La primera noche de mi vida

Albadalejo es una fuente para las comedías y las historias sencillas que surgen sin mas. En esta película es un claro ejemplo de ello. Construye la película con unos personajes fácilmente reconocibles y sin teñirlos de irrealidad. Hace un film sencillo. La historia de varias personas en la nochevieja de 1999. Debería ser un ejemplo de sencillez.

Es un largometraje que se vende como una comedia, pero, la verdad, de comedia no tiene demasiado, centrándose más bien en un costumbrismo amable como el desarrollado por el cine español en décadas pasadas, y al que se trata de poner al día con situaciones que se pretenden graciosas, chocantes, chispeantes o simpáticas, por ejemplo las guardias civiles comprando compresas en una gasolinera. Las diferencias entre ricos y pobres en Navidades son todo un cliché que la película aprovecha para hacer una crítica social que se pretende incisiva, sin conseguirlo. Mariola Fuentes y Carlos Fuentes, componiendo una pareja bastante poco creíble, son, sin embargo, dos de los personajes más convincentes.

Fue un largometraje bien valorado por la crítica, demasiado en mi opinión, y en ello seguramente tuvo que ver el que fuera el primer largometraje de su director.

Una película que transcurre entre un cruce de carreteras de la M50 donde había barriadas de chabolas, pero ya están construyendo pisos.Y dónde una chica como el padre es vagabundo, a pesar de haber sido mecánico, se enrolla con un chico de la chabola, que a su vez, es tio, y tiene una hija que va a tener un hijo con uno que es trabajador social.
Que va a ser la salida de la chabola.
Si que se ve que a pesar de la miseria, es una película tranquila, y animada, junto con las que trabajan en el supermercado de carreteras, en la que hay una de ellas, que está embarazada, no se sabe muy bien si del del supermercado, que parece ser que sí.
Y ya está de dos meses.
Por eso, se ve ciertos puntos de marginalidad, social, una que se enrolla con el jefe para estar siempre en el trabajo, ya que están en la miseria. Otros que están en el barrio de chabolas, pero en conjunto es una película para pasar el rato, y que está bien traída, y donde se ve, que no hace falta aparentar, ya que el que va de vagabundo está de mecánico, y los otros van muy bien vestidos, pero viven en chabolas.

Opera prima de la pareja Albaladejo-LIndo, neorealismo de entresiglos, cine costumbrista con conciencia social, en el que una serie de personajes prototípicos de influencia berlanguiana, construyen una entrañable y navideña parábola coral…

o, lo que es lo mismo, un truño de tamaño descomunal.

Vale que cuando se hizo la película no existía Google maps, pero no es necesario tener un GPS en la mano para darse cuenta que la ida y venida de personajes por las calles de Madrid y alrededores es un desvarío geográfico y cinematográfico mayúsculo que hace que algún protagonista llegue andando en cinco minutos al mismo lugar que a otro le cuesta una hora en coche.

No se trata de un mero ejercicio de precisión sino una metáfora de lo que es toda la película, un desvarío de personajes inverosímiles que intercambian diálogos inverosímiles en situaciones inverosímiles generadas por encuentros inverosímiles en un divagar inverosímil para llegar a un final absolutamente inverosímil.

Dado que la “película” se convierte en un mero panfleto de moralina social, es necesario señalar que incluso como panfleto da vergüenza ajena. La delincuencia, el robo, el consumo de estupefacientes al volante, la conducción por menores indocumentados o la violencia contra los menores y las mujeres vienen justificados y disculpados por el origen humilde de los infractores, seres desorientados pero bondadosos, afligidos por una sociedad que no ofrece oportunidades a los más desfavorecidos (que es el mensaje que destila la película y que viene verbalizado por un Muñoz Molina que se debía de sentir tan avergonzado por las majaderías que le hace decir la parienta que ni se le oye cuando las dice).

Los actores se dividen entre los que hacen lo que pueden con unos diálogos lamentables y los que los aderezan con una actuación igual de lamentable (mención especial al amigo tonto pero bueno o bueno pero tonto del “Joni”), pero ya que tienen que pasar por el escarnio eterno de que su jeta aparezca en esta deleznable película prefiero centrarme en otros que seguramente se marcharon de rositas: las voces en off al teléfono de la mujer del lerdo del coche y del jefe de policía merecieron en su momento el premio voz de falsete de radionovela.

En definitiva una película que hará las delicias de toda familia progre. Que la disfruten.

Diferencias sociales y económicas, personajes realistas y simpáticos. Está bien hecha, bien escrita, bien interpretada pero me cuenta poco o nada.
Al principio es aburrida, le cuesta arrancar (como una media hora) y luego arranca pero ya no te importa.

Si es o fuera la primera película de su director no tiene que fustigarse, es un comienzo digno como carrera profesional, de hecho hizo unas cuantas más después y mejores.
En esta se muestran buenas trazas de su buen hacer.

Es un film muy facilmente olvidable.