Haz click aquí para copiar la URL

The Artist

Comedia. Drama. Romance Hollywood, 1927. George Valentin es una gran estrella del cine mudo a quien la vida le sonríe. Pero con la llegada del cine sonoro, su carrera corre peligro de quedar sepultada en el olvido. Por su parte, la joven actriz Peppy Miller, que empezó como extra al lado de Valentin, se convierte en una estrella del cine sonoro. (FILMAFFINITY)
<< 1 2 3 4 10 98 >>
Críticas 486
Críticas ordenadas por utilidad
22 de diciembre de 2011
42 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cuándo fue la última vez que fuiste al cine y saliste con una sonrisa? Pero cuando digo sonrisa no me refiero a que me estuviera partiendo el culo, ni siquiera a que sea graciosa. Esa sonrisa de la que hablo es la que se me quedaba cuando era pequeño y veía las películas con otros ojos... cuando no sabía quién era el actor principal, ni me importaban las nominaciones a este o aquel premio, ni nada de eso. Cuando simplemente me quedaba con la boca abierta, y me emocionaba y vivía completamente esa historia.

Pues eso es The Artist, una sonrisa. O más bien, una oportunidad de sonreír como antes. Es lo más cerca que recuerdo haber estado desde que soy adulto de revivir la experiencia de ver una película de Disney. Es eso, una ocasión de volver al pasado y recordar que en algún lugar de tí sigue habiendo un niño.

Para colmo, tuve la suerte de ir con una niña chica que también está encerrada en un cuerpo (cuerpazo) de adulto... y hemos decidido que se acabaron el break dance, la salsa o el house. A partir de mañana, somos pareja de claqué.

Si esa no es la pruba definitiva de la capacidad de The Artist para conmover...
Herr Jasper
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
2 de abril de 2012
48 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
En fin, no tengo ni dea si esta película será recordada dentro de un tiempo como algo extraordinario. Claro que tampoco me importa. No sé qué diantres tiene que ver el paso del tiempo o la historia con los gustos de cada cual. A mí de pequeño no me gustaban las anchoas, y siguen sin gustarme.

Esto de hacer un homenaje me interesa tanto como el bricolaje: nada. Toda la película es como esas presentaciones de algo o alguien en la gala de los Oscar (ahora no sé, porque no veo una desde hace lustros): musiquita, un montón de imágentes y poses, y nada más. Un soberano tostón, como todas las galas. Claro que si los que votan se pirran por ir a ese somnífero evento encuentro muy natural que también voten a esto.

Aparte del recopilatorio musical de escenas y carantoñas poco más. El Deljardín jugando con su circense chucho en su apellido, mucho homenaje a lo mudo que extrañamente le deja a uno sordo, y poco más. Lo más salvable es la actriz por su cara de tragasables que hace tiempo que no veía cosa igual.

Esto de hacerle la pelota a los americanos a veces tiene réditos, hay que reconocerlo. Pero por lo visto hay que ser francés para que el populacho te haga un ídem.

Al menos nuestro Aznarín se parecía a Charlot, e hizo un sentido homenaje al Fausto de Murnau con sus pactos. Eso es jugársela. Su primo franchute sólo es un sobón que en mi caso tuvo un éxito inesperado: efectivamente, me sobé.
Gilbert
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
27 de marzo de 2012
33 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero que me pregunto cuando empieza esta película, es por qué se tiene que hacer una película muda en 2011. Espero averiguarlo a lo largo de la proyección. Me fijo ese objetivo elemental y, con severidad, me obligo ya de antemano a suspenderla si no termino por hallar una respuesta satisfactoria. No vengo con prejuicios, no me molesta que exista una película muda en 2011. Tengo expectativas. Siempre he pensado que las mejores películas de toda la historia, en términos visuales, se hicieron el año antes de que se impusiera el sonido en el cine: seguramente nunca se ha llegado a explorar tanto la fuerza expresiva de la imagen como ese último año. Luego ya entraron otros elementos y ya no fue necesario sacarle tanto jugo. Me gusta la imagen pura, me gustan los cortometrajes silenciosos que se emplean a fondo con los encuadres y los movimientos de cámara, que exprimen unos ojos húmedos, o una larga sonrisa, o un plano contraplano en el que subyace un discurso. La mayoría son una mierda, pero aprecio el esfuerzo, y se tropieza uno con imágenes evocadoras y con caracter.

¿Qué pretende The Artist? ¿A qué viene este extraño experimento? Se apagan las luces.

Un bonito y folklórico paseo por tiempos pasados, no solo un paseo histórico, sino un recorrido desvergonzado por el mundo del cine, montado en el vehículo maravilloso del plagio (¿acaso homenaje?). Al principio no parece otra cosa que una imitación desconcertante, rayana en la parodia. Se encadenan números que tienen un poco de payasil, de gag circense, cuando el payaso nos hace reír o llorar entre el número del trapecio y el del domador de leones.

Con ese poco de ingenio mímico, avanza el plagio (¿acaso homenaje?), derivando de "Cantando bajo la lluvia", a "Ha nacido una estrella", entre otras, para revelarse definitivamente como una simple fábula de animales mudos cuya esencia está directamente a la vista, bajo los focos del escenario o del rodaje. Si se tacha a "Pretty woman" de cuento, no puede irse mucho más allá con "The artist". El argumento y el tema son tan complejos como el cuento de los tres cerditos, y de hecho, a groso modo tratan asuntos cercanos: más te vale ponerte al día, afrontar con decisión los cambios que se presentan en la vida, o puede ocurrir que se te lleve el viento (o los soplidos del lobo feroz), del mismo modo que quedó barrido el viejo sur en la mítica película de David O. Selznick.

