Jane Eyre (Miniserie de TV)

Como siempre, la BBC entrega una pieza exquisita de televisión con esta nueva adaptación de Jane Eyre, la inmortal obra maestra de Charlotte Brönte.
Esta Jane Eyre tiene todo lo que engancha de la novela y además lo sirve en forma de plato de exquisito gusto, con unos vestuarios, decorados, música, fotografía, diálogos y actores excelentes.
El problema es que cinco años después Cary Fukunaga demostró, de la mano de Mia Wasikowska y Michael Fassbender (los Jane y Rochester perfectos para quien esto escribe, por edad, físico y talento), que se puede adaptar la novela en dos horas perfectamente, incluyendo todo lo importante y eliminando las escenas más superfluas, y encima con una narración in medias res, mucho más original.
En definitiva, una adaptación estupenda y un goce para los sentidos pero no es lo mejor que se ha hecho.

Lo mejor: La cuidadísima producción. Una absoluta maravilla.
Lo peor: Que después ha habido una adaptación aún mejor.

Va por delante que no he leído la novela de Charlotte Bronte con lo que no puedo opinar sobre la fidelidad o no de la película con el texto original. Mi opinión es que el resultado de esta versión televisiva es correcto pero peca de falta de intensidad quizás por culpa de la propia novela.

Los 202 minutos te se hacen, por momentos, bastante largos (aunque se hubiese dividido en dos partes), tal vez por que la historia realmente debiera resolverse mucho antes. Por ejemplo, casi toda la segunda parte sobra, es más, sobra casi todo lo que no está relacionado con Jane y Rochester, pero supongo que se ha rodado lo que aparece en el libro.

Ciertamente la historia tiene bastante interés, los actores están muy bien (ella resulta hasta atractiva) y el retrato de la atracción amorosa es conmovedor. Pero igualmente no dejo de percibir cierta contención, cierta frialdad, que puede llegar a desesperarte. Hay multitud de ocasiones en las que uno espera que Rochester la aborde, la bese, la abrace, le confiese su amor, y en cambio se dedican a dialogar educadamente, a presentar una pose distante y fria, a mantener las formas con suma corrección. Ese apasionamiento romántico se hecha en falta, sustituido por un amor más espiritual, más puro, el cual no debiera sustituir al primero sino complementarse.

Igualmente pienso que la trama resulta demasiado novelera y el desenlace final (me refiero al "problema" de Rochester) no es muy convincente, al menos, tal y como se ha filmado. Y la historia de Jane, en la última parte, desvaría, es en exceso edulcorada.

Por último, no puedo dejar de apuntar, ¡que moda más fea! Los vestidos de ellas, los peinados, los zapatos son desastrosos. Jane va un poco mejor pero qué diferencia cuando se ve la foto del final, con el pelo suelto, ¡mucho mejor!

Me pareció demasiado telefilm, aunque rodada con grandes medios. Resulta lenta y larga, aunque tendrían que justificar el (supongo) gran presupuesto.
Para incondicionales de las novelas románticas que tenga bastante tiempo libre como para estar cuatro horas viendo la adaptación de la famosa novela.

Intentaré definir lo que fue para mi ver esta obra escenificada:

El libro de Charlotte Brönte es una pasada, es capaz de absorberte en apenas cinco páginas y mantenerte en este estado de embriaguez hasta el final del libro. Trata cada uno de sus capítulos con la mayor delicadeza posible y, en cambio, la película, no lo hace.