Carmen

Parece que, con tantas versiones teatrales y cinematográficas, se ha perdido de vista el trasfondo que encierra el destino del personaje de Carmen: la fatalidad; mujer, habitualmente villana, que emplea el poder de su sexualidad para atrapar al héroe. Desde mi punto de vista, la versión de Aranda representa bien esa obsesión, encarnada en la figura de Paz Vega que, mejor o peor actriz según los gustos, no cabe duda que atrae. Para el que haya leído la novela, Aranda no se complica demasiado la vida, sigue el hilo sin prácticamente ninguna aportación personal en lo que a argumento y giros en la trama se refiere, tan sólo aderezado con esa dosis "sexual-carnal", toque de sal típico en las películas de este director.
Por último, destacar la actuación de dos de sus actores. Por un lado Sbaraglia (Don José), serio, como de costumbre, y mimético -si acaso algo alejado de ese acento vasco que se le presuponía al papel-. Por otro lado, Antonio Dechent (El tuerto) que, haciendo de "malo", como en este caso, lo borda.
En fin, si acaso un consejo personal, ver la peli antes de leerse el libro. Aunque siempre es conveniente, en este caso más porque puede aburrir el sabido trinomio inicio-nudo-desenlace.

Realmente esta Carmen salvaje, atrevida, egoísta y traidora, consigue seducirte y a la vez sacarte de tus casillas. Da gusto ver a Paz dotando al personaje de una sensualidad, desparpajo y naturalidad que pocas actrices podrían conseguir. Y el pobre soldadito Sbaraglia, amparado en la fidelidad a sus nobles ideales, y en el fervor que siente por esta yegua indomable y pendenciera, se deja embaucar por ella, arruinando su vida, pero al mismo tiempo consiguiendo vivir experiencias que dificilmente hubiera experimentado si no hubiera conocido a esta mujer de gran personalidad.

A veces te preguntas por qué el soldadito no la manda a freir pimientos, dada su escasa integridad como persona, y te das cuenta de que él es débil y manipulable, y sobre todo que la quiere y la admira a pesar de que ella no es de ley. Que ingenuo resulta el amor ciego.

Película de sangre y fuego, ambientada en una Andalucía ocupada por franceses y bandoleros.

A mediados del siglo 19, Prosper Mérimée (Jay Benedict), un escritor francés, durante un viaje por la península española conoce a dos particulares personajes, a José (Leonardo Sbaraglia) y a Carmen (Paz Vega).

José, un ex oficial del ejército español y ahora un criminal buscado por la justicia. Por otro lado, Carmen, es una frívola mujer con fama de bruja y prostituta.

José se enamora perdidamente de Carmen, no empecé a que esta tiene una serie de amantes de turno, la cual parece que sólo la motiva el sexo. José termina atrapado en una peligrosa relación sentimental.

El film es una historia de obsesión y perdición amorosa, de celos y mujer fatal, que en ocasiones cruza la línea entre la humildad y el egoísmo, actuando sin límites sea cual sea su lealtad.

La película generó por venta de taquillas la cantidad de €6.3 millones en España solamente, además recibió doce nominaciones a diferentes premios y/o festivales de cine, de los cuales gano dos de ellos.

Sí, todos sabemos que la carrera de Vicente Aranda fue bastante irregular, especialmente en sus espantosos últimos años.
Sin embargo, estamos hablando del hombre detrás de cintas estupendas, como Libertarias, Juana la Loca, La pasión turca o la que hoy nos ocupa, Carmen, una muy digna versión del mito de Merimée.
Con una Paz Vega abrasiva y un Leonardo Sbaraglia que está fantástico como José, la película se deja ver como un espectáculo muy entretenido que resume perfectamente lo que es el mito de Carmen y por qué sigue siendo hoy representación universal de los celos en el ser humano y sus terribles efectos. La verdad, no sé por qué la película fue tan machacada. Es de los mejores trabajos de Aranda y está maravillosamente hecha (¡qué vestuario! ¡qué fotografía!).
Notable.

Entre las películas españolas de estas generaciones, Vicente Aranda se lleva la palma al más guarro de todos. En sus películas salen más tetas que en una película porno sin venir a cuento y si vale, Paz Vega está buena y muchos nos la tiraríamos, pero eso ya lo sabía antes de ver este bodrio que trata de un soldadito empalmao que le pone una “señorita de compañía” y me acuerdo de poco más, hace mucho que la vi, lo que quiero decir es que es más olvidable aquella chica de la escuela que se llamaba…