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Secreto tras la puerta

Drama. Intriga. Romance. Thriller. Cine negro Celia, una rica heredera, conoce a Mark, un hombre atractivo y misterioso. Se enamoran y pocos días después se casan. A medida que Celia va conociendo la vida de su marido, empieza a sospechar que oculta secretos que ella ni siquiera puede imaginar. (FILMAFFINITY)
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Críticas 35
Críticas ordenadas por utilidad
13 de junio de 2007
13 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, Eleanor y no Rebeca, aunque beben de la misma fuente. Si a esto el añadimos unas gotas de Sospecha y Recuerda, tambien de Hitchcock, nos sale Secreto tras la puerta. Mujer se casa con viudo y descubre que su esposo colecciona habitaciones, un hijo, una hermana sincera, y en vez de ama de llaves, una secretaria con un ridículo secreto. Hay un Michael Redgrave inexpresivo como si estuviese rodando Yo anduve con un zombie y sobre todo una voz en off innecesaria, pero tiene el encanto de las viejas películas de las que ya quisieran aprender muchas de las de ahora.
mrvazba2k
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4 de diciembre de 2011
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Secreto tras la puerta según los libros tiene cosas de Recuerda, Rebeca y Encadenados. Pero es mejor que Encadenados y no tengo que comentar nada sobre Recuerda. Y con Rebeca está a la par. Pero en la de Lang está las habitaciones de la muerte. Y eso nunca se podrá ver en Rebeca. Y está Joan Bennet que pasa por encima a Joan Fontaine. La de Lang dicen que no es una obra maestra pero tiene algunas escenas que lo redimen. Y la del otro la redime el nombre del director. Si una de las mejores y más sobrevaloradas de Hitchcock no está por encima de una de las menos valoradas de Lang es que uno daba para poco. Y siempre me quedará las habitaciones con la vela cortada.
RONNIE JAMES DIO (CUENTA BLOQUEADA)
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15 de enero de 2014
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
La suerte de esta película va indefectiblemente unida a la del psicoanálisis: las dos han envejecido francamente mal y nos parecen anquilosadas y cubiertas de polvo. Puedo imaginar que en la época someterse a los pupilos de Freud era lo más, y explicar toda conducta humana con traumas infantiles muy moderno, pero es una pena que el talento de Lang se pusiese al servicio de tales ideas. El contar con un reparto poco carismático tampoco es de mucha ayuda, y los protagonistas aparecen demasiado envarados y sin un ápice de carisma, con un recurso de voz en off que, honestamente, le quita muchos enteros a la narración. En definitiva, obra menor del cine clásico a mucha distancia de otras.
Tio Penthal
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6 de enero de 2010
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por momentos sublimes se malogra al final buscando cerrar todos los cabos con una explicación freudiana bastante infantil. Freud y sus teorías sobre la infancia llevadas a un extremo un tanto ridículo.

A eso hay que añadirle lo poco que está desarrollado el personaje de la secretaria tan crucial en ese final y tan descuidado salvo como una pieza más para resolver la historia.

Una peli que iba para obra maestra que para mi gusto obtendría el excelente si hubiese cortada 10 min antes con otro final o un final abierto.
DuBy
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16 de agosto de 2019
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
*La infeliz familia de Blaze Creek

La llegada a la mansión de Blaze Creek no es precisamente alentadora para Celia. Los habitantes de la casa tienen un talante entre desazonado y gélido. Para empezar, Celia conoce a David, el hijo de Mark de un matrimonio anterior, que supone una mayúscula sorpresa; Mark nunca le dijo nada de un matrimonio anterior. Además, David es un chico taciturno, hierático, poco hablador, y no se le lleva bien con su padre. Algo hostil se muestra Miss Robey, la secretaria personal (y algo desfigurada) de Mark y la persona más unida a David. Acaso el personaje más influyente, aunque sea invisible, sea la primera mujer de Mark, ya fallecida, cuyo recuerdo ejerce una extraña influencia sobre los habitantes de Blaze Creek. El personaje más amable es Caroline, la hermana de Mark

