El robo más grande jamás contado

Divertida, ingeniosa, pasajera, gamberra, chapucera, entrañable, desenfadada e inteligente producción en clave de humor, llevando a cabo una parodia de las clásicas películas de robos en los que un grupo de personas llevan a cabo un plan de lo más inesperado para sacar un beneficio económico.
Daniel Monzón, reúne a un reparto de rostros conocidos del cine Español, para llevar a cabo una parodia plagada de tópicos con unos personajes de lo más peculiares y divertidos que ayudan a llevar bien lo que se muestra en pantalla.
El robo más grande jamás contado, ofrece lo que se espera de ella y sin ser muy original, por lo menos no decepciona y roba más de una sonrisa y eso es de agradecer.

Rotunda como una provocación, atolondrada como un disparate y variopinta para no pasar desapercibida, la película que dirige D. Monzón oscila entre la promesa de despegar en la siguiente escena y la realidad de una velocidad de crucero renqueante.
Ofrece frescura narrativa, una línea argumental sin complejos y una interpretación correcta de sus protagonistas pero el guión le conduce por un camino de premiosidad que resta intensidad a la historia.
Sólo consigue su propósito a medias.
Atrevida, desenfadada y con un sentido del humor que por momentos resulta agradable pero que cae en su propia trampa de la reiteración o el abuso.

Hilarante comedia al estilo español, pero libre de prejuicios en tiempo y modo. La historia engancha desde el principio, muy bien por la voz en of del narrador y el desarrollo del argumento. Hacía tiempo que no veía una película española tan libre de "cargas" y perjuicios como esta, que está hecha para entrener, ¡y de que manera!.
Magnífico Resines y Neus, soberbio Manquiña sin olvidarnos de javier y de Jimmy.
Te ries de principio a fin, no asoman en todo el film, nada de política ni de guerra civil a los cuales no se alude en ningún momento, cosa harto dificil en este pais con el sistema que tenemos...
Repito, no es la típica "españolada" gerra civilista o politiquera de las subenciones, ni tampoco una estúpida americanada.
Recomendable verla una vez al año para reir de manera sana.

Estafa al espectador evidentemente. La puntuación real es "0", la película simplemente no existe, ¡No es cine!. Entré en la sala engañado por el bombardeo mediático de los amiguetes del señor Monzón y me tuve que largar antes de la mitad con el rabo entre las piernas y maldiciéndome por haberme dejado timar de esa manera.
Es difícil de creer que este mismo "director" haya publicado recientemente una cosa como "Celda 211", que está realmente muy bién. ¿Se habrá comprado un esclavo que sabe hacer películas?