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Santos criminales

Drama Precuela de la aclamada serie "Los Soprano", centrada en la juventud del gángster de Nueva Jersey Tony Soprano. El guión de la película ha sido escrito por David Chase, el creador de la serie original de HBO. (FILMAFFINITY)
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Críticas 29
Críticas ordenadas por utilidad
1 de octubre de 2021
13 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta entretenida para los que ya vimos Los Soprano, porque tiene el condimento de personajes que ya conocemos, que están bien interpretados, y la atmósfera que se respira en la serie. El conflicto es bueno, pero la resolución y la relevancia que se le intenta dar a la historia es vaga y un poco forzada. Termina siendo un producto comercial que no aporta nada.
Elián Bernini
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3 de octubre de 2021
11 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creada por David Chase, The Many Saints of Newark (2021), que en castellano recibió el título de Los Hijos de la Mafia, es una precuela, en forma de película, de la recordada serie The Sopranos. Cuenta el pasado de las familias Soprano y Moltisanti en New Jersey, entre fines de los 60 y principios de los 70.

Por Nicolás Bianchi

The Many Saints of Newark, cuyo estreno se pospuso por un año por la pandemia, se alimenta del mundo y la mitología creada por la serie The Sopranos, por lo que para quien no fue un seguidor de las desventuras de Tony y sus secuaces puede tratarse de una película más sobre gángsters de descendencia italiana en las cercanías de New York. Ahora para los fans de la emisión, que contó con seis temporadas y fue transmitida por HBO entre 1999 y 2007, seguramente resulte en una experiencia muy gratificante y nostálgica en torno a una de las series que cambiaron la historia de la televisión.

La película, dirigida por Alan Taylor (con experiencia en The Sopranos, Game of Thrones y Mad Men), se ubica en un momento convulsionado de los Estados Unidos. Corren los últimos años de la década del 60 y avanza la aventura bélica en Vietnam mientras los afroamericanos protagonizan protestas en las calles de New York por el violento accionar policial. En derredor de la crisis social, Dick (Ray Liotta) y Dickie Moltisanti (Alessandro Nivola), padre e hijo, comandan al grupo de gángsters que protagoniza la historia, integrado también por Johnny Soprano (Jon Bernthal), el padre de Tony.

Los caminos que recorre la trama son los clásicos para el género. Un grupo de afroamericanos liderados por Harold (Leslie Odom Jr.) intentará ampliar su accionar delictivo, conducta que siempre resulta en choques con quienes ya dominan el territorio. Dentro del grupo de los Soprano y los Moltisanti se presentan internas feroces, bravuconadas entre colegas, escenas de celos entre amantes y situaciones hogareñas en las que se comen pastas y se discute a los gritos por cualquier nimiedad.

Uno de los grandes atractivos de la película es rastrear a los personajes que luego se presentaron en The Sopranos, aquí niños, adolescentes o adultos jóvenes. Livia Soprano, la insoportable mamá de Tony cuenta con una gran interpretación de Vera Farmiga, caracterizada de forma muy parecida a Carmela Soprano, lo que habla de los vericuetos mentales del mafioso que luego, ya como capo de su grupo, comenzó a sufrir ataques de pánico.

Todos los personajes “viejos” respetan, a rajatabla, la esencia de lo que se vio en la serie. Se destacan el tío Junior Soprano (Corey Stoll) y Janice Soprano (Alexandra Intrator), la hermana de Tony a la que nunca dejaron ser ni hacer lo que quiere. Michael, el hijo de Jame Gandolfini, interpreta al Tony adolescente y tanto el parecido físico como gestual le aporta un condimento muy importante a la película. No hay que hacer ningún esfuerzo para creer que estos personajes son la versión más joven de los que se comenzaron a mostrar en 1999 por HBO.

El capo en The Many Saints of Newark es Dickie, admirado por su sobrino Tony con quien oficia de mentor mientras hace equilibrio entre los negocios, la presión de Harold y los deseos de su amante Giuseppina (Michela De Rossi). En el mundo de los gángsters, como es sabido, la respuesta más común es la violencia. El relato de inicio de Tony deja la sensación de que las precuelas pueden continuar. Los personajes están y, como siempre, todo queda en la familia.

Se estrenó en cines y también se consigue online. Contacto: [email protected].
El Golo Cine
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5 de noviembre de 2021
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Reviviendo a Tony Soprano

Catorce años después de que se estrenara el episodio final de Los Soprano, con un final supuestamente ambiguo que terminó de sellar la inmortalidad de la serie, llega Santos Criminales (Los santos de la mafia). La película es un desvío hacia la historia familiar sobre la que se construyó la serie de David Chase. Aunque proporciona poca luz al asunto y menos frescura.

