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Un profeta

Thriller. Drama El joven Malik El Djebena (Tahar Rahim), un francés de origen árabe, ingresa en prisión para cumplir una pena de seis años. Aunque al principio la vida en la cárcel le resulta muy dura porque está completamente solo, se adapta rápidamente y, gracias a su carisma, se gana poco a poco la simpatía de los miembros de la mafia corsa, que tienen sobornados a los guardias y controlan todo lo que pasa en prisión.
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Críticas 130
Críticas ordenadas por utilidad
3 de septiembre de 2010
31 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decía Abraham Maslow en “Una teoría sobre la motivación humana” (1943), que tenemos por orden de prioridad cinco tipos de necesidades: básicas (comer, respirar), de seguridad (física y psicológica), de afecto (pertenecer a un grupo), de estima (respeto propio y reconocido por los demás) y de autorrealización (llegar a la cima de las propias expectativas).

Imagínate que comienzas tu andadura con unas bambas podridas en las que escondes un triste billete como única propiedad y encajando palizas de cualquiera por el hecho de parecer el más débil del presidio. Te llamas Malik El Djebena, tienes 19 tacos, has pasado tu infancia saltando de un centro de menores a otro, acabas de ingresar por 6 años en prisión, no sabes leer ni escribir, y un grupo de corsos, los más chungos del lugar, te dices que te cargues a alguien o tú ocuparás su lugar. ¿Pinta mal, eh? Puedes hacer dos cosas. Una es dejarte matar, rendirte a la evidencia de que no eres nada para nadie, sólo un marroquí analfabeto más, o puedes luchar. Puedes pelear por sobrevivir, por escalar poco a poco, hacer caso a lo que te manden agachando la cabeza ante cada golpe que recibes, pero con la vista fijada en el futuro, en el plan. El plan.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
RandolphCarter
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3 de marzo de 2010
34 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y tanto, para mi una de las frases que mejor explica esta película, de cómo alguien entra en presidio, joven, impulsivo, pero con ganas, muchas ganas de aprender y saber, como el mejor, a desenvolverse y triunfar en uno de los ambientes mas duros de todos.

Así empieza esta película, con el joven El-Djebena ingresando en prisión, joven, pardillo, con algo de bagaje de los reformatorios, pero novato y vulnerable. Pronto se da cuenta de la dureza de la situación en la que se encuentra, los primeros palos en la boca, el primer robo y la sensación de estar solo en un mundo de depredadores. Sin familia, ni amigos (ni dentro, ni fuera), sin dinero…

De pronto se ve obligado a realizar un acto que jamás se hubiera planteado a pesar de ser un delincuente habitual, sabe que está contra la espada y la pared. Pero lo que no el sabe es que es una oportunidad que se le presenta, todavía no, pero lo sabrá y la aprovechará.

Es el comienzo de una ascensión a la cumbre que comienza desde el mismo infierno, de títere a titiritero con una inteligencia y sangre fría propia del mejor jefe del hampa. Una historia cruda, llena de violencia, abiertamente, violencia, sin esconderse, al cuello y radical. No hace falta ocultarse en metáforas para contar una historia, el director lo refleja con precisión y crudeza, hace que te estremezcas en cada escena, consigue que te mantengas en vilo, atento y te mantiene en un baile de golpes (físicos y morales) casi hipnótico, en un mundo en el que si te quedas en sardina los tiburones acaban por comerte. Todo desde el punto de vista de personaje muy vivo, que aprende, se adapta y con el tiempo sabe como ser paciente y triunfar en su particular partida de ajedrez, en la cual, su mejor consejero es su propia victima.

Todos ellos, los personajes, están muy cuidados, todos sirven para el propósito, donde no importa ni raza, ni procedencia (aunque en un principio se le da), para conseguir el triunfo final, a costa de quien sea, incluso de la mano que te da comer, la que te somete, tu propia gente... Como en muchos dramas carcelarios, se le da importancia a las diferentes etnias y clanes que en prisión conviven, esta no es menos, pero el enfoque es diferente, ya que el personaje nada entre dos aguas, muy peligrosas, pero sabe, además de nadar guardar la ropa; como le dicen, “saltas sin red y te puedes dejar los cojones en el camino”, pero, sin nada que perder y mucho que ganar. A veces, los cojones son tan grandes que hace falta mucho cabrón para que se queden por el camino.

