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¡Viva Zapata!

Drama Biografía de Emiliano Zapata (1879-1919), famoso revolucionario mexicano que sublevó a todo el país contra el gobierno dictatorial del Presidente Porfirio Díaz. Kazan intenta mostrar cómo los líderes revolucionarios se corrompen en cuanto alcanzan el poder. El guión lo firma nada menos que el escritor John Steinbeck ("Las uvas de la ira", "Al este del edén"). (FILMAFFINITY)
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Críticas 34
Críticas ordenadas por utilidad
26 de abril de 2009
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aventuras, acción, emoción, buena banda sonora, un personaje mítico, un guión con momentos estupendos firmado por el mismísimo Steinbeck, unas interpretaciones soberbias, increíble Brando, su mirada o su rostro pueden reflejar de forma admirable ira, piedad, dolor, angustia, pasión, odio, amor, cualquier matiz, sin despeinarse, como el que no hace nada, de forma natural, lo ha demostrado en tantas ocasiones. Pero no olvidemos a Quinn, secundario de lujo casi siempre, protagonista también algunas veces, aunque pocas y que aquí le otorgaron el Oscar. Y la bella Jean Peters, algo histriónica en alguna escena pero en general a buena altura. En la dirección Elia Kazan, director de turbio pasado y nada querido por sus compañeros, pero galardonado y reconocido, yo siempre le he visto demasiado melodramático con una tendencia al exceso alarmante, siempre mas preocupado por buscar la parte más sensiblera del espectador que la sensible.
Aquí lamentablemente también nos castiga con algunos de estos momentos, pero justo es decirlo nos regala otros antológicos, cuando los campesinos en silencio van saliendo al camino por donde los esbirros llevan atado a Zapata, o en otra escena cuando Zapata le pide el reloj a Madero, o al comienzo cuando el mismo Zapata le dice al presidente que con la paciencia no se come, son sin duda instantes extraordinarios de ese cine con mayúsculas que tanto nos agrada. No se lo que hubiera sido de esta cinta si la filma Ford. Seguramente sublime.
La vigencia del cine es a veces pasmosa, han pasado cien años de los hechos que nos relatan y puede parecernos que están sucediendo ahora, ha cambiado tanto nuestro mundo en este tiempo, y a la vez a cambiado tan poco. Esos campesinos a los que arrebataban sus tierras me recuerdan a esos parados a los que arrebatan sus trabajos o cierran sus empresas, esos campesinos a los que arrojan las migajas tienen mucha similitud con los trabajos basuras de hoy en día en estas sociedades nuestras que tan rimbombantemente se llaman del bienestar. Esos campesinos a los que llaman a luchar para quitar a un amo y después poner a otro que seguramente les explotará aún más, me recuerda tanto a esos parados a los que antes mencionaba, a los que llaman a votar con promesas y expectativas que nunca se cumplen.
Ya se que es demagógico y tendencioso en parte lo que estoy diciendo, también es apocalíptico y sobre todo descorazonador. Debe de haber algo de esperanza aún, un margen para el optimismo, donde está nuestro Zapata para guiarnos, quizás la respuesta nos la da el mismo Zapata en la película, cada uno hemos de luchar por lo nuestro, no podemos esperar que nadie nos regale nada. En cualquier caso si que nos regalan casi dos horas de cine de gran nivel, en el que sobra alguna escena pero que en conjunto entretiene, conmueve y emociona y difícilmente le podemos exigir más a ninguna película.
picais
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5 de septiembre de 2010
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Casi todo va bien en esta película. Los actores que rodean al gran Brando. Están totalmente creíbles en sus papeles y apegados a la verdadera personalidad de los héroes y villanos de la revolución mexicana:
Victoriano Huerta siniestro. Madero, honesto y manojo de nervios. Eufemio Zapata valiente y emocional. Porfirio Díaz patriarca convenenciero. Francisco Villa de bandolero a jefe militar.
La fotografía muy buena. Y forzosamente tenemos que hablar del pelo en la sopa. A pesar de la excelente dirección de Kazan. Del bien documentado Steinbeck. Y el problema que yo veo es que el mismísimo Marlon Brando no da el perfil para el héroe idealista de Morelos. No porque Brando haga una mala actuación. Por el contrario. Yo alabaría su trabajo. Pero es que físicamente, Zapata era otro ser. Un centauro inmortal. Un jinete gallardo de mirada melancólica. Un tigre al acecho en piel de pantera.
La mirada de Brando no corresponde, porque es un sajón. Vemos la mirada del astro Brando, como perdida.
Emiliano fue un charro, un mestizo, un caudillo legendario de dimensiones casi místicas. Es decir, un general muy espiritual. De esos guías, de esos hombres que inventaron la revolución.
Marlon Brando nunca fue un Zapata ideal. Y todavía sigo sin ver en la pantalla, alguien que se acerque a lo que en vida fue… mi general Zapata.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
RAMON ROCEL
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15 de enero de 2021
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Viva Zapata! nunca se ha considerado como un gran film de Kazan, fue una película entre dos grandes éxitos con el mismo Marlon Brando: "El tranvía llamado deseo" y "La ley del silencio". El cineasta atravesaba una crisis personal por el tema de la "Caza de brujas", pues había delatado a muchos de sus compañeros que eran o habían sido militantes comunistas, seguramente agobiado por no perder su trabajo y estatus profesional en la industria, lo que no significa que a día de hoy no merezca revisarse. Puede parecer un western o una película de aventuras, pero en el fondo lo que prevalece es una reflexión sobre el poder, una fábula moral sobre la justicia social y los políticos y militares dispuestos a traicionarla y por lo tanto, engañar al pueblo para que aunque haya algunos cambios aparentes, en realidad todo permanezca igual, el pueblo siempre será el que sufra la explotación de los caciques y terratenientes dispuestos a traicionar las buenas intenciones de líderes populares como Emiliano Zapata o Pancho Villa.

