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Alcarràs

Drama La familia Solé lleva varias generaciones cultivando una gran extensión de melocotoneros en Alcarràs, una pequeña localidad rural de Cataluña. Pero este verano puede que sea su última cosecha: la fruta ya no renta y los paneles solares están sustituyendo a los árboles.
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Críticas 131
Críticas ordenadas por utilidad
27 de junio de 2022
3 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras su emocionante y extraordinaria ópera prima, Verano1993, estábamos muy expectantes con la nueva película de la directora catalana Carla Simón. La expectativa se acrecentó aún más, si cabe, cuando el pasado febrero la cinta se alzó con el máximo galardón del Festival de Berlín, el Oso de Oro.

Una familia de agricultores leridanos, dedicada durante décadas al cultivo del melocotón, ve peligrar su forma de vida cuando el propietario de las tierras les reclama que se las devuelvan.

Simón rescata la memoria de su adolescencia para representarnos la vida rural de los miembros de una familia en una pequeña localidad de Lérida. La cámara retrata a la perfección la vida familiar del último verano de cosecha: desde el padre, quien, a pesar de las circunstancias, hace todo lo que está en su mano por cosechar lo máximo posible, pasando por la preocupada presencia del abuelo o la mujer, encargada de mantener el equilibrio familiar, hasta llegar a los tres hijos, el mayor haciendo lo imposible por agradar a su padre en el campo, la pequeña, que, como niña que es, solo piensa en jugar, y la mediana, testigo de todo.

Para crear la autenticidad que desprenden los personajes la directora recurrió a actores no profesionales, una apuesta arriesgada que ganó a la vista del resultado obtenido, captando las emociones de cada uno de ellos en todo momento.

Una bonita película, cargada de miradas, que nos muestra las alegrías y sinsabores de una familia de agricultores cualquiera, desprotegida ante el progreso y la globalización salvaje. Una interesante propuesta que sigue el halo dejado por ese luminoso Verano 1993.

www.sudandocine.com
Cangurito78
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8 de agosto de 2022
3 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alcarràs es un discurso visual sobre la familia, la vida rural, la rutina y el cambio. Un retrato a la vida desde los ojos de una familia de la cual nos podemos sentir fácilmente identificados.

Todos sus detalles hablan de nosotros, de ahí el realismo y el naturalismo por los que se caracteriza la obra, pero también la delicadeza con la que Simón logra captar momentos a través de imágenes que hablan por sí solas. Esos primeros planos de miradas perdidas que lo dicen todo. Ese silencio del abuelo y sus miradas serias y tristes a sus nietos reflejan tan bien su desconcierto... Esa representación simple pero a la vez bella de los momentos de felicidad y tristeza, como la vida misma, acompañado de una fotografía exquisita y de una nana reveladora. Carla Simón deja la cámara grabando y nos vemos a nosotros mismos. Vemos al abuelo y vemos al nuestro, vemos al padre y también vemos al nuestro, vemos los problemas familiares y recordamos los que nosotros vivimos, así como recordamos nuestra infancia cuando vemos la soledad de la niña pequeña que no puede jugar con sus primos...

Es una película donde el homenaje se cruza con la denuncia, donde la escena final convierte de repente la película en un discurso con el uso de imágenes simples, algo difícil de conseguir. Quizás me ha faltado más música, ya que soy bastante partidaria de que las escenas se completen con melodías que te permitan identificar y recordar fácilmente una escena, pero esta se puede salvar con la presencia de la nana.

En definitiva, se necesitan más películas como Alcarràs y más directoras como Carla Simón que proyecten realidades, anécdotas, experiencias y verdades. Merecidísimo Oso de Oro a una película realmente pura que ha logrado plasmar nuestra esencia y la de nuestros antepasados. Y qué suerte tenemos nosotros, los españoles, de que nuestro cine cuente ahora con una generación prometedora de cineastas como Carla Simón, Pilar Palomero, Celia Rico, Clara Roquet y Lucía Alemany, entre otras, que lleven de nuevo el cine español a lo más alto.
cristinaenr_
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22 de noviembre de 2022
3 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
En principio, es fácil que el tema (y el tipo de peli que conlleva) no apetezca. Pero con el buen hacer y la sensibilidad de Carla Simón bastan unos pocos minutos para meterte de lleno en la historia y para que te interesen –como si te afectasen de cerca– los problemas de supervivencia y adaptación de esa familia de agricultores de lo que se solía llamar (sobre todo si eran extremeños, castellanos o andaluces) la “España profunda”.

