El anacoreta

El único filme dirigido por Juan Estelrich y toda una rareza de nuestro cine, sobre un hombre que se aísla del mundo exterior recluyéndose en el cuarto de baño de su casa.

Una genial idea de Rafael Azcona, no siempre académica en la pantalla pero muy aguda en su reflexión, protagonizada por el gran Fernando Fernán Gómez en un solo escenario, donde irrumpirá una tal Arabel Lee dispuesta a sacar de su encierro a este anacoreta laico a través de sus irresistibles encantos.



"¿Resistiría yo a la reina de Saba si se presentara aquí, en mi retiro, para sacarme de él?"

279/39(23/08/20) Sugestiva cinta española dirigida (en su única vez de realizador) por Juan Estelrich March, que escribió el guion junto con Rafael Azcona, y protagonizada por Fernando Fernán Gómez y Martine Audo, con la que Fernán Gómez ganó su primer premio internacional: el Oso de Plata del Festival de Berlín, en 1976. El origen de la película radica en el proyecto que Alfredo Matas le propuso a Rafael Azcona realizar una película con catorce millones de pesetas. «“Para eso hago una peli seria, aunque tenga que rodarla en un cuarto de baño”, dijo Azcona. Dicho y hecho. Azcona comenzó a escribir el guion junto con Juan Estelrich, basado en el libro de Flaubert titulado “La tentación de San Antonio”, pero, como no tenían un gran presupuesto, sustituyeron el desierto por un cuarto de baño y a San Antonio por Fernando Fernán Gómez, que accedió a hacer la película encantado» (Fernán Gómez hacia poco había hecho de otro anacoreta en “Ana y los lobos” de 1973). La figura de la reina de Saba fue encarnada por la bella modelo Martine Audo, que debutó como actriz en esta coproducción hispano-francesa. Con estos mimbres de auto-hándicap el metraje se convierte en una obra de teatro filmada, toda ella se representa en un cuarto de baño, donde un particular anacoreta laico lleva recluido 11 años, hastiado de la presión del mundo exterior, y por allí van pasando todo tipo de personajes, su único ‘trabajo’ es mandar mensajes en cápsulas al retrete a ver si llegan al mar y alguien los recibe y con ello encuentra a su alma gemela (cual app de contactos de hoy día). Hasta que llega su particular Reina de Saba para intentar doblegar su voluntad de anacoreta. Siendo un desarrollo revestido de ácida crítica a nuestra sociedad materialista, al matrimonio, al capitalismo, con mucho humor negro, con cuasi-surrealismo, intentando hacernos pensar y reflexionar sobre nuestro mundo, sobre cómo mantenernos íntegros ante la tentación. A pesar del poco presupuesto con el que contaban para hacer la película, “El anacoreta” logró recaudar una gran suma de dinero, ya que estuvo 25 semanas en cartel, algo insólito para la época.

Pero todo esto queda socavado por varios aspectos, empezando porque no tengo empatía alguna por este Fernando Tobajas protagonista (encarnado con un naturalidad majestuosa por su tocayo Fernando Fernán Gómez), un anacoreta muy particular, en realidad un agorafóbico hedonista que muy frugal él, pero necesita de toda una cohorte de personas para servirle, resultando con esto un egoísta patético. Es un tipo despreciable que requiere de que sus amigos lo visiten porque a él le da la gana en el cuarto de baño. Un anacoreta era una persona que se apartaba del mundo y de los bienes materiales, viviendo en medio de oraciones religiosas. Este Fernando es un caprichoso que sin motivo alguno ha decidido hacer de su familia y su hogar un circo. Si todo hiciéramos lo mismo el mundo hace siglos se hubiera acabado. Este ser no puede ser el Icono de nada positivo, su supuesta rebeldía no es más que cobardía y ganas de ser alguien diferente, pero con la asistencia de los demás se acaba su chiringuito pronto, lo cual solo demuestra megalomanía; Además la irrupción en la historia de Arabel Lee encarnada por la debutante Martine Audó hace que la película caiga en un bochornoso cine de destape post-franquista, donde la actriz no hace más que lucir palmito una y otra vez, en desnudos gratuitos (espectaculares si fuera en la revista play-boy, la mujer tiene un cuerpazo escultural, es guapísima, y tiene unos pechos turgentes prodigiosos, y para que se me cae un hilillo... del labio), pero su presencia desluce el supuesto mensaje, cayendo en lo casposo y rancio, virando el tono a misógino, pues las mujeres o son unas marujonas, o son unas tontitas (la hija) o son meros objetos sexuales, mientras el protagonista es un tío culto que cita a Poe, Dante, Homero, o Flaubert. Además es una actriz entre penosa y malísima, donde tampoco ayuda un doblaje (en general) digno de la bazofia.

