Johnny Palillo

benigno, na:
- Templado, apacible.
- Comprensivo, indulgente, afable.

Este señor me hace pasar un buen rato siempre que lo veo. Su forma de hacer y ver la vida hace que saque una sonrisa y me distancie un rato de las penas de este mundo. Si todo el mundo actuase frente a la vida como lo hace él en sus películas, sí que sería realmente bella.

Gracias, Roberto. Gracias, Johnny.

Roberto Benigni dirige esta comedia, y la interpreta junto a su mujer como casi toda su filmografía.
Se trata de un cine que recuerda mucho a las comedias de hace años en España, con ese estilo de humor tan Mediterráneo, y que en cierto modo uno se siente un poco identificado.
Nos encontramos básicamente ante una historia de enredos que está llena de momentos que se sostienen en las confusiones de los personajes. Una historia que cuenta con diversos gags que no funcionan todos por igual.
Indicar que la historia en sí es divertida, y que la trama tiene para sacarle mucho partido. Una trama que me imagino que en su día funcionaría muy bien, y en Italia sería un gran éxito.
El problema está en que creo que el paso de los años no le ha hecho nada de justicia a la película, y cuenta con momentos que resultan todos un poco falso. A ello ayuda unas interpretaciones totalmente sobreactuadas y poco creíbles. Aunque he de decir que la excepción la pone Roberto Benigni, el cual me ha resultado un poco estridente, pero no me ha molestado.
No sé muy bien como explicar esta dualidad que tengo, ya que en sí la historia es divertida, y cuenta con momentos graciosos. Pero en mi opinión se ha quedado un poco antigua.
En fin, trama divertida llena de gags y engaños que recuerda en cierto modo al cine clásico de los hermanos Marx (con esencia italiana), pero que gracias a un montaje bastante malo y a unas interpretaciones poco creíbles no consigue conectar del todo. Una pena, ya que me imagino que en su momento funcionaría muy bien, pero no ha conseguido ganar la batalla de los años, y la risa surge en algunos momentos; y la sospecha de posibles risas en la mayoría del metraje.

Roberto Benigni interpreta al estilo de personaje cómico que años más tarde le ayudaría a ganar un Oscar. Excéntrico, optimista, enamorado, altruista e inocentón, pero privado de cualquier tipo de maldad. El planteamiento de esta película no es la primera vez que se usa (un personaje que se parece físicamente mucho a otro), pero el punto fuerte es el manejo de las confusiones y las situaciones hilarantes que se generan en los diálogos. Esos recursos ayudan a refrescar el típico humor slapstick y le dan una mayor simpatía a la obra.

La estrella, sin duda, es el mencionado Benigni, pues el resto de personajes ni son tan expresivos ni destacan especialmente. Da la impresión de que el protagonista actúa con una enorme naturalidad y su personalidad choca con un mundo de mafiosos y corruptos. En cuanto a María cumple su papel con corrección y especialmente en los momentos clave.

Ahora bien, no puede considerarse una película apta para todos los públicos más que por su argumento principal por la reiteración de algunos gags que señalo en spoiler.

Cuesta ser coherente con uno mismo. Esta comedia sencilla y agradable da lo que promete, pasar un buen rato, nada más.

Para que una comedia destaque, el humor debe ser muy brutal y debe sonar a algo radicalmente original, tiene que tener grandes escenas, pero a veces solo nos guiamos por unos protagonistas carismáticos o por la crítica contundente a situaciones habituales.

Estaba viendo mis puntuaciones a comedias primerizas relativamente intrascendentes de Roberto Benigni que funcionan a base de clichés, pero sobre todo a innovaciones de la personalidad paródica de Benigni, y me preguntó por qué las valoro tanto, si no se las merece. Supongo que será el cariño de los recuerdos.

Las comedias de Benigni llegaron a España en los 80 y 90 y eran diferentes a lo que estaba acostumbrado el público, con su estética de Telecinco italiana: colores pop, chicas guapas, y todos los tópicos estéticos distinguibles a la legua...

Eso nos marca la parte de infancia y la adolescencia ingenua de muchos. Esta comedia no aporta absolutamente salvo la personalidad y el humor sano de Roberto Benigni, el casting resulta surrealista Benigni no consigue ni de lejos parecer un gánster de verdad, tampoco Nicoletta Braschi entra en ninguno de los estereotipos de la mujer de un gánster. Aunque hay algún secundario que sí da el pego no lo hace con la introspección que se le supone a alguien que debe ser cauto por vivir al margen de la ley por delitos de sangre.

Toda la trama está basada en clichés previsibles.

Decir que se trata de una obra menor del soberbio director italiano no minimiza este film en la más mínimo.
Tengamos en cuenta que Roberto Benigni no se anda con chiquitas. Sabiendo que el director tiene en su haber joyas como La Vida es Bella, El Tigre y la Nieve, y El Mostro, se entiende que Johnny Stecchino merezca el mote de "menor".

Dante es un hombre tranquilo y simple que dedica a llevar chicos con discapacidad mental con su micro. Un día, en medio de su pequeña existencia se cruza con María (quien casi lo atropella), una mujer de la que se enamora instantáneamente.

María lo invita a Palermo, donde ella vive, un mundo más hostil y sorpresivo de lo que él está acostumbrado.

En la línea "inocente" que caracteriza cada film del director, con toques de humor que luego veríamos más pulidos en las subsiguiente películas, Johnny Stecchino apuesta a divertir y emocionar.
Se la nota más tosca que La Vida es Bella o El Tigre y la Nieve, no es tan divertida como Il Mostro, pero que más da...vale la pena verla.

Una muestra evidente, en una época en que todavía no era destacado a nivel mundial como lo sería luego, de que Benigni ya pintaba como gran director.

Sin muchas pretenciones, 100 gratos minutos que no brillan, pero...
tiempo al tiempo.