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Mejor otro día

Comedia. Drama Cuatro personas se reúnen en la víspera de Año Nuevo en uno de los edificios más altos de todo Londres con la intención de saltar al vacío. Ellos son Martin (Pierce Brosnan), un famoso personaje de la TV caído en desgracia. Maureen (Toni Collette), una madre soltera con problemas. Jess (Imogen Poots), una descarada adolescente, y JJ (Aaron Paul), un joven músico que sobrevive como repartidor de pizzas. Los cuatro están desesperados, ... [+]
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Críticas 28
Críticas ordenadas por utilidad
30 de julio de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con un inicio impactante y prometedor la película se desarrolla por unos cauces de simpatía, ligereza, agilidad y frescura, un conjunto de sentimientos afines muy llevaderos que te colocan en una aptitud de grato recibimiento, alegría dispar y bienestar agradecido.
Historia afectuosa, cómoda y divertida por momentos que no se complica su existencia, una apuesta por la vida poco penetrante y de fuerza nada deslumbrante pero encantadora, de sonrisa afín y cordialidad mutua que te despierta sensaciones de acogimiento, ternura, alegría y comprensión.
Cuatro estupendos actores que con su esforzada, genial y magnífica interpretación mantienen el nivel de la historia a buen recaudo, personajes queridos que forman un equipo ameno que busca tu empatía y afinidad sin provocar lágrima alguna, con la esperanza de alguna carcajada esporádica y la confirmación del encuentro con un relato de intensidad leve, efímera exigencia y una leve exposición que busca tu aprobación, tu abrazo y tu amistad.
No vas a encontrar sorpresas ni giros inesperados ni momentos de gran jolgorio o profundo sollozo en un guión amable, dulce e indeciso en su mezcla de superficialidad y serenidad, pena y alegría, dolor e ilusión, un confort generalizado que , como quien busca busca ser tu amigo, te ofrece dosis pequeñas de tristeza, diversión, dramatismo, desesperación, fugacidad..., un pasar el rato, un dejarse querer simple, llano y de obvia sencillez.
Su venta y marketing levantan unas expectativas que sólo se confirman a medias, una escasa oferta donde son más tus ganas de aprecio y cariño hacia ella que el entorno creado por la historia, que lo que ella muestra y aporta por tanto..., si acudes con esa predisposición, con ese espíritu preparado y abierto a la recepción del entretenimiento breve y sutil, bonachón, ingenuo y dicharachero te será suficiente, despertará tu afectividad más cordial y positiva aunque..., también puede darse el caso de una marcada y nula recepción por tanta nimiedad y tontería, ofuscación por un argumento que ofrece la misma distracción que jugar al parchís con tu abuela, es entrañable la compañía, tiernas las historias que relata, cálida la sensación recibida pero lejos de una estupenda juerga con los amigos, de una potente noche de diversión y alegría.
Sólo hay que escoger el instante adecuado y oportuno para verla sabiendo los límites de lo que ofrece.
La teoría dice que hay un momento y tiempo para todo, que cada cosa y entidad tienen su lugar y su espacio.
Elígelo bien y no te defraudará.
La humildad y complacencia del adjetivo "bonita", en ciertas ocasiones, puede ser gratificante y de hermosa validez.
Para esta película va que ni pintado.