Una película altamente recomendable, que a mi, particularmente, me encantó, hacia tiempo que andaba buscando un perlita de este calibre. Pienso que es una de las mejores alternativas al cine blando, casposo y sin contenido que estamos viviendo en estos días.
Gunblast
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15 de mayo de 2010
22 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchas veces salen en las noticias determinados personajes; asesinos, grandes narcotraficantes y demás animales del mismo pelaje. Tumbados en el sofá, los vemos y pensamos, vaya, pero si el tío parece normal y todo. Seguro que es así de malo por algún motivo. La vida no le habrá tratado bien…
Eso es exactamente lo que pensarías si vieras a Malik el–Jebena. Un cabrón y un asesino, sí, pero seguramente no ha tenido muchas alternativas. Empieza siendo una especie de recipiente vacío que se empieza a llenar de mierda por lo que le salpica, luego por lo que le meten, y así hasta que él solito se encarga de llenar el bote.
Un producto de su entorno, un profeta de su tierra.
Formidable la profundidad con la que el guión lleva el tema, siempre sabiendo el tipo de historia que se está contando y los códigos que la rigen (o sea, sin meterse en camisa de once varas) y yendo más allá cuando parecía que no había más que contar. Muchas tramas abiertas, todas en torno al protagonista y al servicio de la historia, y todas parece que se resuelven solas. Un guión fabuloso que además se atreve a permitirse licencias poéticas que simbolicen el sentimiento de culpa del protagonista. A algunos les gustará más y a otros menos; a mí me parece que todo lo que sea alejarse de convencionalismos merece la pena.
Las actuaciones, la fotografía, el montaje, todos están a la altura y rayan el sobresaliente. La primera vez que la vi en el cine me pareció que era la película más grande de género desde Infiltrados; la segunda me gustó más todavía.
Herr Jasper
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8 de marzo de 2010
20 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
En pocas palabras, una de las mejores películas de los últimos tiempos. Inteligente y distinta (dirigida a un público avezado), sorprende por su elocuencia y su capacidad de crear admiración.

Aunque es larga e intensa no deseas que se acabe, para seguir saboreando minutos de sorpresa y brillantez. Porque nada es previsible y, sin embargo, es tan creíble que parece un documental (sobre todo en el primer tramo). El director, Jacques Audiard, hace un alarde de los mejores recursos del lenguaje cinematográfico, puesto al servicio de una interpretación naturalista y sin afectación. Esto sin hablar del "tempo" y la calidad de la narración, de gran fuerza dramática y visual.

La cinta desvela el universo de la cárcel y nos muestra el reflejo del funcionamiento del mundo real organizado en sistemas sociales más o menos corruptos. Al fin y al cabo, una revelación de la organización del poder, asimétrico y despiadado con unos y otros.

¿Qué más se podría decir de un film que ha levantado la mayor ovación en los últimos tiempos, en el 62 Festival de Cannes, y que se postula como una de las favoritas para la Palma de Oro?. Vayan a verla, ¡a qué esperan!.

Por tanto, recomendarla encarecidamente para los que les gusta el cine perspicaz y desean pasar un rato entretenido.

¡A disfrutar!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Máximo Pablo
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3 de diciembre de 2010
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película muy dura, sí. Y llena de violencia física y psicológica, también. Y desde luego hiperrealista, en lo más duro, violento y crudo que puede tener la realidad de algunos ambientes y personas. Lo que no se puede negar es que es una película valiente y veraz. Todas las historias se pueden afrontar desde diferentes y muy variadas ópticas, porque lo de las dos caras: bueno y malo, se queda cortísimo. Y aquí todavía más, porque, aunque el color predominante de todo lo que pasa es el negro tirando a negrísimo hay multitud de grises que considerar. El protagonista, por ejemplo, Malik, no es bueno ni malo, es una víctima. No tiene nada, apenas su nombre; no tiene dinero, ni familia, ni amigos, ni identidad casi. No tiene patria. No pertenece a ningún sitio. Entra en la cárcel con lo puesto que es su juventud y su inteligencia y nada más. Pero no es poco: el que nada tiene, no tiene nada que perder. Y él no tiene apego a nada ni a nadie. Ni siquiera a si mismo. Así que también es valiente. Y tiene todo el tiempo del mundo y aprende a tener paciencia. O sea, que, poco a poco, se va convirtiendo en un hombre con muchas posesiones, casi todas las que necesita para estar en la cárcel y aprender. Y observar. Y luchar y ganar. De tal manera que el muchacho indefenso que entre en prisión no se parezca en nada al hombre que salga, porque es un hombre que ha aprendido a tirarse de cabeza por la ventana y a caer, siempre, de pie.

¿Qué cómo lo ha conseguido? Es verdad: me había olvidado de la violencia, incluso de la muerte, con que ha aprendido todas las lecciones. No, no es una película didáctica. Malik no es un ejemplo de comportamiento, porque entre ser una víctima y convertirse en un verdugo tiene que haber salidas intermedias para dejar de ser uno sin convertirse en lo otro. Es verdad. Pero el director, creo, que no está por tomar por el camino de enmedio. El más fácil. Me parece que la película es un documental abierto y lleno de preguntas y reflexiones. Sobre todo, la de "¿Y tú qué hubieras hecho?". Si estuvieras en el patio de esa cárcel, sólo, sin más foma de sobrevivir que la voluntad de hacerlo a toda costa, ¿no hubieras hecho lo mismo?. Lo que hiciera falta, ¿no?, aunque para tragarse ese muerto, tengas que sacar el esqueleto de tu armario y convertirlo en tu amigo y confidente...

O convertirte en un "profeta"... El hombre más listo y más rápido; el que todo lo sabe, lo sueña o lo presiente; el que está en todas partes y en ninguna; el único que tiene paciencia en un mundo de locos y el único que ha decidido estar vivo y libre en una cárcel de muertos...
paki
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