El turista accidental

Veo que no os ha impactado el comportamiento de esa increíble familia que ordena la despensa por orden alfabético, que jamás descuelgan el teléfono cuando suena y que se extravia cuando salen a la calle. Aqui Kasdan se descuelga, como casi en todas sus películas, con elementos psicoanalíticos que, lejos de la obviedad con que Woody Allen los retrata, hacen reflexionar sobre el miedo a la contingencia.

No tan enorme pero sí muy entrañable fue el reencuentro con esta película que tampoco había vuelto a degustar desde entonces. En su momento no la paladeé como merecía y ayer, ahora sí, la disfruté ampliamente. Kasdan tampoco es un director muy de mi cuerda, salvo Fuego En El Cuerpo y Mumford ninguna película suya me ha hecho el peso. Esta, sin duda, completaría la trilogía de buenas películas que ha parido. Y William Hurt está pletórico. Y la BSO, de nuevo, es gloriosa.

Todos nos pasamos la vida arrastrando una maleta, la cual vamos llenando de ataduras emocionales. A veces es bueno liberarnos de este peso, para avanzar y poder afrontar nuevos retos.

William Hurt interpreta de forma magistral a Macon, protagonista de esta história intimista y llena de sentimientos, que se dedica a escribir guias turísticas, para que la gente cuando viaje, no se encuentre con sorpresas y lo tenga todo bajo control. Sin embargo, él mismo no es capaz de controlar su propia vida sin la ayuda de Muriel (papel por el que Geena Davis obtuvo el Oscar como mejor actriz secundaria).

Macon se está hundiendo poco a poco sin darse cuenta, pero nuestra romántica, extravagante y terriblemente optimista adiestradora de perros, no estará dispuesta a permitir que eso ocurra.
Elementos como la capacidad de redención, le conceden al protagonista la oportunidad de saber quién es en reallidad, ya que todavía no es demasiado tarde para volver a empezar.
Sabias palabras las de Macon: "Lo importante no solo es cuanto amamos a alguien, sino lo que somos cuando estamos con esa persona"

El triángulo sentimental es completado por la bella Kathleen Turner, que interpreta a Sarah. Una persona egoísta, a la cuál el sentimiento de culpabilidad le impide pasar página. La cuestión es si conseguirá arrastrar consigo a Macon...

Lawrence Kasdan dirigió en el año 1988 ésta muy interesante película que, a pesar de que la crítica la reconoció como una de las mejores producciones de ese año, no contó con el apoyo del público. Un matrimonio intentando superar la muerte de un hijo no parece ofrecer a simple vista un buen juego para un guión cinematográfico, pero el propio Kasdan supo cómo adaptar esa historia para la gran pantalla y consiguió así unas merecidas nominaciones al guión adaptado, y la principal, la nominación a la mejor película. Kasdan toma una novela intimista de Ann Tyler y atrapa en metros de celuloide la historia de una soledad elegida, del derrumbamiento de un hombre, que se rompe en pedazos ante una ausencia inesperada, la historia de un hombre solitario, triste y que decide no expresar sentimientos y encerrarse en sí mismo mientras escribe sus guías de viajes para hombres de negocios que odian viajar y quieren sentirse en todo momento como en casa, sin dejarse llevar por el espíritu o vida de una ciudad o país nuevo, todo bajo control, todo controlado, lo malo es que cuando algo inesperado ocurre, todo se desarma alrededor, y sólo queda un hombre solo y perdido ante el mundo que no sabe cómo va a levantarse cada día de la cama.

Agridulce y tragicómico, pero optimista al fin, “El turista accidental” es un film profundamente conmovedor que cuenta una historia de amor nada convencional. Kasdan nos ofrece un relato sobre soledades, ausencias y dolores que provoca alguna que otra sonrisa, habla de segundas oportunidades, de que es posible reconstruirse, de cómo a veces necesitamos al otro para que nos saque de un pozo profundo, y ese otro es quien menos te esperas, una buena película, de personajes que sufren o ríen, de sentimientos a flor de piel.

Una gran película con una interpretación realmente sublime de William Hurt, con su rostro y su cuerpo expresa un abanico insuperable de sentimientos hasta llegar a su sonrisa relajada final, un William Hurt de quitarse el sombrero. Fantástica también Geena Davis, encarna a una chica totalmente opuesta a todo lo que rodea a Hurt: optimista, dulce, habladora… con un carácter incompatible al de Hurt, una persona sencilla y humilde que despertará en él esas ganas por seguir viviendo, el demostrarse a sí mismo, que no es necesario olvidar los malos recuerdos para seguir adelante, sino que es posible vivir con ellos y ser feliz de nuevo.

En los Estados Unidos que la gente se case dos, tres o cuatro veces es lo más natural. Claro que cuando se estrenó en España “El turista accidental” en 1988 eso no se llevaba. Ahora sí, por lo que en una sociedad desestructurada con cientos de miles de separaciones al año preveo que será una película que el tiempo la subirá progresivamente en puntuación. En sí la película de Lawrence Kasdan es más bien un rollo, y sin el más bien también, pero tiene esa “virtud” de intentar empatizar con los seres apagados, solitarios y desafortunados en las relaciones de pareja que se multiplican día tras día. Si tu matrimonio o noviazgo no funciona, o lo acabas de dejar seguro que te gusta, ya lo dice el refrán, mal de muchos, consuelo de tontos.

Lo mejor las actuaciones y la crítica al conductismo psicológico americano, lo peor el efecto de victimista cómplice que busca en el espectador. Que no cuenten conmigo, ya me uniré al club, pero a mi ahora me va de puta madre.