Asesinos múltiples

El controvertido director de obras maestras del calibre de “House of the dead” o “Alone in the dark” está decidido a seguir dando guerra y horrorizando al sufrido espectador. Si con aquellas dos películas asistíamos a una violación constante de la lógica en pos de las más deleznables experimentaciones, con “Stoic” Böll asesta el golpe definitivo, llegando al extremo de desafiar la coherencia de su universo autoral.

Porque, señores, Uwe se ha olvidado de incluir el montaje epiléptico, las actuaciones infames, el tiempo-bala, los momentos de videojuego insertados con calzador, los diálogos sin sentido… y no sólo eso. Ha hecho una buena película.

Conociendo los precedentes del autor, es normal que “Stoic” sorprenda. Frente al despliegue de absurdo que suponían las otras, ésta se destaca por ser una propuesta de dirección sobria y contundente, sin alardes estúpidos ni experimentos raros, pero contando una historia -¡y contándola bien!- que llega a revolverte las entrañas.

Tampoco hay que pasarse, claro. Es difícil ir de un extremo a otro, y la propuesta de Böll tiene sus fallos. Uno de los más notables es la irregularidad de las actuaciones. Por un lado tenemos a un Edward Furlong soberbio, cuyo papel no se parece en nada a aquél chaval nazi de “American History X” y que logra transmitir terror con su mírada cínica, para mí lo mejor de la película. En el otro, Shaun Shipos y Stephen Mennekes se pasean por la obra con poco que aportar, un par de actuaciones flojitas, aunque en el caso de Shaun, le salva su imponente presencia física que en el contexto se aprovecha muy bien. Por último, Sam Levinson me convence pero parece tirar demasiado a la sobreactuación en los puntos más intensos de la historia.

Otra cuestión es la ausencia de vigilancia en la cárcel. Es un recurso demasiado fácil para que cuadre todo, no me creo que los tengan tan abandonados y que nadie se entere de cómo va evolucionando la cosa.

Sin embargo, “Stoic” logra sobreponerse a estos errores con un planteamiento excelente de la situación. Remitiendo a “Funny Games”, juega con los sentimientos del espectador basándose en la regla de que la incomprensión genera más miedo que la violencia en sí. Durante toda la película, no sabemos qué mueve a esos tipos a vejar a alguien e incluso disfrutar con esta serie de humillaciones, no lo podemos racionalizar de alguna forma (golpear para robarle dinero, imponer respeto) sino que más bien es un juego sádico en el que toman parte. Y en ese sentido es donde la actuación de Furlong cobra mayor importancia, retratando ese placer inhumano en sus ojos y su eterna media sonrisa.

(sigo en spoiler sin spoiler, como de costumbre)

Uwe Boll es considerado por muchos el peor director de la actualidad, “gracias” a películas tan vapuleadas por crítica y público como “House of the Dead” o “Alone in the Dark”. Así que lo primero que tengo que decir es que he quedado muy gratamente sorprendido al encontrarme, en mi primer acercamiento a la filmografía de este director, ante una buena película.

Sí, has leído bien, buena. Aquí no hay cutrez ni malas maneras, sino una buena dirección, estupendas interpretaciones y una historia... una historia que, digamos, deja huella.

Ante todo hay que decir que es una película cuyo visionado resulta muy duro, sobre todo para personas con el estómago sensible (como es mi caso). Tiene escenas muy desagradables que me revolvieron las entrañas como ninguna otra película lo ha hecho. Así que la advertencia que se puede leer en el poster original ("Warning: Includes some scenes that viewers may find disturbing") va totalmente en serio. No se trata de una maniobra publicitaria, como cabría esperar en principio.

La dirección de Boll, como apuntaba, es sorprendentemente buena. Usa una cámara al hombro muy nerviosa y extremadamente cercana a los personajes, en muchos momentos pegada a sus rostros, lo que ayuda a acentuar la claustrofobia que ya de por sí desprende la cinta al desarrollarse exclusivamente en un solo escenario, la celda en la que están recluidos los cuatro protagonistas.

Unos protagonistas interpretados por cuatro actores que se marcan unas actuaciones escalofriantes por lo creíbles que resultan, algo decisivo para el buen resultado de la película. Y es que en “Stoic” se nos muestra lo peor del ser humano, los hechos narrados son horribles y uno preferiría pensar que son sólo ficción, pero es que el film está basado en hechos reales. Esto es lo más terrible de todo.

Buena, pero muy dura. Yo no creo que vuelva a verla.

Uwe Boll, ese director que es nombrado por muchos como 'El peor director de la historia', cuando verdaderamente no es así. Si bien es cierto que Uwe tiene auténticos bodrios esta película y otras tantas suyas no son merecedoras de tal calificativo. De vez en cuando nuestro amigo se saca películas buenas y esta es una de ellas.

Esta película esta basada en un caso real, que muestra la crudeza de las prisiones y lo que ocurre en sus celdas. En una prisión si no comes te comen, y te conviertes en el juguete del resto de reclusos. Todo empieza por una tontería, en el que los presos someten a su juguete cada vez con situaciones más duras y fuertes.

Son tres contra uno y cada uno de los tres no puede flaquear y debe ser muy duro con "su juguete" porque sino será el, el que se convierta también en un juguete para los demás.

Una película que da que pensar , muy intensa. Debería ponerse en todas las cárceles y colegios del mundo.

Una celda y una sala de interrogatorios. Cuatro presos y una historia real. La película es intensa de principio a fin y logra transmitir todas las sensaciones, sentimientos y presiones a las que están sometidos los compañeros de celda.

La evolución de cada personaje, la ponzoña física y mental en la que se encuentran envueltos, hace que esta película sea interesante en todo momento. Una realización seria, sobria como procede en estos casos hacen de ésta una cinta notable.

Imprescindible para los que disfruten con el genero carcelario.

Parece que el pequeño genio Uwe se ha puesto a realizar películas más o menos serias dentro de sus habituales desviaciones estacionales y gracias a ello consigue sacar algunas que son bastante interesantes en su planteamiento. Esta en concreto trata de un chico que aparece ahorcado en su celda, la cual compartía con otros 3 presos más. El quid de la cuestión será averiguar el por qué de llegar a ese extremo a través de los comentarios de los presos implicados mientras se pueden ver los detalles de tal hecho.

En el póster ya se indica uno cosa: "warning: includes some scenes that viewers may find disturbing". Todo el que sepa un mínimo de inglés sabrá que indica que la película contiene escenas duras, no aptas para todos los estómagos. La verdad es que sí que hay momentos repugnantes, no tanto por lo que se ve sino por la idea que se forma en tu cabeza si fueras tú el protagonista; sin embargo se puede ver.

El desarrollo es simple, ocurriendo la acción únicamente en la pequeña celda que compartían, celda en la que se muestran las miserias humanas en un mundo alejado de la realidad en donde no rigen las normas habituales, en donde el objetivo básico de cada día es sobrevivir, habituarse a esa dura situación que no todo el mundo puede soportar. Todo ello es plasmado por Uwe en pantalla de manera sobria sin caer en demasiados efectismos.

PD: El personaje de Edward Furlong es odioso.