http://lulupalomitasrojas.blogspot.com.es/
lourdes lulu lou
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1 de septiembre de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comencé a verla esperando una comedia sin más, no absurda porque si no, no le hubiera dado la oportunidad, pero bueno, otra más del montón. Y me encuentro con una película que en cierto modo transmite. No es una obra maestra y no sobresale por nada, pero todo lo que hace, sea más o menos, lo hace bien. No se le puede criticar en nada.
aegis
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14 de abril de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos los años, hay dos o tres fines de semana, que al repasar los estrenos de la cartelera de ese viernes, da la sensación de que te están vendiendo una serie de saldos que por otro lado no tendrían cabida en ningún otro momento.
El pasado viernes ha sido uno de esos días, que no invitan para nada a acudir a las salas cinematográficas.
Dentro de las propuestas se encuentra esta cinta británica que bien podría considerarse el estreno más importante. Pero nada más lejos de la realidad.
La nueva película protagonizada por Pierce Brosnan es un drama tan anodino, que su visionado sin herir excesivamente la retina, de lo tópica e inocente que es, da como resultado una de las sesiones más olvidables de lo que llevamos de año.
Es una historia que parte de una situación un tanto incoherente, con muchas posibilidades, pero con poca garra en su desarrollo. Su arranque da lugar a pensar que el relato vaya a ahondar en la vida de los cuatro personajes durante las semanas que separan Fin de Año del día de San Valentín. Por el contrario se convierte en una serie de peripecias, donde el grupo intenta encontrar el sentido de la vida con un tono ligero y sin excesivas pretensiones.
Intuyo que agradará a cierto sector del público, y que bien podrá ser utilizada como terapia de grupo vitalista en busca de aquellas pequeñas cosas que nos hacen felices a todos.
Un título bienintencionado pero con unos personajes incompletos interpretados por una serie de actores que aún siendo competentes, terminan entregando un trabajo demasiado caricaturesco.
Repasando los créditos descubro que el guión está basado en una novela del autor que ha dado lugar a títulos tan interesantes como “Alta Fidelidad” o la magnífica “An Education”. No hace falta leer el libro para intuir que en su adaptación al cine ha sufrido una mutilación importante.
Yo si fuera el representante de Pierce Brosnan ya estaría buscando otro empleo.
Francisco Javier Millan
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11 de abril de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
''¿Qué es más gracioso que un niño ahorcado?'' Con esta desafiante preguntaba empezaba aquel chiste que nosotros, los niñatos, empleábamos básicamente para romper con el humor escatológicamente correcto que habíamos mamado a lo largo de nuestros primeros años de vida en ese complejo y bastante incomprensible mundo del humor. Cuando creíamos que la caca, el pipí y los pedos ya no podían dar más de sí, llegó la hora de reinventarse y de explorar los peligrosos pero a la vez híper-fértiles campos de la mala hostia. La revolución, por sus motivaciones, y sobre todo por su ejecución, fue bastante patética, pero a nosotros nos sentaba de maravilla. Nos sentíamos, precisamente, inteligentes, provocadores y, lo más importante, auto-realizados. Se trataba, básicamente, de que alguien siguiera riéndonos las gracias. Y así sucedía. De modo que, ''¿Qué es más gracioso que un niño ahorcado?'' (pausa dramática) ''Pues un niño ahorcado vestido de payaso.'' Para mearse encima.

Siguiente pregunta: ¿Qué es más gracioso que una celebrity a punto de tirarse desde lo más alto de un edificio? Respuesta: Una celebrity a punto de tirarse de un edificio, perseguida por un escándalo de pederastia ¡Pum! Más madera: ¿Qué es más gracioso que todo esto? El que la intimidad del pobre diablo en un momento tan crucial de su agonizantes vida se vea quebrantada por la intrusión de un segundo personaje con exactamente las mismas intenciones que él. Ya llevamos dos, pero hay más. Las carcajadas van en aumento cuando aparece en escena otro personajillo, el de una chica con evidentes problemas mentales, seguramente causados por un egocentrismo desmesurado. Tres suicidas se balanceaban sobre una cornisa... y como veían que se aburrían, llamaron a un cuarto. Resulta que, desde el principio, estaba presenciando la escenita un pizzero que obviamente no ''pasaba por ahí'' para admirar las vistas nocturnas de la City.

Y ahora sí. Ya está. Es imposible que haya algo más gracioso que... esto. Con esta cima insuperable del humor empieza la nueva película de Pascal Chaumeil, y claro, a partir de ahí sólo se pude ir hacia abajo. Es el problema de calcular, con previsiones de cien metros lisos, lo que al fin y al cabo es una carrera de fondo. A los quince minutos de metraje es cuando el filme que ahora nos ocupa hace el -primer- amago de terminarse y de convertirse, consecuentemente, en un bobalicón pero mínimamente agradable cortometraje. Desgraciadamente, el manual de la explotación en las salas comerciales le exige ser un largometraje. A partir de ahí, todo está perdido. Al menos, tal vez (y sólo tal vez), pueda aspirarse a hacer reír al personal. Porque, ¿qué es más gracioso que un corredor de larga distancia empezando con un sprint digno de Usain Bolt? Fácil, comprobar cómo, efectivamente, el tipo se desfonda a las primeras de cambio y cómo incluso las bajadas se le hacen cuesta arriba.

El show se titula, por cierto, 'A Long Way Down' (cuyo equivalente aproximado al cristiano sería ''Una larga caída''), lo cual no se sabe del todo bien se refiere a los impulsos suicidas de los protagonistas o a la papeleta que nos espera. Como era de esperar, aquí en España, esa milenaria (¿seguro?), extraña (seguro) y sin lugar a dudas graciosísima nación situada en la punta más nórdica de África, nos toca cargar con un título que nada tiene que ver con el original pero que, sorpresas de la vida, se adecua perfectamente a lo visto / sufrido. La lotería se ha decantado esta vez por 'Mejor otro día', puñal envenenado que puede clavarse muy maliciosamente en todos los aspectos del filme en cuestión. Por ejemplo, después de ese arranque supuestamente desternillante e insuperable, se podría haber hecho un esfuerzo para tratar que los posteriores golpes de efecto del espectáculo no se vieran tan descaradamente eclipsados por el que sirve a modo de presentación... pero por lo visto, alguien decidió que era mejor dejar esta tarea titánica... para otro día.

El ''Mejor otro día'' convertido pues en mantra de Pascal Chaumeil, quien no desaprovecha el viaje al Reino Unido para lucir en el extranjero su tan característica mediocridad, reconocible no sólo por el agradable envoltorio con el que ésta suele venir empaquetada, sino también por la incómoda moralidad que se le inyecta. Así, tanto 'Los seductores' como 'Llévame a la Luna' (sus anteriores trabajos), más que ser dos tontas comedias románticas, eran en realidad (sobre todo la primera) dos peligrosos tratados sobre la impunidad (incluso las recompensas) de tratar a la gente como una mierda... con un empate técnico, eso sí, en el tan desgastado ring donde se celebra la eterna guerra de sexos. El reto ético-diabólico de su nuevo filme consiste en reírse de aquello de lo que teóricamente debería invitar a la lágrima. Es como si, por ejemplo, a alguien le diera por contar un chiste sobre niños vestidos de payaso que aparecen colgados de un árbol. Cuidado, puede que lo que en boca de unos mocosos significara una revolución de lo más estúpida, en manos de gente más dotada dé algo con más valor, o al menos con más fundamento, más allá de la risa más efímera.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
reporter
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29 de agosto de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película tiene el dudoso honor de hacerme escribir mi primera crítica en Filmaffinity. Ha habido muchas, muchas películas que, en principio, deberían haber sido susceptibles de pasar por la criba de mi critica, ya sea en positivo o en negativo. Muchas películas maravillosas, que me han encantado y otras muchas pésimas con las que hubiera dado gusto despacharse sin piedad... esta claro que no he tenido esa necesidad por falta de motivación, la verdad.
Pero lo que ha hecho que me decida a dar mi opinión es la sorpresa. Aún no me puedo creer que teniendo en cuenta el elenco de actores, que podría considerarse, al menos, buenos actores (Aunque a mi no todos me gustan pero he podido disfrutar de ellos en algunas películas increíbles -o series, en el caso de Aaron Paul que esta inconmensurable en Breaking Bad-), teniendo un guion cuya sinopsis da la impresión que daría para mucho mas y un presupuesto del tipo americano, es decir: que por muy ajustado que fuera siempre debería dar para optimizar recursos, un director no haya sido capaz de sacar el mínimo partido....
He leído por ahí que la película intenta ser un drama teñido de tintes de comedia que intenta sacarnos una sonrisa cómplice a base de recrearse en los miedos mas comunes que nos agobian, valiéndose del famoso humor inglés como terapia.... Conmigo al menos no lo han conseguido. En todo momento me he aburrido lo justo para no apagar mi televisión y pasar a otra cosa. Tiene su merito, lo reconozco, porque habitualmente cuando una película no me gusta no tengo remilgos en abandonarla a su suerte, pero conseguir medio adormilarte hasta el atontamiento, creo, o al menos no recuerdo otra desde.... Joder! Que no recuerdo otra!
Aun así y teniendo en cuenta el sopor, se deja ver.... estaría bueno después de lo dicho.... Pierce Brosnan en su papel, con sus consabidos muecas de elegante seductor, Aaron Paul que vuelve a hacer el mismo papel, mas o menos que le hizo famoso.... Toni Collete otra vez sobreactuada (¿Esta tia tiene un oscar? Ah si.... por el sexto sentido. No se porque me da que el oscar se lo debieron dar al que saco partido de tanta sosez) pero clavando a la aburrida que lleva dentro. La mejor, para mi la Poots, que mejora la película en cada fotograma en el que se presenta, sin ser Lauren Bacall, claro... pero bien.
En fin un tostón cuyo mayor merito es conseguir que a pesar del aburrimiento seas capaz de terminarla. Bien por el tal Pascal Chaumeil....
Josema
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