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Un rey en Nueva York

Comedia. Drama Shahdov (Charles Chaplin), rey de Estrovia, tiene que huir precipitadamente de su país al estallar una revolución. Llega a los Estados Unidos sin recursos económicos, pero una joven publicista de televisión (Dawn Addams) le sugiere que protagonice algunos anuncios, aunque no parece la persona más adecuada para este trabajo... Penúltima película del maestro Chaplin, que tres años antes había tenido que exiliarse de Estados Unidos debido ... [+]
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Críticas 25
Críticas ordenadas por utilidad
6 de noviembre de 2006
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obra nacida como crítica al "Macarthismo" o "caza de brujas" llevada a cabo por el ferreo senador, que salpicó vergonzósamente el mundo del celuloide, y que provocó que muchas carreras y trabajos en la meca del cine se quebrasen por el fanatismo anticomunista existente en los Estados Unidos.
Chaplin, obligado a exiliarse por sus ideas comunistas, se despacha gusto con el film, satirizando la sociedad americana y su aversión todo lo comunista.
Este poco conocido film relata la historia de un rey que llega a Nueva York, tras una revuelta en su país, y que para subsistir se ve obligado a vender su imagen. Finalmente, tras ser acusado de comunista, huye de una sociedad en la cual jamás se sintió adaptado.
El director utiliza el arma que mejor sabe y tanto éxito le otorgó en pasadas películas: el humor, para ironizar sobre situaciones que le preocupan, en este caso el rechazo ideológico que sufrió en sus propias carnes, sin embargo la película resulta mucho inferior si lo comparamos con sus films anteriores.
o0_oscar_0o
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19 de julio de 2011
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obra menor de Chaplin ya al final de su carrera, donde sin dejar de lado sus retazos geniales no logra una película tan redonda ni completa como anteriores trabajos, aunque sí se sustenta de manera muy firme sobre una crítica social de forma suavemente cómico pero en el fondo, agresiva, hurgando en la herida y en definitiva, poniendo en su particular altavoz las injusticias que se cometieron hacia el propio Chaplin en EE.UU. y sus paranoias de la época (es curioso como el tiempo pasa y las paranoias en EE.UU. cambian, pero siempre tienen alguna cruzada contra alguien o algo. Lo que antes eran los negros o los comunistas, ahora son los terroristas. El caso es que la población tenga miedo a algo...).

'Un rey en Nueva York' cuenta una historia de retales y retazos, su comedia funciona y eso es incuestionable, pero le falla en el aspecto de ser una película compacta. Muy irregular en sus diferentes partes, buenos aspectos de drama (la primera conversación con Rupert, el niño interpretado por Michael Chaplin es épica) y buenos de comedia (esa parte final en el ascensor...), sin embargo no tan bien enlazados y no siempre interesantes ni manteniendo la atención completa del espectador.

Le faltan muchos detalles por pulir y se queda en un film con intenciones muy claras de lanzar un mensaje duro y contundente a través del humor, pero narrativamente no es ningún prodigio.

El apartado técnico tampoco ayuda y aunque está correctamente realizada y sus planos, sin ser nada del otro mundo son interesantes, ya en 1957 se podía pulir aspectos como el montaje y el raccord (continuidad), que produce numerosos fallos, algunos tan notables que te despistan de la acción.

Sobresale la actuación del pequeño Michael Chaplin, muy creíble en su curioso papel, mientras que Charles Chaplin con su sola presencia ya llena la pantalla aunque en esta ocasión se le puede calificar de correcto sin más. Buen trabajo de Dawn Addams como "la chica" del film, muy vivaz.

Película aceptable como tal, aunque con muchos más alicientes que su simple calidad para que su visionado sea interesante. Chaplin es Chaplin, y Chaplin es CINE.
Alvaro
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22 de julio de 2009
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Había visto ya los "clásicos de Chaplin" y me dispuse a ver esta peli sólo por curiosidad y ante mi propio asombro me ha gustado más que alguna de los considerados clásicos! Muy divertida, sobre todo los primeros 3/4 h.

Chaplin ya había criticado la producción en cadena o fordismo en Modern Times, el fascismo e intolerancia en The Great Dictator, la hipocresia social en Monsieur Verdoux y sólo le quedaba lo que se deriva de la sociedad de consumo: una publicidad engañosa que vende la felicidad en mayúsculas cuando a lo sumo se alcanzan instantes de pseudofelicidad comprando sus productos, un culto al cuerpo desaforado y una obsesión enfermiza por la eterna juventud.

