El archivo corso

Si viajar en tren ya es pesado de por sí, ¡que encima los cachondos de la RENFE te pongan "El archivo corso" para "amenizar" el viaje ya es mamoneo puro y duro!
Y es que cuando el único aliciente de la tontería en cuestión es ver como un detective con la perspicacia de Mr. Bean y la inteligencia de Forrest Gump se tira más de media película buscando a un tal Ange Leoni, uno termina hasta los mismísimos del Leoni, de su hermana y de todos sus muertos, además de aburrido como una ostra y deseando encontrar algún objeto punzante en el tren que medie como lidiador de la tortura.

Para colmo, el supuesto humor se limita a una serie de típicos, estúpidos y lamentables personajes que realizan las mismas esperpénticas muecas de siempre y a cuatro o cinco gags que tienen de gracioso lo que yo de admirador de la Coppola: CERO.
Y luego ya está el guión... espera, un momento ¿guión? ¿dije guión? juaaaaaaaaaaajuajuajuajuasssss (esto es lo que debían hacer los guionistas en el momento de escribirlo, espera, un momento ¿escribirlo? ¿dije escribirlo? juaaaaaaaaaaajuajuajuajuasssss)
Y así, hasta el infinito.

Cuatro años antes de "Bienvenidos al Norte" (2008) y seis de su secuela del Sur (2010), se estrenaba también en Francia "El archivo corso" en el que claramente se inspira la serie.
En los tres casos un funcionario debe trasladarse, dentro del país, a un ambiente muy diferente del suyo habitual, "Los corsos somos como los demás, pero de manera diferente".
Aquí es la isla de Córcega, en el Este, donde un detective tranquilo se tropieza con todos los tópicos habidos y por haber, sobre todo los relacionados con los movimientos nacionalistas donde el silencio es un valor en alza, "Aquí cuanto menos se sabe mejor le va".
Historia en este caso bastante original desarrollada con un buen guion y una realización ágil que combina con acierto los golpes cómicos con algunas gotas románticas y de drama.
Cuenta a su favor con excelentes actores entre los que destacan los conocidos Clavier, Reno o Murino.
Comedia distraída que permite pasar un buen rato. Pero ojo, "Te puedes reír de los corsos, pero no lo hagas".
Recomendable también para conocer los paisajes y el ambiente de la isla.