Filmada en Durango (Colorado), Nuevo Méjico, y otros lugares de Méjico. La acción principal tiene lugar en el Sur de Méjico, entre 1909 y 1919. Emiliano Zapata (Brando), líder del movimiento campesino que reclama las tierras propias ocupadas por terratenientes. Ante el fracaso de las gestiones pacíficas para la reforma agraria, se erige en uno de los cabecillas de la insurgencia contra el presidente Porfirio Díaz (Fay Roop), despótico y tiránico. En marzo de 1911 se incorpora con los suyos a las fuerzas maderistas, que junto con las de Pancho Villa (Alan Reed) provocan la caída de Díaz. El nuevo presidente, Francisco Madero intentará cambiar la situación.

A Kazan no le interesaba el realismo entendido como descripción de las apariencias, sino como una reformulación de una realidad estilizada. Maneja personajes de fuertes contrastes emocionales sin caer nunca en la caricatura ni en el folletín. Anthony Quinn borda a un impetuoso y carismático hermano, de hecho fue Oscar secundario por el rol. Jean Peters cumple bien como esposa, pero sobre todo destacaría al más complejo de los papeles, Alfredo Aguirre al que da vida un gran Joseph Wiseman, un tipo ladino que representa a los arribistas que con la noble pretensión de ser notarios de la realidad, se acercan a los carismáticos personajes y toman un partido no siempre leal.

La música original es de Alex North, autor de una partitura de profundo dramatismo, que incluye canciones populares, como "Valentina", "Las mañanitas" y otras. La fotografía del gran Joseph MacDonald plasma unas imágenes áridas de singular belleza, sombras expresionistas, preferencia por los claroscuros y movimientos de cámara de gran precisión. El guión algo esquemático del dramaturgo John Steinbeck aborda los últimos diez años del líder campesino, resume una historia compleja y turbulenta, que avanza a un ritmo intenso y descarnado. Es admirable la penetración psicológica que consiguen unos personajes arrastrados por el destino. El misterioso caballo blanco de Zapata desató el romanticismo, desencadenando el mito y confirmando la leyenda por la libertad frente a la tiranía que pervive más allá de la vida de los hombres. La revolución idealizada según Hollywood.
EL ALBATROS
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9 de abril de 2012
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta obra, dirigida por Elia Kazan, es uno de los mejores retratos cinematográficos sobre el héroe revolucionario Emiliano Zapata, y aunque es una película norteamericana, antigua y en blanco y negro, es muy superior a la versión mexicana, reciente y a colores del director Alfonso Arau.

“¡Viva Zapata!” cuenta con las actuaciones de dos luminarias del cine clásico de Hollywood: Marlon Brando y Anthony Quinn. Antes de ver esta película yo, como mexicano, consideraba que era una burla y casi un sacrilegio vestir a Marlon Brando de charro, ponerle bigote y personificarlo como Emiliano Zapata, pero al ver la cinta me di cuenta que me equivoqué, que el actor norteamericano representó muy bien su papel.

La película retrata al caudillo de la revolución mexicana no al estilo de las monografías de escuela primaria, ni según las hagiografías nacionalistas, sino de una manera heterodoxa: presenta la razón de su lucha, su condición de analfabeto y su amor por una hermosa ranchera; además, hay una hermosa escena en la que Zapata pide a su mujer que le enseñe a leer, ella coge una Biblia y comienza con el primer capítulo del Génesis, el cual él repite como un niño.

Un dato anecdótico de esta producción es que el año que el director Elia Kazan estrenaba su película dándole honor al héroe revolucionario, él mismo delataba a sus antiguos compañeros de filiación comunista e ideas revolucionarias.

Mención aparte merece el actor mexicano Anthony Quinn, quien interpreta un excelente papel como Eufemio Zapata, hermano del caudillo. Con su imponente presencia, Quinn llena la pantalla y de no haber alternado con un actorazo como Brando, sin duda aquél se hubiera comido al personaje principal. Tan buena fue la actuación de Anthony Quinn que se ganó el Óscar como mejor actor secundario, el único premio para esta obra que injustamente no se llevó más, porque, para mi gusto, merecía llevarse también los de mejor dirección, actor principal, guión y fotografía, pues nunca una película gringa había sido tan mexicana como “¡Viva Zapata!”
Angel Sanabria
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8 de junio de 2011
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aparte de un magnífico biográfico, "Viva Zapata" va más allá del personaje y pone en situación al espectador, la unión del pueblo contra el temor a la tiranía centrados en la lucha y la sublevación de un fugitivo desterrado, cabe destacar que todo está contado con gran naturalidad, sin necesidad de profundizar o de agotar en la política o en la filosofía, una historia densa al estilo de Kazan que no esconde el bandalismo ni la necesidad de estar armados, pero tampoco sus costumbres y preocupaciones, eran campesinos analfabetos que mantuvieron sus ideales, luego también retrata el poder con sus leyes y conspiraciones, un enemigo tras otro todos caen y demuestran que es más difícil vivir en paz que en guerra, la película está construida a saltos, muchos pasajes están recortados, pero no deja de ser inquietante, plantea el dilema de la violencia y la bondad, de la ira y la dignidad, y mantiene un continúo ciclo en el país, imposible de controlar ante tanta ambición, de ahí la importancia de Zapata, un hombre que no se separó del pueblo, que siempre defendió su tierra, todos sus enemigos combatían algo más que un hombre, iban contra una idea que se convertiría en la leyenda que es a día de hoy.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
stikma
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