Está rodada con tanta convicción que se perdonan con gusto las actuaciones de algunos (pocos) actores amateurs a los que les resulta difícil incluso interpretarse a sí mismos. Porque hay otros y otras (también amateurs) que resultan perfectos.

Carla Simón confirma con ‘Alcarràs’ su enorme talento. Es sólo se segundo largo, pero es ya una película madura y aún más inspirada que la excelente ‘Verano 1993’. Todavía mejorará como realizadora, porque como cineasta lo tiene todo. Un lujo para el cine español.

2008 km. separan por carretera Alcarràs de Berlín. Si Quimet y Dolors (dos de los protagonistas) se vieran obligados a llegar hasta la ciudad alemana en su viejo y cascado cochecito blanco, probablemente lo consegurían contra todo pronóstico. En el maletero llevarían algunos botes caseros de melocotones en almíbar para regalar a quien hiciera falta, y en el radiocasette (sin wifi ni USB ni lector de CD’s, en ese coche tiene que haber un radiocasette) sonaría ‘La cançó del pandero’ para infundirles valor y dar sentido a sus vidas.

Una gran película.
antonEvazquez
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6 de octubre de 2022
2 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
A modo de síntesis se trata de una gran familia en un gran entorno rural que se verá obligada a renunciar a su pasado para construir un incierto futuro.
Carla Simón, su directora, como ya hizo en su ópera prima “Verano 1993 (2017)”, apuesta por una obra intimista salida de su pluma, donde, reivindicando el mundo rural, denuncia el perjuicio en la pérdida de lo tradicional en pos de un aparente beneficio asociado al progreso. De la pérdida, del desarraigo, del materialismo que todo lo impregna y mancha.

Cada diálogo, cada gesto, cada plano tiene una clara intención y un claro sentido donde nada está ahí por estar, sino que responde a un propósito cierto. El espectador de mediana edad rápidamente empatizará con el discurso y podrá ver evocada su propia infancia si tuvo la oportunidad de pasar algún que otro verano en el entorno rural.
Con una estructura más próxima al documental que al cine convencional, este relato costumbrista se divide en distintos pasajes de los cuales se van extrayendo distintas moralejas (no se confunda con falsa moralidad impuesta) a través de la mirada intergeneracional de un grupo familiar heterogéneo en tanto a su posición vital frente a la percepción de su realidad.

Un guion soberbio, una pieza tocada con maestría que ya en sus primeros compases deja entrever la metáfora subyacente que se revela plenamente en la maravillosa y evocadora última escena.
Podría estar mejor dirigida, podría,
podría estar mejor interpretada, podría,
podría tener mayor calidad técnica, para algún que otro podría seguramente que sí, para mí no.

Merece y mucho la pena dedicarle los 120 minutos de su bobinado. Una gran obra.
osferal
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3 de mayo de 2022
19 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alcarràs es una película que no todo el mundo va a entender y no por el idioma. Y lo siento mucho.

Carla Simón ha hecho un homenaje mayestático a todas las familias de pagesos lleidatans que sufren y aman la tierra con desmedida. Agricultores que se conocen cada centímetro de su terreno como la palma de su mano. Personas tan vulnerables a las inclemencias meteorológicas como a un sistema enfermo de poder y de avaricia que come aguacates venidos de Perú para desayunar. Gente que se desloma día tras día bajo un sol despiadado podando, sulfatando, plantando, sembrando, regando o recogiendo. Carácteres forjados con rudeza, calor y resignación. Historias y vínculos familiares más sagrados que la propia religión. Felicidad pura, simple y sencilla. Desgracia injusta, impotente y destructora.

Alcarràs es la realidad, la familia, una forma de vida, y algo por lo que de verdad merece luchar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
La Prunera
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