Dirigida de manera eficiente, dicho en su aspecto más negativo, por Alan Taylor, ganador de un Emmy por su trabajo en la serie de HBO, y escrita por Chase junto a Lawrence Konner. Santos Criminales (Los santos de la mafia), para bien o para mal, desafía las expectativas de lo que una precuela de Los Soprano podría prometer. No es una mirada cercana a los años de formación del jefe de la mafia de Nueva Jersey, Tony Soprano. Al menos no de manera directa.

Interpretado de niño por William Ludwig y en su adolescencia por el hijo de James Gandolfini, Michael Gandolfini, Tony es un observador secundario en una historia sobre el ambicioso Dickie Moltisanti, Alessandro Nivola. Este último es un personaje recordado con cariño por Tony en la serie como su gran mentor, desaparecido mucho antes de que esos patos acabaran en la piscina de la familia Soprano.

*La voz de los muertos

Santos Criminales (Los santos de la mafia) está narrada por Christopher Moltisanti, Michael Imperioli, cuyo apellido se traduce del italiano como "muchos santos", de ahí el título original, The Many Saints of Newark. El plano inicial es una lenta panorámica a través de un cementerio de lápidas charlatanas. Dejando la insinuación de dimensión espiritual eterna, de una serie atormentada por los recuerdos de los muertos.

En ese aspecto, la idea de Chase para una precuela tiene sentido, visitar las vidas de aquellos que dieron paso al ascenso de Tony en la gestión de residuos. Santos Criminales (Los santos de la mafia) en general tiene menos interés directo en el tono humorístico que la serie. Aún así podemos ver retazos de ese humor negro, como en la mención de Christopher acerca de su muerte y la asfixiante relación con su tío.

El extraordinario trabajo de Chase para hacer evolucionar personajes e historias a lo largo de extensos arcos pierde eficiencia en un formato de dos horas. Parte de lo que hizo de Los Soprano un drama tan sensacional fue que consiguió hacernos empatizar con personas reprobables. Aquí no hay espacio para respirar o profundidad de personajes, ni para generar simpatía en el espectador, y Chase no es capaz de buscar alternativas. Como suele ocurrir con los grandes nombres de las series, el salto a la pantalla grande no va acompañado de un gran trabajo.

*Dickie como ejemplo

Alessandro Nivola consigue una actuación convincente como padre de Christopher, Dickie Moltisanti. Una figura apuesta con trajes perfectamente diseñados, que maneja las apuestas de finales de los sesenta en Newark, Nueva Jersey. Dickie confía en su antiguo compañero de equipo de fútbol en el instituto, Harold McBrayer, Leslie Odom Jr. como ejecutor para cobrar los pagos.

Es una relación tumultuosa, mal vista por el resto de italoamericanos y con claros síntomas de final abrupto. Particularmente a raíz de los disturbios por el mortal asalto policial a un taxista negro, y el aumento de la conciencia política impulsada por el movimiento Black Power.

Con el padre de Tony, Johnny Soprano, Jon Bernthal, en prisión durante la adolescencia temprana del chico, el amigo de la familia y socio comercial Dickie se convierte en el modelo a emular. Una escena en la que Tony conversa con la orientadora del instituto ofrece un irónico presagio de las sesiones del mafioso adulto con la doctora Melfi, Lorraine Bracco. Y como casi todas las referencias directas, resulta más ridícula que acertada.

Pero la historia principal, por suerte, se centra en los conflictos de Dickie cuando su violento e irascible padre, Hollywood Dick Moltisanti, Ray Liotta, regresa de Nápoles con su joven esposa, Giuseppina, Michela De Rossi. La muerte de Dick Moltisanti padre, en una de las mejores escenas de la película, deja a su hijo en una delicada situación.

*Torpeza en la mezcla

El guion de Santos Criminales (Los santos de la mafia) trata de mostrar las tensiones raciales de la época, primero con la ilustración de los disturbios de Newark, y después con las reacciones de algún personaje al descubrir residentes negros en su vecindario. Como figura central en este hilo, Odom es, una presencia imponente, pero la historia de Harold sigue resultando de interés secundario para Chase y Konner, incluso cuando le pisa los pies a Dickie tanto personal como profesionalmente. Es un intento de introducir el conflicto social que acaba resultando forzado más que una parte natural del desarrollo narrativo.

Como personaje, Dickie refleja en muchos sentidos al Tony de Los Soprano, dividido entre las responsabilidades del crimen organizado y la familia. Con una moral lo suficientemente laxa para reconciliar años de infidelidad. También es dependiente de un confidente para aliviar sus dudas personales, aunque de manera muy selectiva en qué partes de la verdad comparte. Su particular versión de terapeuta es un observador mordaz y con un desapego por la realidad bastante curioso.

