El chico

En enero de 1921, se estrenó esta película que fue el primer largometraje de Charles Chaplin, que supuso una seguidilla de obras maestras.
A la hora de su estreno, Chaplin ya era mundialmente conocido por sus cortometrajes y mediometrajes, pero ahora quería hacer películas más ambiciosas.

El chico (The kid), es una película que, a pesar de tener más de cien años, ha envejecido bastante bien. La trama es simple, pero la forma en como la cuentan es genial, divertida e incluso, triste en algunas escenas.
Lo que más me gustó fue la maravillosa química entre Chaplin y Jackie Coogan, muy creíble ese amor de padre e hijo.

No se pueden oir los llantos ni las carcajadas del niño a lo largo del fin, ni falta que hace. Chaplin fue un mago del humor en un cine muy limitado en el que no se podía contar chistes, se tenía que hacer de bufón de la corte. Y el británico bien que lo hacía, y en esta película, además, logra emocionar.

Puede resultar una historia fácil (Benigni realizó "La Vida es Bella" posiblemente muy influenciado por esta película): Un niño junto a un pobre. Una buena persona a fin y al cabo, cuidando de un niño que no es suyo pero al que tiene que dar todo su cariño y cuidar. Una historia sencilla en su argumento, con dos partes diferentes, una que emociona y provoca numerosas carcajadas, y otra en la que se ve el lado amargo de la historia, sin perder, en la medida en la que la historia lo permite, las pinceladas jocosas que chaplin regala al espectador.

Y en eso Chaplin era un experto, como lo ha sido posteriormente el italiano. Es capaz de contarnos la historia más tierna o más triste sin perderle el sentido del humor a la vida, a lo que cuenta. Para ello se invento el cine, para hacer sentir a las personas. Y Charlot (como era conocido por muchos) es mucho más que su forma de andar y su bastón, es el perfecto bufón de la corte. Capaz de hacer de mimo, de hacer humor sin palabras y de hacernos reir con una facilidad pasmosa pese a caer en más de una vez en los mismos gags y clichés.

Una verdadera Obra de Arte del maestro Chaplin. Una película que te remonta a la infancia, te hace reir, te hace llorar, te hace soñar... te hace creer en que un mundo mejor es posible. Gracias maestro, por tanta belleza; te lo dice un padre que ama con la pasíon de Charlot a John.

Ah, con que a esto se refieren cuando dicen: Arte. Una historia encantadora que desde el comienzo te pone a pensar. "La mujer cuyo único delito es ser madre" ¡¿Qué es chiste o un un lamento crítico?! Así transcurre la película; con el destino confabulando para que Chaplin se vuelva nana. Él, muy educado le enseña: Un oficio para ganarse la vida, la manera de administrar el dinero¡Hasta a cortarse las uñas antes de comer! Ha también a correr cuando hace falta, pelear si es necesario.

Tardar 100 años en ver El Chico ya avisa de que se está llegando insultantemente tarde a la fiesta, y sin duda, elimina casi por completo cualquier contexto que pueda achacarle a una película que me gustó pero que no me enamoró. Al contrario de lo que pasaba con Luces de la ciudad y posteriormente Tiempos modernos, no llegué a conectar del todo con la propuesta de un Chaplin al que considero le faltaban unos años para alcanzar esa madurez, esa profundidad de mensaje dramático que oculta con comedia y que en esta ocasión no llega con tan buen gusto.

Innegable su valor cinematográfico, e innegable su adoración, El chico es una película que, en mi caso, tuvo más nombre que otra cosa. Probablemente me haya perdido algo.