La estancia de Celia en la mansión va siendo cada vez más incómoda. Fritz Lang lo refleja exteriormente llenando Blaze Creek de sombras y fuertes contrastes de luz, y haciendo que el tiempo predominante en el exterior sea sombrío y tormentoso. De hecho, el ambiente parece casi gótico. El mayor desencadenante de inquietud en Secreto tras la puerta, no obstante, es Mark cuyo carácter cambiante y algo errabundo desconcierta a Celia. Este desconcierto acaba llevando a una siniestras sospechas. ¿Se caso Mark con ella por su dinero? Mark se encuentra en una situación financiera apurada. Y, sobre todo, se pregunta si mató a su primera mujer. Y es que Mark tiene un extraño fetichismo…

*El coleccionista de habitaciones

Como en cualquier película de mentes torturadas y algo perturbadas, como Secreto tras la puerta, hay indicios de comportamientos insólitos en uno de los protagonistas. Mark tiene una extraña colección: una de habitaciones. Ha utilizado seis estancias de la mansión para reproducir, incluso con objetos originales, cuartos donde se cometieron terribles crímenes pasionales en los que el hombre mataba a la mujer. Cada una de ellas tiene una terrible y grotesca historia detrás. Lo más inquietante es que existe una séptima habitación cerrada a cal y canto que Mark no quiere mostrar a nadie; todavía está haciéndose. Celia sospecha que algo terrible sucederá en relación con esa habitación y querrá entrar en ella, sin que Mark se entere, para ojear qué hay.

El recurso habitual en Secreto tras la puerta de usar figuras como puertas o habitaciones tiene que ver con la aproximación al psicoanálisis (mencionado varias veces) de la película. Una puerta abierta a una habitación representa el adentramiento en los recovecos y complejos ocultos de la mente, a veces como esperanza de sanación y otras como viaje sin retorno. Mark tiene dentro de sí muchos secretos y complejos dentro de esas, tan simbológicas, habitaciones.

Durante los años cuarenta el tema del psicoanálisis y el crimen psicológico constituyó una pequeña moda que nos dejó algunas joyas: A través del espejo (1946) de Robert Siodmark, Recuerda (1945) de Alfred Hitchcock, Vorágine (1949) de Otto Preminger… No son películas veristas desde el punto de vista científico, pero el inconsciente, la mente y los sueños, ofrecían temas muy sugerentes. Secreto tras la puerta se inscribiría en esta corriente.

*La pareja protagonista

El peso de las actuaciones en Secreto tras la puerta recaen sobre Joan Bennet y Michael Redgrave. A ella se la nota a gusto, segura dentro de su papel de esposa atribulada y de mujer no demasiado experimentada en asuntos de pasiones. La complicidad de Joan Bennet con Lang es fácil de intuir, pues participó en otras películas del realizador: Perversidad (1945) o La mujer del cuadro (1944)…

Michael Redgrave, por su parte, no llegue al nivel de su partenaire pero se muestra eficiente en su papel de Mark Lamphere. Su personaje entraña la dificultad de tener un registro quieto, casi alelado, y otro más nervioso y perturbador. De este matiz Redgrave sale airoso, pero en en sus momentos más turbulentos quizá roce la sobreactuación.

*Recordatorios a Hitchcock

Hay varios punto de conexión argumental en Secreto tras la puerta con algunas películas del gran Alfred Hitchcock. Para empezar, el tema del marido como posible asesino recuerda a Sospecha (1941); la mansión y los continuos recuerdos a una difunda señora de la casa nos remite casi a la fuerza a Rebeca (1940); el uso de traumas y trastornos como causa de una posible acción violenta nos hacer ver algún parecido con Recuerda (1945).

No quiere decir esto que Lang se limitase a hacer un pastiche de películas de Hitchcock; la ejecución tenebrosa, el ambiente turbio y el tono perverso son marcas de agua del director vienés desde hacía tiempo. A sensu contrario algunas películas de la época alemana de Lang tuvieron una gigantesca influencia en directores posteriores del thriller (incluído Hitchcock); Espías (1928), dentro del género de espionaje, o M, El Vampiro de Düsseldorf (1931), dentro del cine de psicópatas, dan buena fe de ello.

*Conclusión

La peculiar fusión de melodrama romántico con la intriga psicológica puede dar buenos resultados si se hace con tino. Fritz Lang lo consiguió y, aunque Secreto tras la puerta no sea su película más conocida, el resultado final es interesantísimo en buena medida por el ambiente lúgubre y enrarecido que flota sobre unos personajes ambiguos y atormentados. Muy reivindicable.

Escrito por Mariano González
Cinemagavia
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