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Mula

Drama A Earl Stone (Eastwood), un octogenario que está en quiebra, solo, y que se enfrenta a la ejecución hipotecaria de su negocio, se le ofrece un trabajo aparentemente facil: sólo requiere conducir. Pero, sin saberlo, Earl se convirte en traficante de drogas para un cártel mexicano, y pasa a estar bajo el radar del agente de la DEA Colin Bates (Cooper).
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Críticas 202
Críticas ordenadas por utilidad
9 de marzo de 2019
25 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es sin duda una película Clint Eastwood.Tiene su particular sello, su impronta, su cadencia. Está bien hecha, resulta emotiva y estimulante. Dos horas de buen cine como no suele ser de otra manera en las películas dirigidas e interpretadas por este mito viviente, superiores en cómputo global a las que sólo interviene como actor o director. Si bien tiene muchas más arrugas y ya camina encorvado, con más parsimonia si cabe, sigue dirigiendo con la misma mirada limpia.

Aún así, "Mula" está lejos de sus mejores obras, porque le sobra ese mensaje tan reduccionista, entre expositivo y didáctico: "la familia es más importante que el trabajo". Además el guion lo presenta más como premisa que como consecuencia, como un almibarado dulce que desentona entre entrantes salados.

El anciano al que Eastwood interpreta siempre ha vivido a su manera dedicándose a cultivar flores, a viajar, a ligar al mismo tiempo que descuidaba sus más elementales obligaciones familiares. Y a pesar de que sufre por el rechazo que su actitud ha provocado en su familia ya rota, en su vejez sigue actuando un poco como siempre, viajando contento mientras ejerce como "mula", divirtiéndose, llevándose bien con casi todo el mundo, sin que la ruptura familiar acabe por remover sus entrañas, por minarlo. En ese crucial punto narrativo, que viene a ser el corazón de la historia, hay una clara contradicción entre el mensaje que intenta trasmitir la película y su contenido, toda vez que nos presentan a un anciano sólo y rechazado por su familia pero que se encuentra más cerca de la felicidad que del tormento.

Quizá el guion se inspira en la vida real de Eastwood reflejando la impermeable personalidad de alguien que nunca ha vivido al dictado de nadie, ni siquiera de una implacable y todopoderosa industria cinematográfica que acaba imponiendo su criterio, sometiendo a casi todos los que trabajan en ella. Y lo mismo que el anciano protagonista de la Mula, Eastwood ha decantado su vida hacia el mundo del trabajo por delante de su familia pero sin que por ello haya pagado un precio demasiado alto (en el estreno Eastwood estuvo acompañado por todos sus hijos), por más que pueda estar arrepentido.

Pese a estas limitaciones, una película digna de verse, con un inusual y fino humor mediante el que se critica la dictadura de lo políticamente correcto, es decir, la defensa a ultranza de las formas por encima del fondo, de los hechos. Eastwood considera que la actitud de un anciano que se detiene en la carretera para prestar su incondicional ayuda a quien la necesita es mucho más valiosa, por más que vaya acompañada de un lenguaje poco idóneo ( negros o boyeras), que la "pose" de utilizar un lenguaje apropiado pero desprovisto de la más mínima acción positiva que lo secunde.

Un suma y sigue, con un carácter menor en este caso, en la grandiosa obra de un artista completo donde los haya (también aquí participa en la banda sonora), que lleva como si nada 50 largos años en la cima del séptimo arte. Habría que inventar una palabra que describiera la particular relación que se ha establecido entre su figura, entre su obra, y sus incontables seguidores, un estable, persistente y silencioso vínculo muy distinto al estridente fenómeno "fans", normalmente más efusivo y con mayor idolatría.
East
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9 de abril de 2019
53 de 90 usuarios han encontrado esta crítica útil
49/13(25/03/19) Me produce cierta pena tener que poner mal esta película, y es que Eastwood nos ha regalado tanto, pero lo peor que se puede ser con alguien tan grande es condescendiente, por tanto califico a esta película como decepcionante. El maestro Clint a sus octogenarios 88 años, en el año 2018, ha rodado dos películas, y la segunda protagonizándola (tras seis años apartado de la actuación, desde el 2012 con “Golpe de efecto”), se siente muy activo, sobre todo como cronista de historias reales del SXXI, ensalzando a héroes estadounidenses en films como “American Sniper”, “Sully” o “15:17 Tren a París”, aquí le da la vuelta y retrata a un antihéroe en este drama, con guión Nick Schenk (“Gran Torino”), pero solo deja relucir (en esta última década) que los mejores años del director de San Francisco ya pasaron, podría habernos dejado el testamento de la homérico “Gran Torino”, pero decidió seguir, lo cual es loable que sin necesidad alguna quiera seguir, pero o no es el realmente quien dirige (no descartable) o su físico cansado refleja su alma amodorrada, pues ninguna de las películas desde entonces es digna de estar en su gloriosa filmografía, se ven por lo que te quise, pero no tienen impacto alguno en el espectador (o sea yo).

