La culpa - Películas para no dormir (TV)

Narciso Ibáñez Serrador recurre a varios temas ya explotados en su brevísima filmografía (por ejemplo el uso de infantes en papeles destacados o un nada disimulado toque lésbico en la trama) para contarnos una intriga (que no película de terror) sobre dos mujeres de caracteres muy diferentes que comparten casa. Ana (Nieve de Medina) es la propietaria de la mencionada casa, en la misma tiene su consulta ginecológica, en la que practica abortos. En busca de estabilidad (y ahorro económico) se mudan junto a ella Gloria (Montse Mostaza) y su hija Vicky (Alejandra Lorenzo). Gloria trabaja como enfermera, pero en su tiempo libre ayuda a Ana en su clínica. Pero cuando se queda embarazada se ve en la terrible tesitura de seguir adelante (y malvivir debido a sus limitados recursos) o abortar. Su decisión desencadenará una serie de extraños acontecimientos en el hogar familiar.

La culpa cuenta con una más que correcta factura técnica (a excepción de su anticlimática banda sonora), incluida una ambientación (se supone que la historia transcurre durante los años sesenta) francamente digna. Igualmente correcto es el trabajo de las actrices principales, a pesar de que el mismo se vaya difuminando conforme avanza la historia. Sin embargo, ello es culpa de un guión que cae en el más absoluto de los esperpentos. Es cierto que la película cuenta con alguna escena notable (¡esa caja de latón que tan celosamente guarda la niña!), pero son las menos y no logran evitar que el resultado final sea tan insatisfactorio como incongruente.

Dentro de la saga de "Películas para no dormir" esta viene firmada por su creador, Narciso Ibáñez Serrador, quien ya hiciera su incursión con bastante éxito en el cine de terror con "La residencia" o "Quién puede matar a un niño".
En esta ocasión nos narra la historia de una doctora que, en los años 60, practica el aborto clandestinamente a sus pacientes. Todo marcha bien, hasta que su compañera y ayudante queda embarazada y ella lo interrumpe, a partir de ahí comienzan a sucederse hechos insólitos e inexplicables en la clínica.
La historia, interesante en general se nutre de unas buenas interpretaciones que generan un triángulo curioso, las dos mujeres, con una viciada relación entre ellas y la hija de la ayudante, lo más siniestro de la película.
Pese a todo, el telefilm no alcanza sus pretensiones, no acaba de inquietar del todo ni mantiene la credibilidad con la que arranca.
Resulta ameno y tiene algún momento brillante, pero en su conjunto decepciona un poco y deja sabor "a poco".
Enoch

Primera de las nuevas “Películas para no dormir”, en la que lograron implicar directamente al mismo Narciso Ibáñez Serrador, quizás en un intento de revivir un viejo éxito que una generación entera tiene mitificado con la nostalgia.
Está bien dirigida, con una puesta en escena de tiempos pasados, y cuyo contexto social y temporal tiene su importancia en la trama.
Las actrices protagonistas están bien, sobre todo la niña.
En mi opinión no llega a dar ningún miedo, aunque tenga algún momentillo de eso. Pero el viejo genio es más de sugerir que de mostrar, habiéndole quedado una digna historia de intriga y de la que no se espera el final, o al menos no del todo.
No es tan buena como sus antiguas películas, pero tampoco es un mal trabajo de despedida.

Una cinta aceptable a grandes rasgos, que se mueve en todo momento como un ambiguo ejercicio de terror psicológico combinado con una aparente base fantasiosa.

No es un filme que exhiba explicitud desde el terror, sino que su propuesta pasa más por la sugerencia de un horror que surge de los estados de conciencia propios de quien ha cometido hechos de los cuales pueda arrepentirse de por vida.

Es una cinta que busca de fondo, y quizás de manera indirecta, una reflexión crítica sobre el tema del aborto y el derecho a la vida.
No se eluden tampoco la siempre vigente lucha de posiciones ideológicas al respecto, donde el conservadurismo católico se contrapone con el liberalismo moderno que propone posiciones más abiertas frente al tema tan polémico del aborto.

Y es allí donde la cinta se mueve discretamente, gracias a la cintura y la capacidad del director para mostrar un drama reflexivo con algunas cuotas de horror psicológico que devienen del estado intranquilo de la conciencia.

La historia es sencilla pero atractiva de principio a fin, sigue a una joven enfermera que se muda junto a su pequeña hija a la casa de una ginecóloga con extraños comportamientos.
Así poco a poco se irán conociendo más en la convivencia y se dará lugar a que oscuras acciones pongan en desequilibrio la armonía imperante.

No hay grandes interpretaciones, pero sí son efectistas y al uso las de las dos protagonistas principales (Nieve de Medina y Montse Mostaza) quienes realizan una labor digna sin destacarse.
Siempre es entrañable -y en este caso no es la excepción- la presencia de una niña en la pantalla, debut en la pantalla grande para Alejandra Lorenzo quien cautiva con su ternura y sus ojos celestes, aunque tampoco es una composición histriónica deslumbrante.

Es un filme muy bien presentado desde la estética, ya que posee una atractiva fotografía y una correcta recreación de época (la España de los años 1960). También colabora la inquietante banda sonora instrumental que acompaña en forma ambiental los ratos de zozobra que aparecen en el relato.

En fin, una digna cinta que apenas dura un poco más de una hora. Potable de acuerdo a sus pretensiones de generar un reflexivo trabajo crítico sobre el aborto mediante un género siempre sugerente como es el terror, el psicológico más precisamente.

Que espanto de película! Y no es porque dé miedo sino por que de verdad deja un sabor amargo en la boca ya que no parece una película de terror sino un drama con exceso de misterio.

Actuación: Mejorable
Guión e Historia: Pésimo
Dirección: Mejorable
Fotografía: No está mal!