Misión de audaces

Ojala todas las películas fueran como esta. Se demuestra una vez más que el tandem Ford&Wayne, es de lo mejor que le ha podido pasar al séptimo arte. Imprescindible fílm para al que le guste el buen cine.Tiene todo lo necesario para disfrutar desde que salen los créditos, hasta que acaba. Acompañada de una banda sonora que es un himno a la caballeria estadounidense, a la que tanto le gustaba al grán Ford.

En cierto sentido, una continuación sobre la trilogía de la caballería, que para mí paradojicamente me produce el sentido contrario a "Fort Apache": "Misión de audaces" es una obra menor que a mí me parece mayor y mejor que aquella obra mayor. Tiene este western centrado en la Guerra de Secesión un excelente duelo interpretativo entre Wayne y Holden, tramos muy divertidos, una visión conciliadora y desdramatizada de la Guerra de Secesión, una excelente configuración, una vez más, de la mujer fordiana (aguerrida, luchadora, pilara básico y complementario del hombre, tozuda y pícara) encarnado en Constance Towers. Lo dicho: para mí lo contrario. Qué curioso. Pues nada, vean y comparen. Ya me dirán.

¡Cómo suenan los violines cuando el coronel Marlowe (John Wayne) se pone de relieve a las orillas de río! Hay que saber apreciar cómo se aprovechan todos los elementos que posee la trama de Misión de Audaces para saber del estilo de un director. ¡Cómo se exaltan los valores castrenses con el humor y la caballerosidad! Que no es nada sencillo, hay que estar mucho en el tema para que las escenas no queden en nada.

Y ello se debe a que John Ford ha sabido, inteligentemente, hacer que una frágil dama sudista acompañe a la expedición yanqui con la excusa perfecta. Cada secuencia, cada tramo, cada incidente en Misión de Audaces, es una película, y la película de la llegada a la mansión de la distinguida dama sudista, y el trato irónico con el que los oficiales son recibidos, no tiene desperdicio. Ahí ya va una película entera y no dejas nada al aire. ¿Alita o pechuga? Te envuelve el ofrecimiento en un halo de humor soterrado digno de apreciarse. Se mezcla todo: compromiso, caballerosidad, clase...

Cada tres pasos, John Wayne pega una patada. ¿Es cabreo, es hiperactividad, es ver a una rubia en su regimiento? Lo que sea, pero es un perfecto detalle que aumenta la virilidad de esta inmensa película. No nos preocupemos nada más que de los dos mundos que están destinados a chocar viniendo desde puntos tan lejanos. John Wayne estuvo en todas las batallas, no cabe duda, y la mujer sudista lo está ahora, tan valerosa como el que más; y los actos de valor, que conste, Ford los reparte por todos los lados. Dirección, guion, actores... Profesionalidad por los cuatro costados.

Y sonarán violines pero cuando al coronel le pegan un tiro. Al rato sale por la puerta del botiquín y los soldados que lo ven se quedan anonadados:

-¡Mil rayos encendidos, ya está de pie!

Si bien la película ha sido menospreciada por algunos críticos quiero pensar que más por afanes de demeritar a Ford, merece sin embargo tomarle en cuenta que con los diversos personajes se muestra una amplia gama de valores humanos que deben identificarse y clasificarse: religiosos, morales, sociales, estéticos, científicos y materiales, que se desarrollan sucesivamente a lo largo de la trama. Yo la uso específicamente en la clase de administración médica. La pugna de poder existente entre el médico imbuido de conocimiento y humanismo, sujeto a dos juramentos (Hipócrates y Ejército) contra su superior, un coronel obsesionado en cumplir su misión encomendada en aras de las pérdidas que debe enfrentar y la disciplina que se obliga a imponer. A ello se suma la lealtad de conciencia del enemigo ratificada una y otra vez tanto en el plano militar como en el civil. Profundamente humana vale la pena verla y analizar todas las situaciones que se presentan. Saludos desde México.

Guerra de Secesión. Una brigada nordista se adentra en territorio confederado para llevar a cabo una misión de alto riesgo. El coronel al mando (John Wayne) y el médico del regimiento (William Holden), de caracteres contrapuestos, hacen prisionera a una dama sudista.

Vuelta al tema de la caballería estadounidense por parte de John Ford, con un título que ha ido ganando prestigio con el paso de los años. Destaca su sólido guión de cariz antibelicista.



- "Adiós, matasanos."
- "Cuídese, ferroviario."