Esta “Mula” se basa libremente en el New York Times el artículo "90-Year-Old Drogas mula del Cartel de Sinaloa" por Sam Dolnick, relata la historia de Leo de Sharp, veterano de la WWII que se convirtió en traficante de drogas para El Cartel de Sinaloa con más de 80 años. El agente especial de la DEA, Jeff Moore, quien arrestó a Leo Sharp, de 87 años de edad, en 2011, fue entrevistado por The New York Times sobre la investigación de Sharp, la mula de drogas más antigua y prolífica del mundo. Los derechos del artículo posterior "Drug Mule, de 90 años de antigüedad, del cartel de Sinaloa", escrito por Sam Dolnick, se vendieron a Imperative Entertainment en 2014. Eastwood consigue juntar a su lado a intérpretes de renombre como Bradley Cooper, Laurence Fishburne, Michael Peña, Dianne Wiest y Andy García, pero todos resultan entre insípidos y caricaturescos. Y es que la película provoca lo peor, el tedio, resulta redundante, maniquea, superficial, con recursos de relleno, con situaciones manidas, y con un rush final que chirría que el Titanic partiéndose en dos. Parte de una idea sugerente, pero lo adornan con un puñado de estereotipos cansinos, la historia de redención que varias veces hemos visto en la filmografía de Clint, pero sin alma, acartonada. Un film cargado de buenismo de trucos facilones para que nos caiga bien el protagonista, coronado por un final anticlimático.

Cogemos al protagonista in media res, pasando de su familia como de la mierda, familia que no tiene más característica que ponerle mala cara al abuelete, pero en realidad no sabemos porque el anciano no hacía caso a la prole (¿?). Le embargan el negocio y casa, y decide entonces ir a ver a su hija, todo relatado atropelladamente, la mujer y la hija discuten con él, pero en realidad no se saben los motivos, puesto que si es porque no le importa la familia, porque a los ochenta y tantos decide que si les importa, no hay sentido gradual ni orgánico a este comportamiento, más allá de ver a un anciano repudiado por su familia, y que esto siempre causa empatía en el espectador (puaj!). No vemos a un tipo malo con la familia, cuando en realidad lo ha sido dejándolos de lado, y no ha sido ni por el juego, el alcohol, o por ser mujeriego, al menos esto no se atisba en el metraje. Este modo de ablandar y acolchar la personalidad del egoísta (por lo poco que sabemos de su pasado) Earl me resulta tramposa, al hacérnoslo de este modo pierde humanidad, y queda en el estereotipo, encima los actos de acercamiento a su familia se basan en poner dinero, y esto chirría, pues no sabemos si le van a corresponder por cariño o interés monetario. Resulta que hay que darle una excusa para que veamos que esta mula no ha tenido más remedio que ponerse a currar de transportista para un Cartel de drogas, y entonces nos cuelan su conflicto familiar (ficticio), y que ya estaba presente en “Million Dollar Baby” y “Gran Torino”, pero mucho mejor tratado, sin almíbar de por medio, con ese recurso simplista de que la nieta si quiera al abuelo (puaj!), y en este caso para dar un sentido buenista de cuasi Robin Hood, pero esto queda impostado, y más falso que las tetas de una actriz porno.

La cinta discurre de modo monótono, sin sorpresas, sin catarsis, todo muy complaciente. La relación de Earl con los miembros del cartel me queda atan paternalista que da grima, todos caen bajo el influjo de la inocencia pura de este vejete (Puaj!), por mucho que sean tipos duros, amenazantes, asesinos, cuando se juntan a Earl parecen peluches achuchables (pùaj!), vemos un viaje tras otro de Earl, en un bucle en que la narración no va a lado alguno, relatados en tono distendido, como todo el film, sin intensidad alguna, sin tensión, todo monocorde, con paradas para que el anciano exhiba su carácter bonachón y hedonista (la comida del mejor cerdo del Medio Oeste), para hacer un chascarrillo rancio sobre lesbianas moteras, o para el clásico susto policial que la vejez salva con humor, y todo ello sin dilemas mortales por lo que hace, no se cuestiona nunca si está bien o mal lo que hace, simplemente lo hace por inercia (puaj!). Nos insertan una investigación policial parche, innecesaria, sin pulso alguno, con buenísimos actores (Cooper, Fishburne y Peña), todos meros figuras sin alma. Esta indagación recuerda en cierta medida a la que se produce en el film de Eastwood “Un mundo perfecto” (1993), en este caso el propio Eastwood de policía persiguiendo al prófugo encarnado por Kevin Costner, pero aquí todo queda ramplón, desganado, sin punch.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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8 de febrero de 2019
41 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
A Earl Stone, un octogenario que está en quiebra, solo, y que se enfrenta a la ejecución hipotecaria de su negocio, se le ofrece un trabajo aparentemente fácil: sólo requiere conducir. Pero, sin saberlo, Earl se convierte en traficante de drogas para un cártel mexicano.


