Drugstore Cowboy

Nueva cuenta pendiente que ajusto con el mundo. La empecé a ver hace unos años, me quedé dormido y la cuenta quedó en el limbo.

Pues bien, finalmente la paladeé. Y la gocé. No excesivamente, todo hay que decir.

Me consta que hay muchos fans por aquí, como el mariquita de Molti, Motta o Flan Dulli. Entiendo que en su época, hace veinte años, sorprendiera y pudiera causar arraigo, pero vista hoy no me ha parecido especialmente impactante.

Destaco la impresionante actuación de Rusty James, que en los últimos 80's, y con mi permiso, parecía un auténtico hijo bastardo de Marlon Brando. Y el tono de la película, sencillo y liviano, quizá demasiado.

Prefiero Trainspotting, sinceramente. Aunque otra revisión de esta última la podría herir de muerte, intuyo.

Mucho antes de la famosa Trainspotting, otro director novel abordó el tema de la drogadicción en un grupo de amigos que tienen que ingeniárselas como pueden para sobrevivir con su chute diario.
Bien es cierto que la ópera prima de Boyle bebe mucho de esta película, donde sus protagonistas dedican su existencia a robar farmacias y hospitales para conseguir drogas de mayor calidad que las que te proporciona el camello de la esquina. Sin embargo la película de Van Sant posee un enfoque mucho más realista y existencial, con momentos verdaderamente lúcidos y auto reflexivos, con unos personajes completamente ajenos al mundo que les rodea, cuya única motivación es conseguir el placer del chute y escapar de la ley. Las relaciones entre los amigos son increíblemente frías entre ellos, propias de personas completamente alienadas, y tan solo con la redención del protagonista, un convincente Matt Dillon, al final del film se vislumbra cierta humanidad en su comportamiento.
Quien espere ver una obra transgresora, quizá se decepcione un poco ya que esta pretende ser en cierto modo aleccionadora y comprensiva con la enfermedad de la adicción sin recurrir al sensacionalismo barato y a las imágenes escabrosas, destacando la interesante aparición al final de un viejo ex reverendo yonki, que nos cuenta sus experiencias con la adicción.
A su vez quien tenga miedo de aventurarse ante otra pedantería Gus Van Sant al estilo de Last Days que no tenga miedo, ya que la película se deja ver de un modo muy cómodo.
Destacar también la banda sonora de los 70 con su Israelites de Desmond Dekker en los títulos finales como colofón.

Narrada en modo flashback, "Drugstore cowboy" se inmiscuye en la adicción y la necesidad del ser humano por asirse a un atisbo de esperanza dentro de un mundo de miseria. El camino más fácil es evadirse de la realidad y que mejor manera para ello que las drogas, pero he aquí en problema, de repente uno se encuentra coqueteando con sustancias ilegales (con el consiguiente riesgo y esfuerzo que ello supone) y además adictivas y peligrosas, que poco a poco sumen al toxicómano en la más profunda de las dependencias, privándolo de iniciativa e incluso de personalidad. Temática a parte, esta especie de "road movie" también resulta interesante por las buenas interpretaciones de actores noveles por aquel entonces (llevándose la palma un joven Matt Dillon) y por el planteamiento en tono independiente de un Gus Van Sant que por aquel entonces estaba entrando en el mercado americano.

Es extraordinaria la interpretación que Matt Dillon consigue del atormentado Bob, con ser una película excelente creo que su magnífico trabajo es lo que más destaca, y eso que está muy bien acompañado por el resto del reparto. Qué bien le vienen estos personajes a Dillon, ni un traje hecho a medida, se recrea y se luce en ellos con enorme soltura. Ya desde muy joven con “La ley de la calle” o “Rebeldes” y más tarde con esta de Van Sat o con “Beautiful Girls”, esos perdedores innatos, sumergidos en un mundo turbio, del que parecen pugnar por salir, aunque demasiado a menudo sin ninguna posibilidad de conseguirlo. Lástima que su carrera se perdiera en un montón de cintas mediocres porque estamos ante un actor de muchísimo talento.
Aquí Van Sat nos da una brillantísima lección, nos muestra con crudeza ese sórdido mundo de la droga y la delincuencia, posee unos cuantos momentos magistrales, es dura, veraz, pero también plantea una salida a la esperanza, una salida hacia la redención, si uno es firme, si está convencido casi nada es imposible. Cuando acabas de verla experimentas esa agradable sensación de satisfacción que no es nada fácil de conseguir, esa sensación que te proporciona el haber visionado una excelente película.

¿Película de culto? Más bien parece una película hecha en una semana por alumnos mediocres de una escuela de cine.
Todo es simple y simplista, sobre todo los "pensamientos" que nos encajan la voz en off cada cuarto de hora.
Las cosas pasan sin fondo, sin profundidad, como ocurrencias del momento.
Y el papelito de Burroughs es ridículo.
Me ha dado hasta vergüenza verla, pero como hablaban tanto de ella, caí. El 5 es por ser tan antigua y eso...