Perfectos desconocidos

Salía del cine entusiasmado. Acababa de ver una magnífica película en la que Álex de la Iglesia confirmaba su gran mejoría experimentada en los últimos años con sus recientes propuestas. Hasta el componente sobrenatural que invade el film en los instantes finales y tan habitual en el cine de este director me parecía bien introducido.

Pero me llevo un chasco bastante gordo al descubrir que ‘Perfectos Desconocidos’ es un remake de la película italiana ‘Perfetti sconosciuti’ de 2016 dirigida por Paolo Genovese que se llevó el premio David di Donatello a mejor película. Desconcertante el hecho de que un tipo tan sumamente imaginativo y original se digne a realizar un trabajo de este tipo.

Al descubrir este dato, corro inmediatamente a ver el tráiler de la original y descubro que la obra de De la Iglesia es una fotocopia idéntica de la original. Que hasta el look de Pepón Nieto está calcado, como los diálogos, situaciones, conversaciones y profesiones.

Inmediatamente, la puntuación desciende en mi cabeza. Lo que me había parecido de 8, baja irremediablemente hasta el 6 y siendo bastante bueno. Y lo soy porque, en el fondo, reconozco la gran labor que realiza el elenco principal de la película, formado por Belén Rueda, Eduard Fernández, Ernesto Alterio, Juana Acosta, Eduardo Noriega, Dafne Fernández y Pepón Nieto.

Por lo demás, ‘Perfectos Desconocidos’ está bien rodada, con un buen diseño de producción. La trama se desarrolla de forma ágil y los secretos pillarán por sorpresa al espectador que desconozca el film original.

Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/

Me ha encantado, me he reído un montón con las situaciones que se van sucediendo y te tiene atento de principio a fin. Tuve reparos de verla hasta que empecé a ver opiniones de la gente, porque he visto varias películas de Álex de la Iglesia que me han parecido pésimas (Balada triste de Trompeta o Las brujas de...) en cambio es verdad que con sus dos últimas películas, esta y "El bar" se ha lucido, ambas geniales, ¡que siga así!

En la era digital infinidad de cosas tienen carácter virtual, esto es, no existen físicamente. Son creaciones humanas que viven en el imaginario colectivo, en un universo que fabricamos a nuestro antojo y necesidades. Y existe un convenio sobre la validez de esas cosas, sobre su valor. Lo damos por bueno, luego existen.

El auge de las redes sociales ha abierto un mundo de comunicación y relaciones que da hasta vértigo. No existen suficientes horas en el día para abarcar el flujo de información que pueden llegar a producir.
Y además esta el debate sobre si la necesidad de comunicación se puede considerar como algo biológico e inherente al ser humano o como una característica más o menos marcada en el individuo. Sea como sea hasta el que practica el aislamiento social acaba por inventarse a un interlocutor para sobrevivir e interactua con él a fuerza de monólogos. Y eso es porque como ya dijo Aristóteles somos animales mamíferos inequívocamente sociales.

Todo parece indicar pues que la red social es un artículo de primera necesidad y una herramienta formidable para el que posee las claves de su control.
Y es que a primera vista todo son facilidades: gratuidad en las redes, interfaces amigables de las aplicaciones, tecnología de los dispositivos preparada para generar adicción, facilidad para la adquisición de la tecnología...
Pues bien, La mala noticia es que la gratuidad de un bien denota que el producto final es uno mismo, la información que se vuelca en la red sobre nuestros datos. La buena es que eso a priori no tiene porque ser malo. Todo depende de en manos de quien esté el control del negocio, de quien los posea y sobretodo del uso que se haga de ellos.

En esta película unos amigos deciden dentro de su pequeño y cerrado grupo y en un arrebato el ser enrollados (cool en inglés) y dejar su intimidad al descubierto por un momento, como si el entusiasmo que les produce ese universo de comunicación tuviera como pago necesario la renuncia pública al propio espacio íntimo a título de sacrificio u ofrenda religiosa al grupo. Deciden que lo propio para estar a la altura frente a los demás es no mostrar reservas y dejarse llevar por el grupo poniendo al descubierto todos los órdenes de su vida.

Personalmente todas las películas de este tipo me parecen claustrofóbicas pero en este caso me ha sido soportable. Y eso es mérito de la interpretación de los actores que, la verdad, lo hacen bastante bien. Ernesto Alterio y Pepón Nieto atrapan literalmente al espectador. Francamente notable el trabajo llevado a cabo por todos pero particularmente por estos dos. ¿Que como se sabe cuando la interpretación es sobresaliente? Pues cuando lo cuentas y nunca queda igual de como lo ves en pantalla porque necesitas del cine para que se entienda.

A vueltas con la privacidad y la necesidad del espacio propio yo reivindico sin dudas ese derecho. Muchos, llevados por el mismo entusiasmo por la comunicación que la que aparece en la película se oponen a la reserva y ponen el acento en la falta de transparencia, la doblez, la hipocresía... Olvidan que eso equivale a ser invasivos, a que por esa misma razón se vulneren los derechos de intimidad de terceras personas, a que la información que es poder se pueda utilizar con a saber que fines...

Con los años se adquiere la certeza de la necesidad de la existencia de distintos órdenes o áreas en la vida de cada persona para que no reine el caos. No es lo mismo el espacio social laboral que el familiar privado. Y en el familiar y en el laboral también existen diferentes compartimientos en los que unos y otros no pueden convivir sin que los conflictos se generen. Definitivamente se abandona la ingenuidad infantil de la creencia de un mundo en el que todo se puede compartir y en el que para solucionar los problemas todo debería ser de todos, por el tener la absoluta seguridad y constatar que los espacios propios privados y su ordenación y organización son imprescindibles.

Otra cosa muy distinta es el hacer las cosas con mala intención. Utilizar las redes de manera delictiva para engañar y causar perjuicio a los demás es algo completamente distinto y opuesto a lo que he explicado. Es delinquir, actuar con dolo

Una película muy entretenida con muchísimas claves de humor que te hacen pasar un rato muy agradable.
Me arrepiento de no haber ido al cine.

100% recomendable para echarse unas risas, disfrutar y olvidarse del alrededor.

PD: Alex de la Iglesia sigue su buena línea de humor y enrevesamiento.

No es de lo mejor de De la Iglesia, tampoco de lo peor (lo cual tampoco es mucho decir), pero sí que deja claro cuales son las virtudes y los defectos endémicos de este director. El comienzo, con muchos diálogos, muestra una vez más el que siempre ha sido su gran punto débil, es mal guionista y tampoco se rodea de gente que sepa escribir buenos guiones. Cuando la película entra en harina y empieza a desmadrarse es cuando se siente cómodo, en el caos dirige como nadie y la parte intermedia es una comedia de enredos bastante entretenida.