historia contada una y mil veces, la trama funciona y hasta emociona. Porque ese personaje duro y curtido en prisión, se ve conmovido y reflejado en aquel niño que se cruza en su vida por casualidad para trastocarla y de algún modo darle sentido. Una película en la que la esperanza, la superación personal y el respeto a la diversidad de género entre los niños, elementos en principio difíciles de conciliar, se mezclan dando como resultado una historia que entretiene y conmueve.


Lo mejor: La actuación de Justin Timberlake, que cada vez se supera más a si mismo y la de Juno Temple en el papel de madre atormentada, actriz a la que habrá que seguir bien de cerca.

Lo peor: Que por momentos parece simple y con demasiados clichés, aunque luego de alguna forma todo encaja.

Crítica originalmente publicada en Cinezin.com

¿Cuántas veces hemos visto esta historia de un hombre conflictuado que busca terminar siendo tutor de una criatura con detalles particulares, con la cual genera un vínculo inesperado? Mil. Sin embargo, y pese a lo que muchos puedan pensar, la originalidad no reside exclusivamente en la invención de algo nuevo, sino en la utilización de fórmulas conocidas para darle un sello propio.

Aquí nos encontramos con Eddie Palmer, un ex convicto que vuelve a su pueblo, para vivir con su abuela. Junto a su casa, en un trailer, viven una mujer adicta con su pequeño hijo, Sam, el cual es víctima de todo tipo de acosos por su identidad de género (para ser más preciso, su expresión). Por razones que es preferible ir descubriendo en pantalla, Palmer y el niño irán formando un lazo fraterno que los ayudará a superar diversos obstáculos.

En un guión muy bien construido, lo anterior servirá en realidad como hilo conductor o esqueleto, que será utilizado para desarrollar la construcción de los distintos personajes, con arcos interesantes y bien dosificados. Y raspando más la olla, estos personajes van sacando a la luz un sinnúmero de detalles para llegar al verdadero concepto de la película, la aceptación. Si bien hay un claro mensaje de tolerancia para con las diversidades de género, su temática principal, de manera inteligente se la asocia con otros tipos de discriminaciones y problemáticas.

Fisher centra su dirección más que nada en el manejo de los intérpretes, y lo hace de manera super metódica. Justin Timberlake, si bien no está para premiarlo, realiza un trabajo más que correcto y bastante creíble. Pero ante quien hay que sacarse el sombrero es el joven Ryder Allen, de extraordinaria labor.
Un film que seguro tendrá sus coincidencias con trabajos recientes como Gifted, clásicos del estilo de I am Sam, o incluso A Perfect World y muchísimas otros, pero que sabe utilizarlos como medio, y no fin, para contar su propia historia.

Una película austera y sin muchas pretensiones pero con grandes intenciones, que termina siendo emocionalmente muy satisfactoria.

Primero que todo, qué película tan conmovedora !!!.
Me saco el sombrero ante Justin Timberlake, su interpretación fue realmente cercana y creible, como también la del resto del elenco, partiendo por Ryder Allen, en el papel de Sam, que de principio a fin, fue el 50% responsable de la notable química protagónica.
Una película adorablemente refrescante, con un tema difícil de fondo. Muy reflexiva por cierto, en distintos aspectos sociales contemporáneos.

He visto... Palmer...
https://www.filmaffinity.com/es/film544668.html

Un 6. Se trata de una película independiente protagonizada por Justin Timberlake, que es un drama en la que un tipo que ha pasado varios lustros en la cárcel por un delito cometido al final de su adolescencia, sale en libertad condicional y se va a vivir con su abuela.

Se encuentra una situación peculiar en la que entabla una relación con un niño, que es gordo, gafoso y quiere ser una princesa hada. La película describe la situación y el drama que se forma alrededor de la misma.

No es una película de peso, pero está bien interpretada. Lo malo es que tampoco cuenta nada novedoso. Así que, sería una película para fans o para quien disfrute de dramas menores bien definidos, para pasar el rato.