Érase 1923 (mira qué redondo), Irlanda está sumida en una guerra civil-post guerra de la independencia frente a los ingleses. Los cañones suenan lejos de una isla fuera de circuito donde sus habitantes se enfrentan por las más insignificantes nimiedades.
Entre bonitos paisajes, buena fotografía y buena música se luce Colin Farrell en una interpretación realmente brillante que requiere de depurada afinación: no entiende porque su compañero habitual de tertulia de bar ya no quiere saber nada de él (los tiempos cambian..?).
Se plasman la miserias humanas, hay ironía, progresan los conflictos...

Cual es el problema?: por un lado no te la crees -las reacciones de los personajes son exageradas e incluso gratuitas- y por el otro es lenta, combinando ambos factores tenemos una cinta sobrevalorada en la que miras el reloj un par de veces por lo menos.
Detalles en el spoiler.

Mikelowski ya deja claras las trampas del señor Baumbach para organizar un film sobre el vacío: Fotografía deliberadamente "indie", ,; divorcio de joven pareja aparentemente perfecta y de la farándula, con saltos constantes entre New York y Los Ángeles; todo ello para lucimiento interpretativo de una Scarlett con el peinado más horrible posible, ropa de saco, etc... (que para una mujer que figura que es actriz profesional, ¡Ojo!). Y si todo va según lo previsto la nominarán al Oscar.

¡Pues no llega! De hecho ni se acerca, se la come Laura Dern sin ir más lejos. Si a eso sumas los diálogos de topicazo en separaciones, la total insolvencia al enlazar los cambios de humor y actitud de los interesados, la poca gracia del niño víctima de la ruptura; y que en la segunda mitad la peli entra en un bucle del que parece que no saben como salir.... Un aburrimiento supino, los últimos 45 minutos ya no encuentras la butaca.

Y en el spoiler tenéis más

Sopor, diálogos (anacrónicos) de besugos ,fotografía que se queda en las pretensiones, mal montaje, intento de remedar "Sin perdón".
¿Que le han visto los de siempre?. ¿El mensaje?

Paso al spoiler y si todavía alguien tiene la tentación de caer podrá ver lo que se encontrará.

Esto sí que es imaginación. Esto sí que es iniciativa. Esto sí que es calidad.
Con garra, producción cuidada, diálogos trabajados, interpretación (sensacional Aina Clotet), montaje impecable.

Todos sabemos cuan difícil es idear un corto. Aquí tenemos siete historias provocadoras de gran potencia y rabiosa actualidad. Los autores beben del surrealismo más clásico para clavarnos en la butaca y demuestran cómo un proyecto brillante atrae buenos actores inquietos por dar dignidad a nuestro cine.

Y lo habitual en estos casos: distribución y exhibición obstruccionistas -de la Crítica profesional ya no hablo-; si tenéis una oportunidad no la dejéis pasar.

Y plana. Qué aburrimiento. Qué guión más soso. Qué falta de sutileza. Qué poca gracia. ¡Qué timo!

Los personajes resultan muy poco creíbles pese a estar basados en una historia real. Lo lineal y acaramelado del desarrollo va de la mano con la poca consistencia y los topicazos en la denuncia de la segregación racial. Dirección mediocre y prácticamente nula rentabilización de la cuestión musical.
En resumen: decepcionante y soporífera. Si encima tenéis que sufrir el doblaje: ¡Preparaos!
Solo se salvan la fotografía y los diálogos en italiano.

No sé que es lo que ha fallado, pero me han vuelto a engañar. Que lo sepáis.