En realidad ahí me llevo una decepción: si algo diferencia esta película de los clásicos mudos, es que estos eran verdaderos dramas/comedias/tragedias... "The artist" renuncia por completo a cualquier complejidad en ese aspecto. Quizás lo más agudo de todo el asunto resida en la ironía de hacer una película muda para tratar ese tema.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Uma
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
18 de diciembre de 2011
37 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Retroceder en el tiempo ya es una realidad. Desde este humilde espacio de opinión puedo dar fe de que el revuelo generado en torno a la aclamada y brillante “The artist” no es para nada exagerado. Su principal virtud: saber transformar una película en experiencia, transportándote atrás en el tiempo hasta el fascinante Hollywood de las décadas 20 y 30 con una cinta muda que desprende todo ese mágico aroma del cine de aquellos años. El realizador francés Michel Hazanavicius (“La classe américaine“, 1993) traspasa la barrera del esmero cinematográfico para convertir esta película en arte, recordándonos a todos los que amamos el cine la razón de nuestra rendición ante el mismo. La cinta parece arrancada de las garras de la época en la que se inspira la trama y traída ante nuestros ojos para decirnos que el tiempo nunca ha pasado. Sólo lo han hecho las hojas de los calendarios: su esencia sigue reinando la atmósfera con la misma fuerza que en los inicios del cine. Y para conseguir todo esto, una historia, interpretaciones y técnica absoluta y llanamente prodigiosas.

Esta preciosa fábula, este viaje hacia atrás en el tiempo, nos habla de un exitoso actor de cine mudo llamado George Valentin (Jean Dujardin) que siempre va iluminando y alegrando los pasillos que atraviesa con su radiante sonrisa y encantador espíritu. La llegada del cine sonoro coincide casi paralelamente con la aparición de una guapa aspirante a actriz, Peppy Miller (Bérénice Bejo), que puede considerarse la antítesis de lo representado por Valentin. Él ve peligrar su carrera mientras ella vislumbra el horizonte del éxito, aunque en cualquier caso ambas son excelentes personas y asistir a este espectáculo de bondad humana casi te estruja el corazón hasta emocionarte; por ellos y por otros personajes y situaciones que envuelven la cinta con un cariño y una ternura que sitúa a la película ¡entre las mejores del género mudo!. Quién lo diría, en pleno año 2011 retrocedemos noventa años hacia atrás para ser testigos de una nueva obra que se sitúe a la altura de muchas de las mejores cintas filmadas en aquellos maravillosos años.

Es por esto que el mérito de Hazanavicius es digno del mayor de los elogios. Hay muchas películas que intentan recrear aquellos años y aquel espíritu, limitando su técnica a dibujar sus escenas dentro de una simple escala de grises y un vestuario adecuado, pero aquí no se han querido conformar con eso. No querían que la película pareciese de entonces sino que fuese de aquellas décadas.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sandro Fiorito
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
15 de enero de 2012
35 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Iba escéptico. No sabía muy bien qué era lo que iba a encontrar, si una simple sucesión de homenajes, un intento de imitar los estilos de los mejores directores de cine mudo, una ñoñería nostálgica, o qué sé yo. Lo que me ha quedado claro tras verla es que el pulso de Hazanavicius, como guionista, director y editor, está guiado por un corazón profundamente enamorado del cine. Pero su obsesión por hacer una película muda no se ha visto desbordada, todo lo contrario, ha creado un conglomerado fluido, ágil y coherente que compacta referencias muy variadas. Precisamente la gracia está en adivinar a qué película se parece la escena, o a cuál pertenece la música que suena o qué rasgos de qué actores están presentes en los personajes.
Dice Pablo Kurt que llevando a los niños a ver The Artist, se enamorarán del cine. Yo creo que no, creo que primero deberían enamorarse del cine y después ver The Artist. Para eso está pensada, para recordar, analizar sus recursos formales, encontrar los paralelismos con los grandes clásicos y las biografías de sus actores, así como para disfrutar de la originalidad con que se ha planteado en un momento en el que el cine ha cambiado tan radicalmente (desgraciadamente para algunos como yo) que lo novedoso es volver a los inicios.
En este sentido, sólo un apunte: fui a verla con un amigo y, tras ver una de las escenas, le repetí insistentemente que la música que la acompañaba aparecía en una película de Hitchcock (sugerí Vértigo). Él me dijo que no podía ser, que la banda sonora de The Artist era completamente original. Me calentó y llegué a hacer una apuesta: me dejaría sodomizar por un elefante si me equivocaba. Llegamos a casa y lo primero que hicimos fue buscar la información. Mi ano sigue tan estrecho como antes. No sé si esto se puede llamar amor al cine o deseo zoófilo latente, pero ilustra hasta qué punto le puede afectar a un cinéfilo esta película.
Se presta a multitud de revisiones. No creo que tarde mucho en volver a verla y en descubrir guiños que me pasaron inadvertidos.

En cualquier caso, el gran público encontrará un melodrama de altura, uno de esos amores que se tratan de disimular sin éxito, que encuentran multitud de obstáculos pero que perduran a lo largo del tiempo. Los espectadores a él pertenecientes no se sentirán fuera de lugar, a pesar de todo, pues la cinta habla a través del montaje, la mímica y el sonido (¡sí, es muda, pero sonora!).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
jastarloa
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 10 98 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow