Y tanto, para mi una de las frases que mejor explica esta película, de cómo alguien entra en presidio, joven, impulsivo, pero con ganas, muchas ganas de aprender y saber, como el mejor, a desenvolverse y triunfar en uno de los ambientes mas duros de todos.

Así empieza esta película, con el joven El-Djebena ingresando en prisión, joven, pardillo, con algo de bagaje de los reformatorios, pero novato y vulnerable. Pronto se da cuenta de la dureza de la situación en la que se encuentra, los primeros palos en la boca, el primer robo y la sensación de estar solo en un mundo de depredadores. Sin familia, ni amigos (ni dentro, ni fuera), sin dinero…

De pronto se ve obligado a realizar un acto que jamás se hubiera planteado a pesar de ser un delincuente habitual, sabe que está contra la espada y la pared. Pero lo que no el sabe es que es una oportunidad que se le presenta, todavía no, pero lo sabrá y la aprovechará.

Es el comienzo de una ascensión a la cumbre que comienza desde el mismo infierno, de títere a titiritero con una inteligencia y sangre fría propia del mejor jefe del hampa. Una historia cruda, llena de violencia, abiertamente, violencia, sin esconderse, al cuello y radical. No hace falta ocultarse en metáforas para contar una historia, el director lo refleja con precisión y crudeza, hace que te estremezcas en cada escena, consigue que te mantengas en vilo, atento y te mantiene en un baile de golpes (físicos y morales) casi hipnótico, en un mundo en el que si te quedas en sardina los tiburones acaban por comerte. Todo desde el punto de vista de personaje muy vivo, que aprende, se adapta y con el tiempo sabe como ser paciente y triunfar en su particular partida de ajedrez, en la cual, su mejor consejero es su propia victima.

Todos ellos, los personajes, están muy cuidados, todos sirven para el propósito, donde no importa ni raza, ni procedencia (aunque en un principio se le da), para conseguir el triunfo final, a costa de quien sea, incluso de la mano que te da comer, la que te somete, tu propia gente... Como en muchos dramas carcelarios, se le da importancia a las diferentes etnias y clanes que en prisión conviven, esta no es menos, pero el enfoque es diferente, ya que el personaje nada entre dos aguas, muy peligrosas, pero sabe, además de nadar guardar la ropa; como le dicen, “saltas sin red y te puedes dejar los cojones en el camino”, pero, sin nada que perder y mucho que ganar. A veces, los cojones son tan grandes que hace falta mucho cabrón para que se queden por el camino.

Una película altamente recomendable, que a mi, particularmente, me encantó, hacia tiempo que andaba buscando un perlita de este calibre. Pienso que es una de las mejores alternativas al cine blando, casposo y sin contenido que estamos viviendo en estos días.

La gran esperada, la cinta que por fin nos devolverá aquel cine perdido, una buena historia que contar y bien contada. Si, la película tiene una muy buena factura, una fotografía excelente, planos largos, intensos, donde el colorido de “Pandora” que deja en la retina una imagen caleidoscópica, tridimensional y multicolor que tanto gusta (que por cierto, no es mi caso) se pierde en un blanco y negro demoledor. La ausencia de banda sonora hace que en ciertas escenas, el silencio, se haga ciertamente inquietante, diálogos duros, violentos, ideas religiosas extremas, acentuadas por el ambiente rural, ese ambiente que siempre crea presión, siempre preocupados por el que dirán. Una gran diferenciación de clases que marca el hilo de la película y los personajes, la relación de los mismos entre los niños, esos repelentes reflejos de las carencias de sus progenitores, siempre presentes en las desgracias, ejecutores de voluntades ajenas y grandes perjudicados de esa moral restrictiva y errónea ,de ese fanatismo religioso que claramente plasma el director. Un relato de crueldad, dureza, aspereza. Mostrada prácticamente sin violencia explicita, pero tremendamente violenta. Todo ello con la precisión de un cirujano.

Eso es básicamente lo que he oído de esta película, amen del gran error de denominarla semilla del nazismo, un pueblo lleno de paletos envidiosos no fue la causa del triunfo del nazismo, consultad un libro de historia y sabréis que las causas mas básicas, fueron posteriores y la idea mas profunda es bastante anterior, pero no escribo esto para contarlo. Escribo para comentar una película soporífera, que sabes quienes han sido los culpables de las desgracias desde un primer momento, lenta, pretenciosa y gafapastil. Que de ella lo único que se salva es la inmensa fotografía y un par de diálogos de lo más inquietantes. Por lo demás un drama rural narrado de una manera pedante y unos niños cabroncetes más aburridos que una ostra y con ganas de hacer daño. Bueno, pues pienso que tampoco es para tanto, igual mi cultura se ve limitada para interpretar la obra, mi filosofía y sociología no llegan a captar ese fondo tan intenso que se le atribuye, pero desde mis ojos de simple espectador, no encuentro esa genialidad que tanto comentan, ¿tal vez por que es una obra de Michael Haneke? Me pregunto; la mala costumbre de endiosar a un director haga lo que haga. Parece que este nombre pesa mucho en el cine actual por haber hecho un par de películas decentes; pues bien para este simple espectador tampoco es para tanto.

