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El tren de las 3:10

Western. Acción Arizona. Con la esperanza de conseguir una recompensa que le permita evitar la ruina de su rancho, Dan Evans (Christian Bale) decide colaborar en el traslado del peligroso forajido Ben Wade (Russell Crowe) hasta un pueblo, donde deberán coger el tren de las 3:10 para llegar a la prisión de Yuma. Remake del film de 1957 de Delmer Daves. (FILMAFFINITY)
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Críticas 206
Críticas ordenadas por utilidad
19 de octubre de 2008
20 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es cierto que no se hagan westerns, desde “Sin perdón” han sido decenas y decenas de ellos los que se han hecho a lo largo de estos años, cualquiera puede comprobarlo en imdb por ejemplo.

Otra cosa es que sean buenos, y ahí la cosa cambia de veras. Vamos que desde el año 1991 –ya ha llovido- sólo salvaría realmente a “Cold Mountain” –que en realidad sólo es un semiwestern-, la estupenda “Open Range” de Kevin Costner y este último remake de “El tren de las 3:10”. No es mucho bagaje para todo lo producido, cuando antes en los años cincuenta la calidad de buenas películas de vaqueros era el doble sólo en un año.

Pero es lo que hay, tampoco tenemos artistas del nivel de Miguel Ángel o Velázquez y se sigue pintando. Resignación queda.

Puede que la solución la haya dado “El tren de las 3:10”, hacer una versión de películas clásicas no es tan horrible. La gente joven no le gusta ni tiene interés para ver películas de antes. Bueno, se la podemos ofrecer en otro formato, con otro estilo más atractivo y con actores guapetones para que aquellas legiones de mujeres que siempre odiaron el western paguen una entrada para ir a verlo. Y de esas ha habido muchas con esta película.

El resultado al margen de algunas puntualizaciones menores es excelente. Porque esta versión no tiene nada que envidiar a la antigua –la supera en muchos momentos- y hay que agradecérselo sobre todo a su director James Mangold, que nos ofrece un ejercicio de modestia.

Sabe que el protagonista no es él. Son los actores, la trama y el western en definitiva. Sólo hay que rodar de la forma más sencilla posible y dejarse de egos. Y lo logra. Desde luego que mucho ha mejorado, sobre todo recordando la no tan lejana y estúpida “Identidad” donde quería ser tan guay.

Mucho mejor Russell Crowe que Christian Bale, no porque el segundo lo haga mal, pero es que el primero se sale. Por cierto ninguno de los dos son norteamericanos, uno neozelandés y otro inglés. ¿Casualidad? No creo, los americanos andan tan escasos de buenos actores hoy en día que están para pocos trotes. Menos mal que Ben Foster en uno de los papeles secundarios más fascinantes de hace años andaba por ahí. Para él un sobresaliente.

Si todavía la encuentra en alguna sala de cine vaya a verla. Allí podrá disfrutar de esos paisajes que nos congracian con la esencia del séptimo arte, además de disfrutar de un sonido increíble.

Enhorabuena a las pequeñas productoras que se atreven con este tipo de películas, cuanto tendrían que aprender las “major” de todo esto y olvidarse de tanto superhéroe de pacotilla enfundado en esquijama.

Por último imperdonable que se estrenase en nuestro país con tanto retraso, un poco más y hay que irse a Rusia a verla. Hace más de un año ya se podía ver allí en cines. Para que luego digan que hay una nueva guerra fría.

