Los dos papas

Está bien como película, y justo la carátula parece un poco el "bien y el mal" que curiosamente los colores están como invertidos. El bien es el negro y el mal es el blanco.

Ponen a Francisco como un personaje muy bueno, que siempre sabe dar respuestas y que tiene claro como hacer las cosas, y a Benedicto como un conservador que no supo luchar. Pero, se entienden en la perfección.

Según se ha comentado, la relación entre ellos dos no fue tan fluida como en la película, y también hubo algo de revuelo en la confesión que le hizo Benedicto a Francisco sobre Marcial Maciel.

A parte de que tanto Pryce como Hopkins, han hecho unos muy buenos papeles, lo mejor también ha sido reconstruir la capilla sixtina, de una forma espectacular.

La historia, pues hay que cogerla con pinzas, lógicamente, porque nunca sabremos realmente lo que hay detrás de todo, y de nada.

He visto... Los Dos Papas (Netflix)...
https://www.filmaffinity.com/es/film691766.html

Un 6. Era una película que no veía por que el tema no es de mi interés. Es más, en algunos aspectos me genera rechazo. En mi condición de ateo, es algo que no sólo no me genera interés, sino que hay ocasiones que me genera rechazo. De hecho, lo mismo que me declaro ateo, lo que soy de forma drástica es no creyente en las "iglesias" de ninguna religión. Las veo como instituciones políticas, que se dotan de poder por la apropiación de la moral como medio de redistribución de la riqueza, habitualmente hacia la propia estructura.

Aun así, la presentación de dos personajes interpretados excelentemente por dos eminencias de la actuación, que representan a dos personas públicas reales, siempre es interesante.

Aun así, no había encontrado motivación para verla hasta ver críticas favorables. Y me he animado. Confieso que en un principio, ni siquiera sabía que estaba basada en personajes reales, pero el ver que lo era, tampoco cambia demasiado mi perspectiva, salvo el paso de verla como una ficción total, a ser una ficción basado en personajes reales. Eso sí, pasa a ser una presentación de estos dos personajes. Lo que tampoco es algo que me interese especialmente.

Así que, he visto la película sin pena ni gloria. Está bien hecha, muy bien interpretada, y bien presentada. Pero lo que cuenta no es de mi interés, ni como presentación de personajes reales, ni como mera ficción. Así que, se lleva un 6.

Recomendable si te interesa el tema de los Papas. Si no, prefectamente prescindible, a no ser que se quiera completar filmografías.

Tras la exitosa operación del derribo de los países de socialismo real e irreal a cargo del papa polaco -lo cual es un epíteto como una catedral- la Iglesia, la organización mafiosa favorita de Scorsese, se enfrenta al retroceso en todo el mundo, agobiada por el movimiento Evangelista y cocida en sus propias contradicciones tras disolver la Teología de (mi) Liberación y movimientos afines a los desempoderados (sic) del Tercer Mundo.

Se trata de, como en los dos últimos dos mil años preñados de guerras, traiciones y perversiones, volver a tomar la iniciativa y para ello el mejor secuaz de Wojtyla, el alemán -he aquí otro indiscutible epíteto-, el Rotweiller que le sucedió, vuelve sus ojos al populismo más rabioso, encarnado en un argentino, peronista como ahora nuestros políticos de izquierda. Solo que los vaticanos llevan siglos asaltando los cielos.

Primero hay que lavar la cara al Bergoglio, perdonar sus pecados de colaboracionista con la dictadura de Videla, trazar un retrato que quiere ser simpaticón y comenzar de la mano del director de Ciudad de Dios, una burda hagiografía del émulo de Evita e Irene.

Lo demás poco importa, aunque la aseada dirección y actuación provoca las inevitables arcadas viendo tanta púrpura, tanta capilla Sixtina en croma, tanto anillo y crucifijo dorado. Confieso que no pude acabarla, ni siquiera en la tarde en que las borrascas cerraban puertas y ventanas a cal y canto.

Los dos siniestros personajes deberían haber acabado su contubernio haciendo lo que mejor saben hacer, decirse el uno al otro pegándose un codazo cómplice: "¿Qué, nos echamos un Froilán?"

Para empezar, voy a decir, que la película no es mala, pero no puedo aprobar una película que tiene como objetivo difamar a través de mentiras y suposiciones, hechos inventados para rellenar la trama. Esa persona que buscan ensuciar es el actual papa Francisco, parece que a algunas personas les dolió que el primer papa «Americano» sea un Latino, y sumado a esto, decir que en la vida real el papa Francisco a base de su sencillez, humildad y compromiso ha dejado por los suelos la imagen de su antecesor el Papa «Occidental» Benedicto.

Quizás para ustedes sea difícil notarlo, yo conozco muy bien la historia de Bergoglio, y en esta película dicen muchas mentiras, en la vida real Benedicto nunca le pidió a Bergoglio ser papa, todas esas charlas fueron inventadas para que el espectador tenga una imagen de Benedicto como una persona que se arrepintió por sus errores, como una persona humilde que dejo de lado su ego para ceder su lugar. Una película que busca a través de engaños recuperar la merecidamente dañada imagen del papa Benedicto.

La realidad es muy diferente. El Vaticano literalmente, le dio una patada en el trasero a Benedicto quien no hacia mas que dañar la imagen de la iglesia católica, le presionaron para que el renunciara, los abusos y la corrupción de la iglesia cada vez eran mas visibles, pero de todo eso apenas hace mención la película, que debería haber sido la trama central de la misma.

Ademas, intentan entrever que Bergoglio es una persona cínica, hipócrita y falsa, como si el busca desesperadamente llegar al poder y el pobre Benedicto en un acto de humildad le da su lugar. Una estrategia muy común de los medios de comunicación para ensuciar a las personas, lo vemos muy a menudo en la política, cuando los medios oficialistas buscan a base de suposiciones ensuciar a personas.

Si eres una persona que no conoce la historia real, y la ves por pura curiosidad, te va a gustar. Pero si buscas ver algo verídico y analizas la película, no te va a gustar, porque esto es propaganda, que a mi me repugna.