Tiene un ritmo atrompicado, en medio de situaciones entre divertidas y grotescas, donde el palo en la rueda es la mencionada Audó, irritante en su almibaramiento, insoportable, teniendo un desarrollo desequilibrado en los buenos momentos. La película en rush final termina por hacerse pesada, haciéndoseme bola en su viraje al dramatismo, terminado de modo desproporcionado.

Siguiendo la idea de Buñuel, buscaron una música accidental para la película, que no surgiese de la nada, sino que estuviese dentro de la acción de la misma. La música no es un añadido artificial, un vecino practica casi constantemente con su instrumento, un violín o un chelo tocando a Bach, aportando toques melancólicos incidentales diegéticos.

El ermitaño. Náufrago. Mensaje en una botella. Simón del desierto. El diario de Fernando Tobajas. Zósima. Arrebato.
A pesar de todas sus muchas citas y referencias, Dante, Boswell, Poe, Homero, Flaubert, el violoncelo de Bach, tocado por Tip y Coll, más bien por el primero, un músico legendario conocido especialmente por el nombre de Luis Sánchez Polack, de la evidente tesis del individuo alienado que huye de un mundo imposible/invivible lleno de gente espantosa, necia y grotesca, la película, aun con todo ello, o justo y además de por eso, quién sabe cuál es el huevo primero, es mala, o floja, y tonta, pasa del humor absurdo al absurdo sin humor, de las mejores intenciones a la estupidez como norma o sin motivo, de la inteligencia a la pura anemia/inercia, de la grandeza al bochorno, no se sostiene, se nos cae a cachos, y ella, doblada por Soler Leal Amparo nada menos, parece salida de una de Pajares y Esteso, del clásicazo Los bingueros, por ejemplo, venga a desnudarse y ponerse la ropa sin venir a cuento, quita y pon infinito, metesaca que estraga, como si viviera en un eterno probador de una mala tienda vieja, solo para que babeemos como monos sabios ante ese cuerpo perfecto, la genética es lo que tiene la muy cabrona, la más clasista de todas, reparte suerte y adiós muy buenas, ahí te las compongas, miseria y gloria.
Está todo muy mal hecho, muy pobre y desvaído/desangelado/deshilachado/desganado, sin fuerza ni tino o brío, cansa, aburre, entontece, adormece, nos jibariza.
Una fábula forzada, repelente, autocomplaciente, perezosa, en la que no encuentran el tono ni saben muy bien con qué cojones quedarse, si la denuncia/crítica, la fantasía, la literatura, las tetas de ella, la mixtura, las témporas, su hermoso culo, como de Berlanga en malo, o de Leon Klimovsky en pedante, un desastre nada dantesco, con poca clase, leve, feo.

Original, inteligente,vivaz, FFG en estado puro. Me encanto y creo que es una película para ver más de una vez.

Película que podría pasar por una obra de teatro, pues en un aseo convertido en apartamento es donde sucede toda la película..Trata sobre un anacoreta laico,( Fernando Fernán Gómez) que se encierra en un aseo por 11 años, y se dedica a enviar mensajes escritos en tubos de aspirina, y arrojar estos por el retrete, llegando uno de estos a una chica exuberante, y visitando ésta al anacoreta en su hogar-baño…Así de simple..A partir de ahí empiezan a producirse situaciones disparatadas, extravagantes, surrealistas, de comedia pero también dramáticas.
Mi intención fue no ver la película, no me atraía, afortunadamente me decidí a verla y no me arrepiento….Interpretación sublime de Fernando Fernán Gómez, de la chica exuberante Mantiné Ando y de todos los secundarios que van apareciendo a lo largo del filme.. No dejes de verla, te sorprenderá…