Nota: 7,8.
vircenguetorix
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17 de septiembre de 2008
24 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que sólo merece la pena comentarlas para denigrarlas, para hacer de abogado del diablo y arrojar piedras sobre ellas hasta su lapidación más absoluta ante la desdicha general de aduladores y plañideros. El tren de las 3:10 es una de ellas. Supongo que será porque es un western; supongo que será porque actúa el venerado y venerable señor murciélago, supongo que será porque sale una locomotora de vapor que este film haya sido tan inusitadamente alabado y erróneamente engrandecido. No perdamos la perspectiva; no toda crítica puede ser tan reduccionista de centrarse en los revólveres y en las patas de palo; esta película es cochambrosa, tiene uno de los peores guiones escritos en mucho tiempo, lleno de incoherencias, plagado de clichés y, por descontado, absolutamente increible (usado el término de la manera más literal posible). Se encuentra a millas de Sin perdón, incluso de Bailando con lobos; ciertamente está a millas de cualquier cosa que no sea un sketch de mister Bean. Otro globo inflado por los medios, por los críticos y, por supuesto, por Cinemanía, Fotogramas y demás papeles del ramo que, bochornosamente, son incapaces de tener un mínimo de dignidad y entregadas a su simbiosis eterna con las productoras, distribuidoras y salas de proyección se muestran incapaces de puntuar con menos de 3 estrellas a cualquier cosa que tenga un travelling o un chiste sobre marcianos.
McKnight
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5 de marzo de 2009
20 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decepcionante Western en el que, como ya es habitual en la filmografía de un tiempo a esta parte (véase a los Coen), tiene un arranque trepidante pero que a mitad de película a los guionistas se les cae el lápiz y se van a casa.
Las situaciones y giros del guión son tan inverosímiles que pierde motivación e interés alguno. Nada es creíble y se suceden las situaciones más absurdas e impensables.
En particular el hijo repelente de Bale me carga y sobra.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
LONEGAN
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9 de septiembre de 2008
39 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Un forajido con panza? El más malvado al sur del río Tucson, ¿barrigón? Sólo los pistoleros mexicanos pueden tener tripa, por favor, esto qué es...
Ben Foster, sin embargo, está de pila master en la peli, porque lleva una zamarra muy molona y no se vuelve santurrón en veinte minutos como el pancetas.

Por favor, dejen las explosiones y las acrobacias para Nicolas Cage y Bruce Willis en películas de yates y helicópteros. Dejadnos un hueco a la gente sin acné cerebral que no sea en los dramas intimistas y aburridos.

Pero lo peor es que se ha perdido el color anaranjado de los westerns. Ahora son de color marrón foto vieja, o gris metalizado, como éste. Y la música ya no tiene esos tiroriroriii orquestales grandiosos. Por no hablar del abuso de primeros planos, que deberían guardarse para momentos clave. Ya da hasta lástima acusar la falta de épica. No te trasladas al siglo XIX. Tampoco lo conseguían los spaguetti western, siendo sinceros.

Así que si quería el señor Mangold mantener el espíritu del far West, la ha pifiado enormemente.
Si lo que quería era hacer, sencillamente, una buena película, no lo ha conseguido .
Y si su intención era filmar el primer blockbuster westerniano, le ha salido el tiro por la culata; como prueba, mi acompañante, que me ha preguntado a qué hora acababa esto, le he respondido ingeniosamente que a las 3:10, y con cara de pánico, ha exclamado: ¿de la madrugada?

Pues eso, se agradece que haya un western en cartelera, aunque sea cada 15 años, pero estamos muy lejos aún de volver a ver una gran película de indios y vaqueros.
Sines Crúpulos
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28 de agosto de 2008
16 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última revisitación por parte de la industria al western es un remake de El tren de las 3:10, realizada en 1957 por el correctísimo Delmer Daves y que aquí corre a cargo de un eficiente James Mangold (Identidad, Copland) el cual acierta de pleno al elaborar una película que se adapta sin problemas a los esquemas más básicos y tradicionales del género y a la que viste de un estilo visual sobrio, conciso, que no chirría en ningún momento y que consigue, sin aparente dificultad, coronarse como un producto hábil y de fácil entretenimiento.

La principal virtud reside en su pareja protagonista, un correcto Christian Bale, en la piel de un pobre ranchero con serios apuros económicos, dotado de un gran sentido de la ética, y que deberá de custodiar a un peligroso criminal encarnado, soberbiamente por un Russell Crowe que acaba por erigirse como el auténtico héroe de la función, un villano que representa por si solo el estereotipo de pistolero por antonomasia, una verdadera performance al que el actor australiano insufla carisma hasta reventar.

Tren a Yuma es un correcto western, que aunque convencional, no deja de resultar atractivo y que se halla sin duda alguna en las antípodas de otras muestras recientes como El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford filme mucho más ambicioso en cuanto a propósitos y resultados se refiere pero que alimentan de maneras distintas a ese espíritu de un género madre hoy bastante olvidado.

Una lograda y sencilla cinta donde hay malos muy malos, buenos buenísimos, malos no tan malos y buenos no tan buenos.

LO MEJOR : La precisa partitura de Marco Beltrami, que funciona de manera sensacional durante todo el metraje, algo sorprendente tratándose de un compositor no precisamente habituado a darme alegrías y como no, Russell Crowe como el carismático Ben Wade.

LO PEOR: El tardío estreno en las carteleras españolas de una película estrenada hace ya más de un año en los cines americanos, y que haya hecho que muchos hayamos que tenido que recurrir, sin remedio, a la red para poder disfrutarla, una pena, a todas incomprensible, teniendo en cuenta a sus dos estrellas principales.
deivi
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