*Los inicios de la banda

Por mucho que la trama se centre en Dickie y, en menor medida, en Harold, y la acción sea impulsada por los actores magnéticos que los interpretan, la historia también es un mosaico de viñetas que representan la vida familiar y el pequeño círculo de asociados de confianza, que se convertirá en la banda de Tony.

Y aquí nos encontramos con lo peor del metraje, la parte que resulta incluso ridícula en varios momentos. Paulie, Billy Magnussen, Silvio, John Magaro, y Big Pussy, Samson Moeakiola, no pueden escapar a la sensación de interpretar versiones paródicas de sus personajes icónicos.
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Escrito por Juan Avilés Torres
Cinemagavia
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31 de diciembre de 2021
11 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
1. Si les gustó "Los Soprano", ni se acerquen a este bodrio.
2. Si la consideran una de las mejores series de la historia de la televisión, huyan de esta parodia grotesca, de este torpísimo pseudohomenaje.
3. Si todavía no han visto "Los Soprano" –lo siento–, peor para ustedes; pero rechacen esta broma siniestra. Olvídenla. No existe.

Un patético supertruño que pretende rendir pleitesía a la serie original y apenas consigue burlarse de nuestra paciencia. Quizá David Chase se arrepienta hoy de haber firmado una historia cruda y verdadera en 1999 y pretende hacerse la autocrítica y redirigirnos hacia la corrección política: disturbios raciales de Newark, mujeres independientes, afroamericanos guays vs blancos ultramachistas... Y todo incrustado en una reconstrucción de época tan falsa como pretenciosa que más parece un mal viaje de ácido.

El único interés: comprobar el increíble parecido físico del joven Michael Gandolfini –un Tony de 21 años– con su padre James, fallecido en 2013 a los 51. Lástima que el chaval ni siquiera sea buen actor.
¿Y Carmela jovencita?!?!? ¿Y el ridículo imitador de Silvio Dante!!!? ¿Y el papá chungo de los Moltisanti, un decrépito Ray Liotta que, de pronto...?
¿Y la música atorrante sin venir a cuento?!!!

No digan que no les he avisado.
Pepelynx
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10 de noviembre de 2021
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dickie Moltisanti contiene en su personalidad muchísimo de lo que sus antecesores, coetáneos y predecesores manifestaron, manifiestan y manifestarán.

Es la causa y a la vez el efecto del padre que tuvo, del hijo que no tendrá y del referente que será. Hollywood Moltisanti (su padre), Christopher Moltisanti (su hijo) y Tony Soprano (su protegido) respectivamente.
Y así, la película introduce con elegancia a Los Soprano, una de las mejores series de la historia y la gran responsable de ese Boom de calidad cinematográfica cuya sombra se alarga hasta nuestros días: con el protagonismo de un precursor, cameos que no gritan (metafóricamente hablando) ni sobreactúan (salvo uno o dos de ellos, pero también lo hacían en la serie, era prácticamente obligatorio) y un Tony Soprano que contempla e interioriza lo justo como para convertirse en un capo con suficientes capas como para abrigar a un andaluz en Alaska.

La dirección es sobria, sin florituras, sin épica física. La épica se encuentra en los pequeños detalles, en los pequeños (y no tan pequeños) guiños que la película regala al espectador fan de la serie, y todo eso, en mi opinión, era una empresa de muy difícil éxito. Por su duración (dos horas), únicamente los personajes necesarios (los que no conocemos) son dibujados con la cantidad suficiente de trazos como para conocerlos y comprender sus motivaciones. El resto están ahí, con ligeras pinceladas acerca de lo que fueron y lo que terminarán siendo.

Hollywood Moltisanti, Dickie Moltisanti, su tío, su amante (nombres que omito para evitar spoilers en cierta medida) y Harold (extraordinario a mi parecer, a diferencia de lo que mayoría de la crítica parece aseverar) concentran todos los trazos del metraje, y para mí son más que suficientes y satisfactorios.

La película es ciertamente cruda, no se corta un pelo (nada de woke, por suerte) y es, repito, muy sobria en su contenido y en su continente. No es perfecta, claro: deja con ganas de muchísimo más, se hace corta (aunque esto es bueno y malo a la vez) y a según quién y sus expectativas, puede resultar ciertamente “sosa”. Las cosas siempre pueden hacerse mejor, claro, pero también peor, y esta película, en mi opinión, se acerca muchísimo más al sobresaliente (sin alcanzarlo) que al suficiente (del que se encuentra notablemente lejos).

Si eres fan de la serie, no te piedas esta película. Si simplemente te gustó, no te la pierdas. Si se te hizo horriblemente lenta o menos interesante de lo que pensabas, pero conseguiste verla en su mayor parte o totalidad, no te la pierdas. Si no has visto la serie, no te la pierdas: Cabe la posibilidad de que te motive a verla, y eso es cojonudo.
ReM
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