Últimamente me da la sensación de ir al cine como el que busca algo que se le ha perdido, un tesoro perdido en una isla o intenta r encontrar, rebuscando en la memoria, tiempos mejores. En esta búsqueda, que últimamente se vuelve tediosa y llena de bostezos, llegaba al cine, con la ilusión de encontrarme un buen tesoro, sin perder la esperanza, pensando en un buen remake (últimamente parece que todo se basa en remakes con efectos espectaculares) mejorando aquella película cuasi de serie b, dándole un poco mas de, cómo decirlo, “vidilla”; buen reparto, aparentemente buenos efectos, ¿quizá una historia convincente?.

Craso error amigo mío, película insulsa, sin sabor, ni guion, ni nada de nada, vamos casi como la del 41 pero sin ese puntillo de cutrez que la hace tan entrañable, pretensiones de gran película que se quedan en peliculilla cara de tres al cuarto. Montaje bastante cutre y efectos visuales que para la época en la que estamos resultan un poco flojos, pero casi es lo único que merece algo la pena. Vestuario correcto, aunque en mi más modesta opinión, aprovecharon el sobrante de Sherlock Holmes. En cuanto al reparto, bueno, que decir, un Benicio del Toro, correcto, algo extraño, un hombre lobo ingles-caribeño. Hopkins por dios, ¿no te cansas de interpretar papeles similares? Bueno de todas maneras hay que ganarse el pan y a este hombre poco se le puede reprochar. Hugo Weaving o de cómo coger al agente Smith y llevárselo al S XIX, mismas expresiones, pero sin las gafas de sol y el trajecito característico. Y casi mejor no mencionar la extrema sosez de la señorita Blunt.

Una película totalmente predecible y prescindible, con guiños a todas las películas dedicadas a la licantropía, pero como todas ellas, sin llegar a convencer y a hacer que este clásico del terror siga sin tener una buena historia donde hincar el diente.

Que lastima que mi primera crítica en Filmaffinity sea sobre esta cosa.

Hay profesiones cómodas, fáciles de aceptar, anodinas, alienantes, el trabajo de oficina de 8 a 3, el saber que vas a volver a casa cuando acabe tu jornada. Hay profesiones de riesgo, en las que generalmente no sucede nada, pero sabes que un desliz, un fallo en la concentración puede suponer la perdida de algún miembro e incluso la vida. Hay profesiones de alto riesgo, donde ese fallo en la concentración, no tiene cabida, el riesgo es constante y el peligro de terminar con tu vida o quedar mutilado, esta presente en todo momento.

Podríamos considerar una profesión de riesgo trabajar para las fuerzas armadas, de alto riesgo si trabajas para el tío Sam, si amen de trabajar para el tío Sam eres artificiero, prepárate para lo peor, y si a esto le sumamos que te encuentras ocupando un país, donde la mayoría de la población civil, obviamente, no desea que estés allí, pues apaga y vámonos.

En tierra hostil nos pone en el pellejo de estos últimos, la profesión de alto riesgo con mayúsculas. Un producto duro, lleno de tensión, que te mantiene con la vista fija en la pantalla, a cada minuto que pasa esa tensión se acrecienta llegando a provocar en el espectador un grato desasosiego y una tensión propia de los mejores filmes de acción.
El tema de la adicción a la batalla y la adrenalina que esta genera, no es nuevo en el cine, pero la directora lo aplica en un tema muy de actualidad, muy crítico y con un enfoque muy característico. Con una ambientación casi documental, cámara en mano, planos rápidos que hacen que sospeches hasta del vecino de la butaca de al lado. La acción comienza con una perdida, en teoría evitable, y la llegada de un nuevo compañero, que siempre es complicado y mas si este esta como una cabra y es un adicto a las situaciones de riesgo, cambia tu forma de trabajar y hace que tu trabajo, ya complicado de por si, lo sea aun mas o por lo menos aparentemente. Este es el punto de partida de una historia con desarrollo muy elaborado, siempre creciendo en expectación y suspense.

Jeremy Renner hace un buen trabajo encarnando al sargento James, bien secundado por Anthony Mackie y Brian Geraghty, que repite papel del fuera de lugar en la guerra (Jarhead). Cameos de lujo como Ralph Fiennes, David Morse y Guy Pearce. Buen reparto y buen trabajo de todos en general.

Bigelow refleja perfectamente la tensión que soporta esta profesión, ya de por si tensa, en un territorio ocupado; yo pienso que hay ponerse en la situación individual y olvidarse para quienes trabajan los protagonistas. Si lo consigues veras una gran película.