No mires arriba

No hay nada peor que una peli tramposa. Adam McKay ha hecho eso precisamente en "No mires arriba": una peli tramposa. Con un reparto llamado "de lujo", con un presupuesto de 75 millones de dólares y con el respaldo de Netflix, la peli nos quiere hacer reflexionar. Ojo. Un hatajo de multi-millonarios nos quieren hacer reflexionar sobre si contaminamos mucho o poco, sobre si negamos ésto o lo otro, sobre si tenemos las opiniones correctas, o las incorrectas. Adam McKay no es Kubrick, y su ausencia de talento explica cómo llegamos a la primera hora de la peli aburridísimos, cavilando en silencio cómo acabaremos definiendo éste bodrio de wokismo hype a nuestros amigos. ¿Alguien se acuerda de "Precious", de "Moonlight", de "Doce años de esclavitud", de "The interview", de "Birdman"? Pues eso, "No mires arriba" es otra de esas películas de las que se habla demasiado, sin saberse muy bien por qué, porque sus cualidades cinematográficas son escasas, mediocres, para nada meritorias.

Todas las pelis "serias" de McKay acaban resultando tediosas, y olvidables. El mejor McKay es el que hacía comedias estúpidas, con John C. Reilly, Steve Carell o Will Ferrell. McKay se ha venido muy arriba, tan arriba como el meteorito.

Probablemente sea la película que más se ajusta a la realidad en caso que ocurriese lo que relata la película. Está catalogada como comedia pero no es de risa, tiene algunas escenas graciosas, probablemente de lo inverosímil de la situación pero no porque haya un guío gracioso. No es que la recomiende pero tampoco es de las que hay que negarse a ver, está entretenida y no se hace pesada. Quizá lo más llamativo de la película y por eso creo que la crítica es buena es lo original y el punto de vista con el que está hecha.

Una película muy interesante con un director también notable que no acaba de romper debido a un cierto aire de farsa bufa que, en mi opinión, parece no ir a juego con lo que se nos quiere contar.

Con todo, un reparto de lujo, tremendo, con una historia en la que la parte de comedia funciona bastante bien, es capaz de atornillar al espectador a su butaca (o sofá, sillón o lo que tengas en casa si la ves en Netflix) y hacerle pasar un muy buen rato, incluso la película no se hace larga pese a que su metraje hubiera agradecido algunos minutos menos, un vicio habitual en las películas de Hoollywood desde hace ya unos cuantos, muchos, años.

Con Meryl Streep y Cate Blanchett al frente, los mejores minutos son los que tienen que ver con la parte política de la historia, con un Jonah Hill también delirante y un Mark Rylance descomunal. Funcionan incluso Timothée Chalamet o Ron Perlman, en papeles más difíciles de defender. Y por supuesto, la pareja estelar protagónica, con un peldaño por encima Jennifer Lawrence de un notable también DiCaprio.

En fin, que se pasa un buen rato con esta especie de distopía hecha a medida para estos tiempos de pandemia, miedos y delirios que nos han tocado vivir. Supongo que verla en mi casa rebaja un poco mis expectativas, mi salón no es una sala de cine y todo suma o resta, en este caso, para valorar productos que son concebidos con más grandeza de la que mi humilde salón es capaz de proporcionar a efectos cinematográficos.

Interesante comedia que peca de recurrente y demasiado coyuntural.

Maravillosa metáfora de cómo funciona la política, los medios de comunicación y el público en general, respecto al uso de las redes sociales en nuestros tiempos. Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence son dos científicos que intentan advertir al mundo de su inminente destrucción a cuenta un gigantesco meteorito, y presencian atónitos como nadie los toma inicialmente en serio. Es cierto que el tipo de comedia no parece congeniar del todo bien con la severidad del mensaje, hay algo que no termina de encajar en el tono de la película, pero es una propuesta más que destacable.

Un poco decepcionante, sobre todo por la cantidad de comentarios que ha generado.

Lo más interesante es la crítica detrás de la sátira.El problema es que el mensaje es muy obvio y se toma muchos minutos para explicarlo.

Mejor en sus chistes, algunos bastante afinados, que cuando se inclina hacia el drama, o trata de dar algo de profundidad a los personajes.

Muy buen plantel de actores, eso sí. Pero desde luego no es para tanto.