El atlas de las nubes

Un puñado de historias inconexas cobran sentido gracias al montaje.
Esta claro que son historias poseedoras de estructura simple por sí solas serían meros cortometrajes.
Historias simples que repiten personajes. Historias que se unen por decisiones de personajes repetidos. Es así como se une cada cortometraje. El arte de este filme no es la historia sino que es el montaje. Gracias a esto "el atlas en las nubes" se convertirá en una cinta de culto.
Marca un punto de inflexión entre tantas historias repetidas en el cine "mezclas, re-mezclas, historias copiadas". Era hora que apareciese una película diferente en la cartelera. Alejada de las mismas estructuras y montada de forma sublime.
No recomiendo esta película a quien espera una historia lineal. Esta película es recomendada a quien quiere sentarse en la butaca del cine y desde el minuto 0 al final no pestañear para prestar atención. Si al acabar esta película crees que es mala, lo único que será cierto es que no la as entendido.

Definitivamente los Wachowski no levantan cabeza. Después de ofrecer al público uno de los mejores exponentes jamás vistos del cine de ciencia-ficción con "Matrix", parecen que se han quedado escurridos de cualquier insólito y excepcional ingenio transgresor de ciencia-ficción.

Porque en "El atlas de las nubes" los hermanos Wachowski adaptan una novela de ciencia-ficción, desdeñándola hasta convertirla en una enorme chorrada disfrazada de pretenciosidad y afligiéndola con un interminable metraje.

"El atlas de las nubes" narra 6 pequeños y memos relatos (que no llegan ni a ser un vago detalle) ya de por sí olvidables que se dilatan con martirio en el metraje. El hecho de entremezclar estas 6 anécdotas continuamente no ayuda a agilizar el tema, tan solo logra alejarnos aun más en el desorden y el hastío.

Hay buenos efectos especiales que se lucen en escasos puntos del film (aunque la artificiosidad de la puesta en escena en puntos se recarga demasiado y no consigue un equilibrio bello y ponderado), pero eso no consigue levantar este plomo. "El atlas de las nubes" es lánguida hasta el absurdo total, incoherente hasta lo necio, vacía como muchas, densa como ninguna, inconclusa como pocas, desordenada hasta lo insólito... consigue que actores como Tom Hanks, Halle Berry o Jim Broadbent ("rencarnados" en las 6 historias de cada época) resulten irrisorios dentro de estas pequeñas y a la vez eternas historietas tan chorras y lentas.

Gracias a esa inexistente cadencia y a ese desleído desarrollo no solo sus 2 horas y pico parecen 7, sino que no se acaba sacando ninguna conclusión mínimamente seria tras el visionado (¿tal vez no querer volver a verla?).

No se la recomendaría ni a mi peor enemigo.

Lo mejor: Los efectos especiales.
Lo peor: Todo lo demás.

Ya lo encontré, algunas dudas recorrieron mi única neurona pero lo encontré.
Esta película es el perfecto ejemplo de "película supuestamente profunda, con temas filosóficos, antropomórficos también denominadas cornubianitas, donde si no se entiende dicen que es una obra de arte".

Estos son unos genios de verdad. Han cogido la fórmula de narrar de "Pulp Fiction" pero mezclando varias películas (De esclavitud, otra de piratas, una tipo Blade Runner, alguna comedieta de medio pelo, etc...) y no tener más conexión que los actores (bueno ellos dirán que los une el destino intrínseco y extrínseco ejercido por la fuerza del planeta Raticulín).

Pero amig@s esto era poca genialidad. Vamos a hacer que dure tres horas (toda obra profunda merece que supere las dos horas y media, no vaya a ser que no capten la mosca del minuto 3 que reaparece en el minuto 120 simbolizando la fragilidad humana) con actores de renombre. Ah y estos actores...

El maquillaje está a la altura de "Esta abuela es un peligro", "Sra Doubfire" y "Dos rubias de pelo en pecho". Pero si eres Halle Berry te ponemos unas canas que eres la guapa de la película.

Aunque no me hagáis mucho caso. Es una obra muy original las cosas como son (igual de original que ponerte en bucle 3 horas de un colibrí cogiendo néctar de una flor).

¿Buscas una película para ponerte las gafas de pasta y comentar en el Starbucks? ¿Una obra con frases profundas que puedes encontrar poniendo "frases profundas" en Google y quedar como una persona culta? ¿Quizá necesitas una inspiración para el próximo carnaval? ¿Le gusta conducir?

No dudes más amig@ del club de la ginebra barata y ponte esta genialidad cultureta donde cualquier teoría tiene cabida, y si te lo niegan queda como un ser superior diciendo aquello de: "Se nota que no la has entendido".

A veces, cuando es posible, es interesante considerar el nivel de atención del espectador cuando éste se encuentra en la comodidad y libertad de su hogar, y bajo la tentación y distracción de un montón de cosas que no están al alcance en una sala de cine. En este sentido, la (de por sí, exagerada) duración de ‘Cloud Atlas’ puede extenderse varias horas con el botón de pausa del control remoto o la barra espaciadora del teclado. Y es que el relato pretensioso de los hermanos Wachowski (trilogía ‘Matrix’) y Tom Tykwer (‘Corre Lola, corre’) es agotador desde el inicio, con tantas historias paralelas en tiempos y lugares distintos y con variados personajes interpretados por los mismos actores. Hay un cúmulo de información y escenarios que parece exceder lo que necesitaba la historia, cuya idea de universo conectado y vidas pasadas tipo Brian Weiss era lo suficientemente atractiva como para evitar la sofocación.