Esta crítica a la cultura de masas la hace en esta inteligente sátira sobre el capitalismo con EEUU como máximo exponente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Irene
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26 de noviembre de 2010
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Charles Chaplin nunca pudo evitar en su etapa del cine sonoro rasgos de su cine mudo, como tampoco evitó mostrar, y a conciencia, que era un genio en el cine mudo y que lo fue, casi siempre, en el sonoro.

Los mensajes de Chaplin en su cine (porque sus películas siempre llevan mensaje) son los del pacifismo y el NO a la guerra, aunque en ésta que nos ocupa no duda sacar a relucir la energía nuclear, eso sí, con fines para mejorar la vida humana, no para exterminarla.

Charles Chaplin sufrió el acoso de la llamada “caza de brujas” que encabezó el lamentable senador Joseph McCarthy y al final tuvo que abandonar Estados Unidos, por lo que tenía una deuda pendiente.

“Un rey en Nueva York” mezcla elementos cómicos con una crítica directa, aunque tan vehemente como esencial, a esa fase de la historia de los E.E.U.U, concentrando toda su acidez en la figura de un niño, aparentemente inocente y al que se pervierte en su futuro, con la trágica pérdida de la inocencia; en esta ocasión por motivos políticos. Resulta elocuente sobre todo esa contradicción perversa donde el país de la libertad y el progresismo cercena al mismo tiempo esa libertad, tanto de expresión como de ideas.

La película es agradable de ver, y desliza su discurso político (y moral) sin estridencias ni esperpento y cierra su historia de la única manera posible. Un progresista como Charles Chaplin ha de volar en libertad y hacia donde ésta quizás exista. Cada vez es más difícil saber donde ocurre eso, pero Chaplin parecía tener fe en el ser humano, por lo menos en unos pocos.
Manu_el_Ruiz
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24 de enero de 2011
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un Rey en New York es la crítica de Chaplin a la “Caza de Brujas” de los años 50. Es su venganza a una sociedad norteamericana que pasa de adorarlo a obligarlo a exiliarse por sospechas de comunismo. Y más ampliamente, es un retrato de la sociedad de la época, que vivía en un auge capitalista y de apuntalamiento del American Way of Life, con su omnipresente publicidad, su entretenimiento frívolo, y su inmensa maquinaria de adoctrinamiento de masas son respecto al papel de EEUU en el mundo moderno. Y es en este sentido donde Chaplin acierta plenamente en clavar su dardo y mostrar una gran valentía e implicación con la sociedad. El contenido de la película, encuadrado en este contexto metafílmico es muy bueno, pero eso no disimula para mí algunas de las carencias puramente fílmicas de la película:

-El humor está falto de gracia, y sobretodo de ritmo. Algo pasa con el humor en esta película. En contadísimas ocasiones me arrancó una sonrisa, a mí y a toda la sala donde la vi. Cabe preguntarse si era necesario el humor en un film de este tipo, pero asumiendo que Chaplin sea incapaz de vivir sin él, encuentro los gags muy poco inspirados. No pasan de inocentones y caducos “pastelazos en la cara”. ¿Donde está el canallismo y la picardía de Charlot? ¿Dónde esas situaciones inverosímiles pero en la que podemos vernos reflejados a nosotros mismos o a nuestros más ocultos pensamientos y deseos? Si el Humor es Drama+Tiempo, Chaplin no supo cómo cuajar el segundo ingrediente, quedando siempre las bromas como retardadas, congeladas en la nevera, y bastante infantiles para un film de madurez artística como éste. Recordar solamente los niños en la escena del orfanato, dónde lanzan bolitas de papel al Rey Shadov cuando no mira, y un niño pastelero usa el dedo de hurgarse la nariz para hacer pasteles. El equivalente actual de este gag sería la tarta de manzana en American Pie por lo menos...

-La puesta en escena es teatral y artificiosa. Todos los planos y su movimiento interno de personajes, acciones, etc. se plantean desde esa frontalidad tan típica de la comedia, y sobretodo del cine mudo. Salvando las distancias, y pese a ser filmada en Inglaterra quizá no con muchos medios, estamos en 1957. Tan sólo tres años después se estrenará El Apartamento, y hay un mundo entre una y otra. La comparo con El Apartamento porque no es una película de acción ni de grandes filigranas técnicas, pero en cambio tiene una puesta en escena actual cuanto menos. Una resiste el paso del tiempo, la otra no. Aquí se evidencia una falta de adaptación de Chaplin a las nuevas técnicas y al nuevo lenguaje. El tiempo no pasa en balde lamentablemente... Y esto se puede aplicar tanto a la cámara, como al montaje, la interpretación, los decorados, etc. Imposible desprenderse de la sensación que detrás de la cámara hay un set de rodaje, con un cámara, un sonidista, un chico de producción con los cafés... pero no un director, que lamentablemente no puede estar en dos sitios a la vez.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Olivares
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