Está basada en la historia real de Leo Sharp, un veterano de la Segunda Guerra Mundial que a sus ochenta años se convirtió en traficante de drogas del Cártel de Sinaloa. Ya este tipo de films era muy convocante por dos motivos: Primero, porque la historia me resulto muy atractiva e interesante y segundo, había un gran elenco y un espectacular director (que vuelve a la actuación en un film suyo, después de Gran Torino en 2008). Fue, por mi parte, una de las más esperadas de este año. A Colón llego el jueves 7 de febrero y fui a la función subtitulada de las 22:30 hs, siendo mi tercera experiencia con Eastwood en una sala de cine, tras Sully y 15:17 Tren A Paris (que tuvo mala recepción, a pesar de que me gusto).

Clint Eastwood con La Mula lo logra de nuevo, siendo otra gran película suya, en la que se destaca en todos los elementos. Vuelve a manejar la cámara de forma increíble, nos mete de lleno en la historia, como va tratando junto con el guion -muy bien escrito de Nick Schenk- el tema de familia, como no hay que abandonar a lo más importante y no dejarla en segundo plano. Me sorprendió que, en los adelantos, se veía como un drama… pero en la mayor parte verán muchos toques de comedia, mas en los diálogos y fue muy fresco, la gente que fue esa noche a verla estallaba de la risa. Me gusto el manejo de cómo si fuera una especie de film episódico, porque a cada rato nos muestran en títulos cual es el número de entrega que va haciendo el protagonista al momento de la situación, por ejemplo: Primera Entrega. También tuve la suerte de que no conociera la historia, porque durante 117 minutos tuve tensión de cómo iba a terminar.

Después, todas las actuaciones son muy buenas. Eastwood (con 88 años) como el mismo Stone hace una increíble interpretación, a pesar de que está metido en el tema de la droga y se nota que lo disfruta, logras encariñarte y lo seguís en esta aventura, con los viajes, etc. También es muy gracioso como le cuesta involucrarse con el tema de los celulares, como enviar los mensajes, entre otros elementos.

Otro punto interesante es la ‘’subtrama paralela’’ que tenemos con el personaje de Bradley Cooper como un agente de la DEA, Colin Bates. Esta muy bien conseguido su interpretación, haciendo una buena mancuerna con Trevino, interpretado por Michael Peña.

Y como último elemento positivo, la música y la fotografía son muy buenos.


Hoy dos mini-criticas que tengo con este estreno, que no dañan en absoluto la experiencia, solo que me chillo un poco:

Punto Uno: Al personaje de Andy García (Laton) lo encontré desaprovechado, me hubiera gustado verlo en más escenas.

Punto Dos: Hubo un salto de tiempo que no me gusto. La historia comienza en 2005, pero de una escena a otra ya estamos en 2017, habría funcionado con otra escenita más en el medio.


En resumen, La Mula es un peliculón que los fanáticos de este gran actor y director no se deben perder. El guion, la dirección y las actuaciones son muy solidas, directamente va a mis favoritas del año.

Nota: 9.5/10
Verde, Pulgar Arriba.
Mauricio Bravo
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9 de abril de 2019
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi admirado Clint de películas como Bird, Sin perdón, Los puentes de Madison, Mystic River, Medianoche en el jardín del bien y del mal, Million Dollar Baby, Un mundo perfecto… nunca hubiera hecho esta película. Admito que tiene mérito, con 89 años, dirigir e interpretar, pero no deja de ser una película amable.... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
juanma goñi
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19 de agosto de 2019
40 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos hayamos ante la que muy probablemente sea la peor película que ha hecho Eastwood con diferencia. Si no fuera por quien la firma, bien se podría confundir con una cutre película del destape.

No hay ni un sólo personaje masculino con el que empatizar, son todos malos, delincuentes, puteros, o tontos. Nadie al que admirar. En cuanto a las actrices más de lo mismo, ni una con un papel relevante, o prostitutas o amas de casa, ocupando siempre lo más bajo de la escala social. Es una película irrelevante que no te enseña nada, y que te deja sensación de vacío y vergüenza ajena.

Tan alejada de joyas como Million Dollar Baby, es una lástima que probablemente su última película sea un absoluto despropósito.
Ripley
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