Aún fatigado, rescato varias cosas de la película: la bellísima fotografía de algunos planos y los efectos especiales, la incomodidad de un cierto gore que no se corresponde demasiado con la tonalidad del film y un reparto de muy buen nivel. En lo narrativo, rescato la oposición entre la linealidad y la bipolaridad de ciertos personajes interpretados por un mismo actor a través de las distintas historias. Por ejemplo, los personajes que interpreta Tom Hanks, casi una “evolución” uno de otro gracias a esos “actos de amabilidad” y lucha contra el mismo diablo. Por oposición, los personajes de Hugo Weaving (el Agente Smith de ‘Matrix’) y Hugh Grant siempre son villanos, así como los personajes de Jim Sturges y Hale Berry siempre buenos.

‘Cloud Atlas’ hubiese sido una gran película sin tantas pretensiones de serlo. La búsqueda del relato grandilocuente termina por fatigar al espectador, que al menos disfrutó de algunas potentes imágenes y de una visión del universo que siempre es atractiva para fantasear. El presupuesto de cien millones de dólares que la convirtieron en una de las películas independientes más caras de la historia no es proporcional a su calidad.

Lee más en www.quecinemirar.blogspot.com

Comencé a ver El Atlas de las Nubes con las mejores expectativas. A fin de cuentas soy un amante de la ciencia ficción y la idea de la película me parecía sugerente.
La película arrancó con un repaso rápido a velocidad de trailer de acción de las distintas historias. Me mareó ligeramente pero supuse que posteriormente se iría aclarando la historia y que en algún momento encontraría algo interesante. Tras una hora de visionado empecé a preocuparme. La historia saltaba sin cesar de una línea argumental a la otra en un batiburrillo de géneros y estilos en el que no conseguía encontrar un propósito bien definido. A las dos horas mi preocupación estaba empezando a transformarse en un cabreo monumental, pero aún guardaba esperanzas de un final que le diese un sentido interesante a todo lo que estaba viendo. Pero fue en esa última parte en la que todo se vino abajo y terminé de convencerme de lo que creo que es esta película: un monumento a la superficialidad y la confusión narrativa.
Tiene un elemento innovador meritorio que es el experimento de combinar en una misma historia 6 líneas argumentales tan variadas en cuanto al estilo, tono y ambientación y lograr que no desentonen entre sí. Realmente la película está resuelta desde un punto de vista técnico de una forma muy notable.
El problema es que para lograr una buena película que al espectador le transmita algo, que logre emocionarlo o que le aporte ideas verdaderamente sugerentes se requiere de algo más de una buena ejecución técnica. Y en este sentido la idea de juntar seis historias tan dispares y hacer un montaje con saltos tan frecuentes el efecto que provoca es básicamente dificultar la conexión emocional con los personajes e impedir la profundización en cada una de las seis líneas. En cierto modo, me dio la sensación de estar viendo varios vídeos en youtube al mismo tiempo o de una sesión de zapping frente al televisor. Esta forma de narrar puede resultar interesante como una curiosidad o como un experimento narrativo, pero al final creo que solo conduce a una aproximación superficial al argumento en la que la conexión entre las historias se establece de forma intuitiva dejando de lado lo que debería de ser un análisis racional y riguroso de las ideas expuestas.
La película intenta ser al mismo tiempo un drama, una comedia, una obra lírica, una historia políticamente reivindicativa, un entretenimiento para masas y una obra trascendental sobre el significado de la vida y la humanidad. Sin embargo, las seis historias que nos presenta, analizadas por separado, son simples y escasas de contenido y originalidad. De hecho, estudiándolas con detenimiento, uno se da cuenta de que todas son ejemplos tópicos y muy gastados de lucha de un una persona o un grupo reducido de personas contra un poder opresor que domina la sociedad. Y el hecho de mezclar seis historias mediocres, por mucho artificio que se use para montarlas, no permite lograr una buena historia conjunta.
La película tiene una buena intención en el fondo en cuanto a que transmite valores de lucha por la libertad. Pero el valor de las ideas transmitidas se pierde por completo al mezclarse con todo un conjunto de ideas pseudofilosóficas, frases pedantes e ideología a caballo entre la cienciología y el orientalismo New Age. Un vistazo a las críticas más positivas publicadas en FilmAffinity permite darse cuenta de qué clase de público ha disfrutado más de la película y qué clase de ideas les ha transmitido.
Es más, aunque las ideas mostradas en la película son positivas en apariencia, la habitual falta de rigor y consistencia pseudocientífica que afecta a todo el guión hace que en algunos casos cobren un tinte bastante oscuro. La película parece ensalzarnos el suicidio romántico como forma de liberación, suaviza la gravedad del sufrimiento con ideas de reencarnación, muestra el asesinato de un crítico como algo divertido e incluso llega a presentarnos la industria nuclear como una víctima inocente de industria petrolera. Los malos de las historias son presentados de una forma caricaturesca convencional: malos sin más dispuestos a cualquier crueldad para conseguir sus objetivos. Los personajes son planos y carecen de la más mínima ambigüedad moral que caracteriza a cualquier persona de carne y hueso.
El Atlas de las Nubes es adecuada para chavales de quince años a los que les guste imaginarse que salvan el mundo demostrando que todos estaban equivocados excepto ellos mismos. Es también apta para aficionados a la meditación y gente preocupada por su karma. Si esperas profundidad en el mensaje o ideas novedosas no pierdas el tiempo. La profundidad de la película no supera la de una conversación entre chavales de 16 años a las 4 de la mañana con el hígado lleno de tequila y unos cuantos canutos encima.