El Zorro

Después de la pifia que supuso "El tulipán negro" (1964), con los mismos ingredientes que esta, héroe popular vestido de negro y con espada en mano que se bate contra el poder, protagonista, el atractivo Alain Delon, y factura europea, francesa la primera, italiana la segunda, le tenía miedo a la presente "El Zorro". Pero resulta que me he encontrado con una obra bastante entretenida, aunque quizás se podría haber mejorado recortando unos 20-15 minutos y hacerla así más dinámica. Se trata de una película de aventuras con un aire muy clásico pero también con mucho humor, Alain Delon está graciosísimo como amanerado gobernador pero también su tía en la ficción, Adriani Asti. Acompañan en el reparto actores de varias nacionalidades, hay varios españoles incluso, destacando Ottavia Piccolo, cuyo parecido con Isabel Pantoja es notable, en el papel de la presunta chica del héroe. Tampoco me olvido de Asesino, que es un máquina. Hay que verla para saber de quién os hablo.

En realidad, "El Zorro" pertenece a ese género extinto de cine más infantil que juvenil, es apta para todos los públicos, que también puede gustar a las personas más mayores, principalmente de aventuras, ligero, simpático, idealizado y que ante todo busca fascinar a la chiquillería. Es muy probable que si la hubiera visto de niño me hubiera emocionado con este Zorro, de hecho, el duelo final a espada lo ha conseguido. Lo último que se ha hecho parecido a esto diría que es la saga de "Indiana Jones", entre 1981 y 1989, me refiere a las tres primeras. Ahora el cine es casi siempre para adultos aunque sea de dibujos animados y partan de la idea de que el espectador le gustaría vivir en una juventud permanente o bien sea estúpido. Sea como fuere, conviene saber, el primero yo porque nunca lo he tenido claro, que el Zorro es un personaje que apareció por primera vez en 1919 de la mano del escritor norteamericano Johnston McCulley y cuyas adaptaciones han sido una infinidad.

Quizá porque encontrarme con mi admirada Adriana Asti siempre me inclina a un juicio favorable, quizá porque se trata de la pura suplantación de un héroe admirado (Alain Delon sólo aprovecha la fuerza del mito), me ha gustado esta prolongación ultramar de su figura. La derrota, casi incruenta de un tirano es siempre bienvenida.
Por no hablar de la belleza pictórica que componen el chavalín (Niño) con su sombrero, pura delicia.
Delon, rebosa ironía, actitud que le va bien al personaje de la historia; de hecho desde el principio sabemos que saldrá triunfante, el ZORRO siempre gana...

En los años 70, los italianos han hechos grandes y famosos films, descartando a Salo y a Calígula, pero este film del famoso héroe enmascarado es increíble, y le supera a todos los que se hicieron de ese país.
Diferente a la historia que conocemos, posee mejores vestuarios, al igual que los uniformes, y porque si un gran realismo, y mejor escenografía que no deja de sorprender.
No podían faltar el sirviente mudo y el gracioso sargento García, esta vez interpretado por Moustache; aunque no tiene mucho romance, pero si entre el prusiano y la tía falsa de don Diego.
Para mi es una de las mejores producciones que han hecho los italianos, y porque si, hay que comprender lo que hacen.

Curiosa co-producción entre Italia y Francia, y rodada en España, con Alain Delon como cabeza de serie, que la rodó según confesó él mismo, al querer dar gusto a su hijo, fan número uno del Zorro.
Y lo que se consigue es que la película pase de ser una serie B, que era lo general en las producciones europeas con el singular personaje, a ser casi una serie A, al menos en cuanto a presupuesto se refiere.
Y es que el empaque técnico es competente, con una buena fotografía de Giulio Albonico, marchosa música (marca de la casa) de los hermanos De Angelis, y unos intérpretes reconocidos, como el gran Stanley Baker (fallecería apenas el año después del rodaje de este film y se nota en su mirada y expresión que ya estaba herido de muerte) y/o Giacomo Rossi-Stuart.
Otra cosa es el resultado final como cinta de aventuras... que no llega a convencer pese a aciertos ocasionales.
Es muy irregular y tiene buenos momentos, como la lucha final entre los dos protagonistas (aunque ciertamente algo alargada), o aspectos humorísticos, como cuando El Zorro juega al torero y toro con el orondo sargento o como la coña de un personaje cuando le dice voz en alto a Stanley Baker, que tiene mucha prisa por irse a caballo, aquello de "Mi reino por un caballo" (Stanley Baker fue el co-protagonista de "Ricardo III", de Laurence Olivier), donde se dice la mítica frase inmortalizada por un tal Richard Shakespeare...).
El montaje es muy bueno y el metraje muy alargado, pudiéndose haber acortado unos quince minutos perfectamente.
En fin, que no está mal pero tampoco bien. No aburre pero se hace larga (porque lo es).
En definitiva, que sí, que se puede ver, pero...

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